Hacia una definición de la novela

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HACIA UNA DEFINICIÓN DE NOVELA

 

 

1. El problema genérico

 

 

Para algunos teóricos de la literatura, la clasificación de las obras artísticas por géneros es imposible. Afirman que la obra es única y que es inútil hablar de géneros con respecto a ellas. A pesar de que el argumento es legítimo, no invalida el estudio de las obras por sus semejanzas formales. Por lo tanto, si hay obras que mantienen semejanzas observables y demostrables entre sí, es importante agruparlas bajo categorías más abstractas que las engloben.

 

El concepto de género es tomado de las ciencias naturales. Hay diferencias cualitativas entre seres vivos y también entre los objetos del conocimiento. Así, el nacimiento de un espécimen en biología, no altera, o lo hace en una proporción insignificante, la especie sino lo es a través de muchos años y por alteraciones o mutaciones genéticas. En cambio, en las creaciones culturales, las trasformaciones pueden ser sustanciales y a veces muy notables a pesar de que las programaciones sociales sean permanentes. La obra específica modifica la especie. Pero de alguna manera mantienen los rasgos esenciales de la especie.

 

No obstante las dificultades para encontrar las afinidades de las obras culturales, en este caso el arte literario, podemos asegurar:

 

a.       No todo en una obra literaria es original, existe un principio importante: nada se hace de la nada. Por lo tanto, lo nuevo, en una u otro forma, conserva rasgos, características de lo viejo. El artista hereda una gran cantidad de estructuras, normas, conocimientos, el mismo lenguaje, y con base en ellos crea su propia obra. Hay, por lo tanto, afinidades, rasgos formales que se conservan entre un grupo de obras creativas.

 

b.      El texto literario es producto de una serie de combinaciones de elementos preexistentes y a la vez una transformación cualitativa de las innovaciones que conserva lo esencial de una forma modelo.

 

c.       Si pusiéramos un ejemplo, la misma lengua nos serviría. El lenguaje nace, crece, se transforma y puede morir o crear otros lenguajes con base en sus propias transformaciones. No obstante que el español pueda tener diferencias entre los hablantes de diferentes países y regiones, existe lo que Saussure llamó "la lengua" como abstracción (modelo) que lo diferencia de otras lenguas aún aquellas que tienen su mismo origen, como son el francés, el italiano, el portugués, el rumano, el provenzal. El habla particular mantiene ciertas normas, leyes, estructuras, por más creativa que sea, que la hacen pertenecer al idioma llamado español. Esto mismo sucede con otras manifestaciones que son producto del esfuerzo del hombre, como las obras literarias, y con mayor razón aquéllas que utilizan como su medio expresivo o representativo, el lenguaje mismo. Esto hacía decir a Gerard Gennette:

 

  "El discurso literario se produce y desarrolla según estructuras que ni siquiera puede transgredir por la sencilla razón de que las encuentra, aún hoy, en el campo de su lenguaje y de su escritura."

 

 

2. Las clasificaciones genéricas

 

Podemos hablar de dos tipos de clasificaciones genéricas:

 

a.       Los géneros históricos que son los que han existido hasta el momento y han sido reconocidos por los estudiosos y se describen en los manuales teóricos.

b.      Los géneros teóricos o aquellos que aún no han aparecido pero que teóricamente podrían hacerlo en el futuro.

 

Ya Platón había establecido tres géneros teóricos:

 

1.      Obras en las que solo habla el narrador

2.      Obras en las que solo hablan los personajes

3.      Obras en las cuales hablan tanto el narrador como los personajes. Esto es, un género mixto, compuesto por los dos anteriores.

 

Debemos tener en cuenta que toda teoría de los géneros debe fundamentarse, para ser rigurosa, en una representación de la obra literaria, considerando aspectos verbales, sintácticos y semánticos. Así como frases del texto, enunciado, enunciación, puntos de vista,, visiones, relaciones entre las diversas partes de la obra: lógicas, temporales, espaciales, temáticas, y universales semánticos, entre otras.

 

Aristóteles estableció diferencias entre las obras considerando los medios empleados para realizar la imitación. Así, el lenguaje para la literatura, la armonía (sonido) para la música, los colores para la pintura, el ritmo para la danza, etc. Esto le permitió dividir y distinguir a una serie de artes producto de la creación humana.

 

Por todo lo anterior, podemos concluir que las obras literarias se diferencian de los otras artes por el medio que emplea para su realización: el lenguaje.

 

Otra manera de clasificación que empleó Aristóteles, obedeció a la interrogación ¿qué cosas tenían por objeto imitarse, la vida humana, los sonidos, diversos objetos, caracteres humanos, pasiones, acciones, etc.? A pesar de que el concepto "vida humana" es muy amplio y abarca diferentes aspectos del hombre, tales como, conductas, pasiones, sentimientos, acciones, caracteres, etc., Aristóteles logra tipificar, según el énfasis de las obras en estos elementos en: Tragedia, Comedia, etc.

 

Otro aspecto que consideró Aristóteles fue la manera de realizar la imitación. Así, por ejemplo se interrogó ¿se imita narrando, sea por boca de otro, sea por boca única del narrador? ¿Presentando a los personajes imitados obrando y en acción?

Lo anterior le posibilitó distinguir obras donde un narrador contaba y describía, de boca suya, las acciones, hechos, etc. de los personajes tales como las epopeyas homéricas, y otras donde los personajes actuaban directamente, sin intervención del narrador, tales como las obras teatrales, fuesen éstas tragedias o comedias o mezcla de ambas.

En síntesis Aristóteles acudió a tres elementos importantes para agrupar las obras de artes:

 

a.       El medio de imitar

b.      Las cosas imitadas

c.       La manera de imitar

 

El primero le posibilita distinguir los tipos de las obras de arte, el segundo le restringe más la extensión del fenómeno y lo aproxima a una tipología más específica de las obras literarias. El tercero le restringe aún más y le permite agrupar las obras concretas: Epopeya y drama. Él dio los primeros pasos para  llegar a una clasificación formal y epistemológica de las obras literarias por géneros.

 

Por ejemplo, obras que colocaban los personajes actuando como buenos o malos, virtuosos o viciosos, mejores o peores de lo que somos. En el primer caso se obtendría la tragedia y en el segundo caso la comedia. La primera comienza con un mundo feliz, se encuentran con problemas y terminan en un mundo infeliz, degradado, mientras que en la comedia, por el contrario, se comienza con un mundo infeliz, se desarrollan los conflictos y se resuelven terminando en un mundo feliz. Así el drama imita hombres en acción obrando peor (comedia) o mejor (tragedia) de lo que realmente son.

 

Posteriormente fue especificando aspectos, partes, estructuras etc. de las obras lo que le permitió crear una Poética que aún hoy en día sigue teniendo vigencia y cuyos conceptos fundamentales no han variado radicalmente.

 

Otros estudiosos también hicieron sus clasificaciones genéricas. Horacio hablaba de géneros mayores y géneros menores: epopeya y tragedia como los mayores y la fábula y farsa como los menores. Hegel los dividió en tres: Lírica (subjetiva), épica (objetiva) y dramática (subjetiva-objetiva). Para Emil Staiger, lo lírico es recuerdo-pasado, lo épico es observación-presente y lo dramático es expectativa-futuro. Roman Jakobson incorpora las personas gramaticales y afirma: Épica corresponde a la 3ª. Persona como forma referencial del lenguaje; la lírica a la 1ª. Persona como forma emotiva del lenguaje y el drama a la 2ª. Persona como incitación del lenguaje. K Bühler permite, a través de las funciones del lenguaje, tipificar las obras de la siguiente manera: lírica corresponde a la función expresiva del lenguaje; la épica a la función representativa y el drama a la función apelativa. El primero es síntoma, el segundo, símbolo y el tercero, señal.

 

De esta manera los géneros se han ido configurando en tres categorías: Lo épico, lo lírico y lo dramático. Posteriormente han surgido derivaciones de estas grandes abstracciones que han devenido en subdivisiones. El género épico comprendería la epopeya y luego la novela y el cuento y otras especies menores como la crónica, la leyenda, el episodio, la fábula, el mito y otras menos frecuentes. La novela, para algunos críticos se subdividirá en novela propiamente dicha y novela corta. Nosotros creemos que el tamaño no es trascendente para la clasificación. La novela en sus rasgos lo es sin importar si corta, mediana o larga. Ese factor es accidental y nunca esencial.

 

Hay quienes clasifican las obras literarias de acuerdo con las relaciones estructurales entre diversos elementos que la conforman y sus implicaciones, por ejemplo, el comportamiento esperado y configurado del lector interno o llamado "narratario"  por algunos. Así Todorov establece tres tipos de género para las obras narrativas sean éstas cuentos o novelas: Lo extraño, lo maravilloso y lo fantástico. Tendremos ocasión de referirnos adelante a esta tipificación genérica.

 

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