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EL LUTO DE LA LIBÉLULA. Novela del escritor Alfonso Chacón Rodríguez

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El luto de la libélula se editó en el año 20111.

 

Es una novela polifónica. El narrador es de primera persona y penetra en la privacidad de su mundo desde una perspectiva casi onírica. Bajo este paradigma narrativo se abren una gama de planos, voces y perspectivas  que diseñan un mural biográfico que desde una enunciación del presente evoca, revive, adelanta y vislumbra los más variados tiempos, tanto los psicológicos como los históricos cercanos y distantes que abre un poliedro de caras y ápices que se entrecruzan llenos de rupturas espaciales y temporales que desfloran una sinfonía de matices, colores, sonidos, figuras entrecruzados por acontecimientos discontinuos como si se tratara de un rompecabezas que el lector deberá ordenar, tanto en su lectura como en la síntesis final.

 

Y es que no se escatiman los recursos idiomáticos y estructurales del relato para diseñar la tormentosa e imprevista de unos personajes que luchan por encontrar sentido a sus vidas, llenas de imprevistos, goces, pasiones, luchas, derepentes, disfraces que irremediablemente los sumerge en la lucha por ser en el parecer.

 

El personaje protagónico, el ingeniero de la compañía Xirtex, se codifica como el eje central, el motor que echa a caminar  las libélulas en su lucha por encontrar la felicidad, sin perder la libertad.

 

Parte de un presente de la enunciación: despido de la compañía, divorcio de Silvia, su esposa y viaje al chalet en una costa litoral. Está solo en su cama y en el techo visualiza una mosca. Así comienza su novela. Esta es la situación inicial. Y desde ella comenzarán los recuerdos, las evocaciones, los sueños, y una nueva vida de divorciado y desempleado. Ese tiempo no será muy extenso, tal vez una o dos semanas y se concentran en una rutina sencilla pero se traslada al poblado vecino y ahí hace vida social con un gringo, exsoldado que perdió los miembros inferiores y tiene un yate como empresa turística de buceo, llamado Jack. Conoce varios personajes, entre ellos los trabajadores de Jack y dos mujeres que siguen el rol de este género degradado: la madre que tiene que vender a su  hijo y una joven que ejerce la prostitución entre gringos y clientes del bar, mientras que los fines de semana se ve salir de la misa con sus dos hijas pequeñas.

 

"Hay un hombre en una cama y una mosca quieta en el cielorraso"

 

Se abre así esta novela de rupturas y desencantos. Diseño de una existencia humana por cuanto se enfrenta a los imperativos de todo humano: ser y permitir que otros sean, sin cosificarlos, enajenarlos, e envilecerlos. Hombre y mujer en la encrucijada del amor, de su realización, de su libertad, de su felicidad en una sociedad que privilegia los patrones tradicionales machistas y estimula el vasallaje de la mujer en detrimento de su realización plena como mujer y como ser humano.

 

Es una imagen enunciada por una tercera persona pero no tarda mucho en presentarse:

 

"El hombre que soy yo se divorció. Fue a un abogado. Luego fue a un terapeuta. Ambos/dos, conjuntamente, abogado/terapeuta, pareja de mosqueteros, los dos hombres más importantes en la lucha contra los monstruos en un armario"1.

 

Esa es la situación inicia. Negativa, fracaso en ambos sentidos, tanto en el trabajo como en su matrimonio. Luego vendrá el rompecabezas, el ir encajando piezas casi al azar, sin orden lógico ni linealidad, espontáneas, como vivencias. Ese mundo privado poco a poco en imágenes y sucesos o sucesos-imágenes se abre al lector y lo va atrapando en esa madeja, en ese tapete, en ese mural de espacios, tiempos, encuentros, desencuentros, vivencias, alegrías y sufrimientos, fracasos.

 

Poco a poco comienza a dibujarse una sociedad patriarcal. Su madre sola, y su esposo representado solo por una foto en su cajita donde guarda los hilos para tejer. No la deja sola, vive con ella. Solo los recuerdos, las evocaciones, sus propias frustraciones, una vida dedicada a él y su casa. Su hermana Andrea, traicionada por una exalumna que ella misma envió a recibir lecciones de su esposo. Ahora con unas niñas y separada. Y él divorciado de Silvia que lo cambió por el amigo de juventud, Lautaro y estudios, chileno que convivió como hermano con él y su novia-esposa y al final lo sustituye en sus ausencias temporales y reiteradas con Abril, la joven que trabaja en el proyecto Libélula a su lado, 14 años menor que él, Victoria, la socióloga que compartía el chalet y su departamento en sus arrebataos pasionales. Y su hija Sofía que dibuja como víctima de un bellaco como él cuando desarrolle.

 

Esa madeja de hilos entrecruzados en un fracaso absoluto de todos, él y ellas muestran al lector un mundo privado doloroso pero angustiosamente real. La narración está llena de atisbos, sugerencias, indicios, imágenes, sueños, evocaciones, vivencias que si bien es cierto nacen de un protagonista masculino, lo es más de una conciencia social lúcida que desnuda su fracaso y las consecuencias en los participantes, sus propias tragedias. No hay quien salga victorioso, tampoco soluciones sensibleras o pasiones desbocadas, pero sí dolor ante la impotencia, cólera ante la injusticia, angustia ante la realidad y se abre la pregunta al lector amenazante, ¿cómo cambiar ese estado de cosas, esos patrones heredados y permanentes y legitimados por una sociedad hasta en las leyes. No hay tragedias violentas, muertes, insultos ni agresiones pero sí enajenación, dolor, frustración e impotencia de los partícipes.

 

 

"Es un mundo de laberintos y dioses perdidos. De pronto, quisiera escuchar la voz rota de la vieja cantante de corridos, (pienso que se trata de Chavela Vargas) diciendo que se va, muy lejos de esta tierra. Se va porque no entiende qué quiere este mundo aldeano: una esclava, sometimiento, entregaUna esclava, sometimiento, entrega. Vivir con convenciones y sin disputa.,"1una esclava, sometimiento, entrega

 

Y en la sección siguiente la inicia así:Aquí dentro. ¿Soy, realmente, un degenerado? Un manipulador, que ve objetos en las mujeres, que de pronto, mirando a su hija hecha un puñito de osamentas y carnes magras, desearía que se asfixiaran en ella los impulsos celulares que la harán mutar en otra víctima más, otro objeto de deseo de hombres como yo."

 

"Hay algo descompuesto. Aquí, adentro. ¡Soy, realmente, un degenerado? Un manipulador, que ve objetos en las mujeres, que de pronto, mirando a mi hija hecha un puñito de osamentas y carnes magras, desearía que se asfixiaran en ella los impulsos celulares que la harán mutar en otra víctima más, otro objeto de deseo de los hombres como yo. En realidad, es todo muy extraño. ¿De dónde todo este revoloteo? Por sesenta y tantos días, las libélulas han faltado a la cita."2

 

La situación final pareciera ser esperada. El hombre recibe una citatoria judicial. Hay una acusación contra él por parte de la compañía. Busca a su abogado y deja en sus manos el caso y aprovecha la llegada a la ciudad para resolver la venta del hijo de la señora que atendía sus necesidades en su estancia con Jack.

 

Su degradación es casi total, hace una primera llamada a la casa de su hija y ésta le responde que ya puede regresar a su casa pues el tío Lautaro ya se fue. En una segunda llamada su madre también reinsinúa que ahora que está en la ciudad, bien haría en volver con Silvia

 

Se ve envuelto en una redada, lo agreden en un despacho de abogado y amanece preso en una prisión. Después de dos llamadas telefónicas Victoria, la socióloga lo saca de la prisión y lo conduce al bufete de Bellorio, su abogado. De ahí se trasladan a la compañía y le presentan una opción importante para reintegrarse con todos los derechos a la misma. Tiene la oportunidad de reiniciar su vida en su antiguo proyecto. El Padrecito lo seduce  con un puesto en la Directiva y todo pareciera volver a la "normalidad". Hasta se podría esperar un regreso a su familia y una renovación familiar con Silvia pero la novela rehúye el cierre folletinesco y enfrenta la realidad desde otras perspectiva.

 

Interesante novela que plantea una temática muy vigente pero históricamente arrastrada desde la colonia y la imposición española de los patrones familiares religiosos abiertamente patriarcales y machistas. La originalidad y su particularidad radican en la forma de plantearse y narrarse. El paradigma literario abre una serie de estructuras y visiones que a pesar de utilizar un personaje masculino, una sola voz, la narración se desdobla en múltiples planos temporales, espaciales, y sobre todo en un discurso que llega a la concienciación del personaje y lo transforma en una conciencia lúcida de su propia tragedia y el daño en las mujeres que le acompañan ocasionalmente. Es la clásica víctima-victimario en la sociedad patriarcal.

 

La novela sin llegar a la tragedia y la violencia si expone la enajenación, la impotencia, la frustración, la desesperanza de la mujer y el fracaso del hombre a pesar de los beneficios carnales ocasionales que le bestializan. Y deja no solo la incertidumbre en las relaciones humanas sino abiertas una serie de interrogantes sin respuesta verosímil y aumenta así la degradación humana. ¿Podrá el hombre lograr relaciones sanas, proyectos de convivencia sociales e individuales sin enajenación y con libertad para conducirlos a su felicidad?



1 Chacón Rodríguez, Alfonso. El luto de la libélula. Editorial Costa Rica, San José, 2011.

1 Chacón Rodríguez, Alfonso. El luto de la libélula. Ed. Costa Rica, San José, 2011, p. 3.

1 Ídem. Ob. Cit. p. 133.

2 Ib.

 

El día de la tercera revelación es una novela maravillosa moderna. Pertenece a este género bajo la estructura de un paradigma polifónico que rompe con la tradicional novela monofónica. Desaparece la linealidad, la lógica causal, la dicotomía de los personajes entre buenos y malos y se abre la verosimilitud de un mundo de vivencias, sueños, denso, lleno de dudas, rompimientos, mitos, leyendas e incertidumbres.

 

Se estructura en diez capítulos y presenta un mural caleidoscopio de espacios y tiempo que semeja un laberinto de imágenes, sueños y sincronías. Todas narradas desde las polifonías de un solo personaje: Antonio, desde perspectivas distintas en la iniciación del ritual vida- muerte que permite penetrar en el mundo privado de su concienciación, proceso que evoca ya adulto en el momento de la muerte de su abuela.

 

El momento en que Antonio llega al cuarto de su abuela y la ve levitando es cuando abre una diversidad de encuentros y desencuentros, vivencias, evocaciones, progresiones, sincronías, dudas, y sobre todo se abre ante sus ojos como en un espejo laberíntico su mundo interior. Es el proceso que da inicio a ese ritual de formación en doble dirección: hacia su mundo interior y hacia el espacio y tiempo exteriores.

 

Así comienza este proceso caleidoscópico:

 

"Cuando entré a mi vieja alcoba y vi  la cama al centro, creí que sobre ella alguien levitaba, por lo que, aunque no me detuve,  la emoción del principio se transformó en recato y este a su vez en solaz. Me parece que duerme, oí la voz de mi madre, casi un susurro. Rigurosamente extendida, las piernas cruzadas lo mismo que las manos sosteniendo el rosario con todas las fuerzas que le restaban, segura de que  aquel era el último esfuerzo de su voluntad, la abuela Claudia no pudo reconocerme cuando me le acerqué."

 

Es el momento justo cuando muere y a la vez crea la vida. La muerte como fin y principio, alfa y omega del proceso vital. Y este es  el final de la novela:

 

 

"Me detuve por un instante a contemplarla. Parecía dormir después de una larga noche de vigilia. Su cabellera era ya completamente blanca, sin mácula. Entonces, igual que lo había hecho por la mañana, levanté su cuerpo cuidadosamente, casi retornando de repente a mi niñez, cuando conmigo en su regazo viajábamos imaginariamente hasta la capital. No pude sentir su peso, infinitamente más liviano al de pocas horas atrás, como si lo que tuviera ahora entre mis brazos fuera solo su recuerdo."

 

El tiempo cronológico, en la novela, no abarca más de un día, quizás una mañana. Pero abre el tiempo histórico que comprende sino una época sí un período de tiempo muy extenso en la formación de un pueblo a orillas de un río: Cañas, en la provincia de Guanacaste. Sin dejar de lado el tiempo mítico, tanto de nuestros antepasados como de la cultura china y sin dejar de lado el tiempo psicológico propio del personaje en su viaje privado a su interioridad. Y todo ello escrito en poco más de doscientas páginas.

 

Es en ese mismo día que suceden las tres revelaciones, pero no se crea que es  fácil encontrarlas, que se disponen una tras otra y el lector las reconoce con facilidad. Ellas están esparcidas en ese laberinto de imágenes, sueños y recuerdos, vivencias que como en un  remolino, en cámara lenta, nos envuelve, nos sumerge en el ojo, motor del movimiento y nos invita a "ver". Así la novela se convierte en un ver y junto al personaje asistimos a ese proceso de formación envueltos en esa trama compleja, llena de cenizas, niebla, luces sobrenaturales, animales míticos, encuentros culturales, frustraciones, pasiones, amores, viajes increíbles, todo bajo ese proceso, esa búsqueda de su proyecto vital en medio del remolino vida- muerte.

 

Y Antonio asiste y ve, en sueños su propia existencia en lucha contra los patrones recibidos e impuestos por la sociedad patriarcal, el modelo ideológico religioso, las costumbres, leyendas y mitos de una cultura que aniquila el ser, da muerte e impide Ser con mayúscula, Vivir su propio proyecto.

 

La abuela es la viva encarnación de esa familia, el roble que alimenta los cimientos de los nuevos miembros que giran en derredor de la matrona. Ejemplo de entereza, decisión, nobleza, fuerza, pasión pero también producto de la violación, el desamor, del desarraigo. Es la fuente que alimentó a Antonio, es el ejemplo que penetró ese retoño desde niño y codificó bajo sus estrictos pero nobles valores. Sola, casi huérfana, de niña sufrió, esta mujer indomable, la violación de parte de un gamonal machista, a escasos diez años y luego sufrir los vejámenes de amantes fugaces que pasaron por su vida solo por lapsos de tiempo determinados. Y sola con sus hijas y nietos se abrió camino entre ese mar de incertidumbres, congojas, ultrajes y vejaciones.

 

Antonio no es un personaje corriente, no narra su vida solamente, cronológicamente, es una y muchas voces a la vez. En él se encuentra la polifonía pues es la voz del niño indagador, que duda, que juega, que descubre su mundo y que tiene más preguntas que respuestas, también el adolescente que encuentra el amor como un ritual y se asombra en la vivencia, sobre todo con una niña de otra cultura, Mei Li, de quien se enamora y asimila los mitos del arcón de los amantes, encontrado en la tienda china. Mundo de fantasía, erotismo y rituales, a la vez que de asombros, secretos y misterios. Así el joven Antonio entre su formación musical que le ofrece su madre, los sueños y las sincronías de su abuela, las vivencias de su pueblo, se abre camino entre abrojos y recovecos, dejando de lado la troya que le diseñaron para su seguridad, prefirió llegar a la línea entre vida y muerte, solo, sin ayuda, en su propio camino.

 

Paralelamente a este viaje en su concienciación se abren los viajes físicos por las Antillas y luego por Europa, Francia, Rusia, Alemania, etc. que le permiten enfrentar no solo otras culturas sino su propio proyecto. Es como un viaje circular de encuentros, de vistas panorámicas, de uniones y separaciones, de posesiones y desarraigos, hasta llegar a la muerte, en este caso simbolizado por la abuela Claudia.

 

"Luego vi el jardín lleno de rostros y cada rostro, solo después de un instante, en su respectiva cabeza y cuerpo. Había una multitud rodeándome que apenas tenía el peso de una enorme sombra. Fue entonces que regresó a mi el recuerdo de aquel sueño de mi niñez, cuando aún estaba en la escuela primaria. Vi, como entonces, que avanzaba por entre un manto de niebla rodeado de rostros desconocidos. También veía como manos y brazos surgían de la niebla, pero no veía ni  los pies ni el tronco de cada cuerpo, como si en realidad no hubiera allí nada más que rostros, brazos y manos. Todo era ingrávido y silencioso, aunque los rostros gesticulaban vivamente, y podía ver cada detalle. Nos detuvimos al llegar a un precipicio, más bien como una gigantesca grieta que nos separaba de otra porción de aquella niebla. Sentí que manos y brazos me empujaban suavemente animándome a saltar al otro lado, en donde los rostros me aguardaban con júbilo. Fue entonces que oí por primera vez sus voces, confusas en un enorme coro de susurros. Pero tuve miedo y no quise cruzar." (p.167)

 

Es el límite entre la vida y la muerte.

 

El día de la tercera revelación es una novela que rompe con todos los esquemas tradicionales de nuestra literatura y se ubica en el paradigma polifónico de la narrativa contemporánea. Un esquisto ejemplo de creación literaria actual y que ubica a nuestras letras en el ámbito universal con todos los merecimientos del buen narrar. Me agradó sobremanera.

Creación y lectura de la obra literaria.

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Si analizamos detenidamente el esquema sinóptico de la obra literaria, observaremos las dos perspectivas de ella: por una parte el autor y por otra el lector. La teoría literaria abunda desde los inicios de la crítica en estudios sobre el autor, la biografía, la época, la ideología, los conocimientos sobre el lenguaje, los aspectos psicológicos, Freud, Jung,, los lingüísticos, etc., también sobre la misma obra, estructuralismos, sociologismos, estilísticos, etc. pero sobre el destinatario de la obra, el lector, son escasos los estudios que existen y los que hay se quedan en meras estadísticas sociológicas, con las salvedades del caso como son los estudios de Galvano della Volpe, sobre el gusto literario. Sobre estos contextos es que vamos a  plantear nuestros seguir comentarios y sobre todo con referencia a la perspectiva de la recepción.

Iniciaremos con EL PROYECTO.

 

"El cerebro límbico procesa las emociones y los sentimientos. Constituye el sentir, la manifestación de las emociones humanas, de los afectos. Posee una estructura similar a la de los mamíferos. En él se registra la sexualidad como fenómeno mental, tal como lo expresa Beauport (1997).

"El territorio del límbico contempla lo que se desea y lo que se quiere, el cómo se afecta ante situaciones que favorezcan los climas emocionales. Desde éste se elevan expresiones tales como "si puedo", "no quiero" y viceversa". Es esa manifestación natural del niño cuando expresa placer o no, ante una situación, preferencias y rechazos, reconoce y diferencia afectos, experimenta fantasías muy ricas, relacionadas con el entorno emocional y sentimental." Pero en armonía con el otro lado del cerebro el izquierdo, "El cerebro Neo-Cortex, está formado por el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho del cerebro, unido por un cuerpo calloso con procesos mentales cada uno. Lo que implica en el campo educativo los procesos cognitivos, se originan los procesos analíticos específicos, se va de las partes al todo. Surgen los para qué, los cómo y los por qué, las causas y los efectos." Esto lo iremos analizando conforme vayamos exponiendo los elementos del esquema del esquema.

 

EL PROYECTO: Todo lo que el hombre construye pasa primero por diseñar un proyecto, un dibujo, un plano. Así, el arquitecto lo hace antes de construir un edificio, el pintor, antes de su creación y el escritor, antes de escribir la obra. Toda creación pasa antes de concretarse por un diseño del proyecto, concreto o mental, una idea, un esquema, una historia, un sueño, una evocación, un suceso o simplemente algo de la naturaleza, observado.

 

El escritor como observador: El escritor posee una basta cantidad de conocimientos y experiencias propios de su cultura y los contextos que ha vivido y conocido a través de lecturas que guarda en su memoria. Son los sistemas paradigmáticos que anotamos en el esquema como 1, 2, 3, 4,...Es ahora cuando inicia el proceso de mímesis acuñado por Aristóteles, selecciona, asocia, combina, a través de su único instrumento posible, que es el lenguaje. Imita a través de su creación la naturaleza humana, y más que ello descubre SU verdad del mundo que le rodea y lo interioriza, lo recibe a través de los sentidos y lo decodifica, le da vida interior y lo comunica a un lector social a, través de la escritura. Para ello sigue los lineamientos del lenguaje en la enunciación: Escoge un sujeto (YO), un TÜ, o un ÉL que enuncia un mensaje, el enunciado, siempre en presente, a un receptor interior llamado destinatario, narratario, lector virtual, que puede ser un amigo del sujeto de la enunciación, testigo, la novia, la musa, el amado, etc.. El autor y el lector social permanecen fuera de la obra escrita y solo idealmente son representados, son creaciones del mismo escritor, así como lo afirman algunos escritores, los seres que amo, para ellos escribo, pero en realidad cuando el libro está publicado, hasta los que no ama tanto, cualquiera, podrá leer su hermoso cuento, novela o poema.

 

Entonces alguien podría preguntar ¿cómo leer una obra literaria? Por supuesto, ahí está la clave del problema. Doy una anécdota, cuando comencé a impartir lecciones de español en un seminario interno, en San Antonio de Belén, los estudiantes casi no leían y había una buena biblioteca, pero les tenían prohibido lecturas como La Celestina, Las mil y una noches, etc. Desde el inicio llevé una novela que posiblemente nadie ha leído de un escritor español, muy poco conocido, llamado Rafael Pérez y Pérez, La casa maldita, y comencé a leerla, capítulo por día, hasta que los fui entusiasmando con la novela y el hábito, comenzaron tal actividad de lectura, que no paraban de leer y por supuesto que leyeron las obras prohibidas. Esa novela no aparecía en los programas oficiales y para ganarme a los curas que son muy acuciosos les leí una obra de teatro de un autor del siglo de Oro que no era Lope de Vega, ni Tirso de Molina, se llamaba El padre de Amescua y la obrita La esclava del demonio. Entonces aplicábamos la lectura crítica para contrastar las posiciones dogmáticas. Los resultados los podemos ver hoy. Muchos de esos alumnos son profesionales exitosos y muy buenos lectores y no cito mis alumnos de las universidades porque la lista es grande. La mayoría logró sus metas propuestas, por sus propios méritos pero con un poco de orientación y entusiasmo así como los conocimientos y el método adecuado para motivarlos y hacerlos viciosos de la lectura.

 

Refirámonos ahora al sistema sintagmático y el paradigmático. El sistema sintagmático es el más sencillo y no por ello menos significativo. Es lineal y la mínima unidad es una palabra, una frase o una oración. Necesita solo dos dimensiones. Es una línea. Un solo grito. Un ejemplo: el niño cuando nace no conoce el lenguaje, pero lo primero que hace, por sí mismo o provocado, es llorar. Ese es su primer sintagma lingüístico. Tiene imagen acústica (sonido, significante) y concepto, significado. Rápido aprende que cada vez que hace ese sonido, su madre está a su lado y le atiende, le da de comer o cariño. Ese ruido, y el olor de su madre, al inicio, se transforma en sustantivo, el llanto, adjetivo llorón, verbo, llorar, y expresa cualquier cantidad de significados: estados de ánimo, dolor, pasión, tristeza, emoción, ternura, soledad, y no solo estados de ánimo sino acciones y hasta cuentos, novelas; entonces se convierte en paradigma: novelas sentimentales, amorosas, etc. Increíble una sola palabra que inicia como ruido y evoluciona hasta llegar a lo inimaginable. Creo que hasta hay un cuento que se llama el grito, también una pintura y hasta una película. Así lo explica Ricoer:

 

"Mediación a través de los signos: con ello se afirma la condición originariamente
lingüística de toda experiencia humana. La percepción "se dice", el deseo "se dice". Hegel lo había demostrado ya en la Fenomenología del espíritu.
Freud dedujo de ello otra consecuencia, a saber, que no hay experiencia emocional, por oculta, disimulada o retorcida que sea, que no pueda ser expuesta a la luz del lenguaje para que revele su sentido propio, favoreciendo el acceso del deseo a la esfera del lenguaje. El psicoanálisis, como talkcure, no se basa en otra hipótesis que en esta proximidad entre el deseo y la palabra. Y como la palabra se entiende antes de ser pronunciada, el camino más corto entre "mí y yo mismo" es la palabra del otro, que me hace recorrer el espacio abierto de los signos".


Y de esta manera comprendemos que el autor selecciona no solo entre los contextos reales sino los contextos biográficos y los sintagmáticos.  El mismo Ricoer lo conceptualiza así: "Pero incluso la relación más irónica del arte respecto a la realidad sería incomprensible si el arte no des-ordenara y re-ordenara nuestra relación con lo real". Esa es la poiesis, la mímesis aristotélica. No es una copia al carbón sino una reorganización de la desordenación. Su verdad, su creación única e irrepetible.

 

Con respecto al sistema paradigmático, ya entramos a la tercera dimensión, el tiempo, y aquí encontramos toda la herencia literaria desde el inicio de la humanidad. Así como los científicos dividieron la naturaleza en tres reinos: mineral, vegetal y animal, a la creación literaria se le redujo solo a dos reinos: el lírico y el épico, y de ellos derivan las familias, y los géneros. No podría sino conjeturar que yo pienso que la lírica fue primero que la épica al igual que lo dijera Lord Byron,. El hombre -según mi entender- contempló la naturaleza y la adoró, le cantó y la llenó de asombro y después debió pelear por ella y su alimento, como defensa, es cierto y nunca como usurpación pero al fin las hazañas, la acción vendría después del amor, del sentir, del mundo de las emociones, del grito profundo del dolor o la contemplación. Así el escritor, a través del estudio y la lectura ha venido superando paradigma tras paradigma, desechando unos y a partir de sus restos creando otros para llegar a los que hoy le sirven de modelo para escoger y modificar en sus creaciones. Siempre, como apuntaría con acierto Aristóteles a partir de la mimesis de la realidad. "El lenguaje cumple una función poética siempre que desplaza la atención de la referencia hacia el mensaje mismo" , afirmaba Ricoer y yo complemento: Un escritor a través del lenguaje poético (literario), polisémico solo puede escoger para plasmar sus obras entre Lírica y épica y de la segunda, la epopeya, el cuento y la novela, sin dejar de lado al teatro y otras formas menos complejas. No importa el tema que dese usar en ellos. Si es novela, aventuras, costumbres, amores, bajo cualquier denominación, históricas, sociales, ciencia ficción, etc. Eso es decisión del autor en su escogencia. Lo importante es la calidad de la obra creada y la permanencia en el tiempo y en el espacio.

 

II PARTE La Recepción:

 

Si la perspectiva de creación de la obra es importante, la más importante, ésta no estará completa sin los lectores. ¿Creen ustedes que Magón escribió sus cuentos para que lo leyeran los campesinos costarricenses, los llamados conchos? o más tajante aún que los costumbristas y novelistas del realismo social, Fallas, Fabián, Gutiérrez , etc. escribieron para que los leyeran los campesinos o tal vez que García Márquez, Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, escribieron las novelas para que los leyeran los latinoamericanos, sobre todo los pobres. No. Los escritores costarricenses escribieron, en el mejor de los casos, para que los leyeran sus amigos, los citadinos y los otros para los europeos. Las razones son obvias en nuestro caso, los campesinos a pesar de ser el objeto de las obras, el modelo, no sabían casi leer y si lo sabían no leían o leían muy poco. Y lo primero que un escritor, seguro piensa, o lo sabe inconscientemente es que el lector sabe leer y entenderá su obra, le gustará, se emocionará con ella, se identificará con sus personajes o sentimientos expresados y disfrutará mucho de hacerlo. No siempre será así, por su puesto pero ese es su expectativa. Esto nos abre una gama de lectores finita pero enorme. Todos saben leer pero sus contextos pueden ser muy diferentes, y sus conocimientos también, sin considerar sus experiencias vitales que irán a influir en las lecturas. Y si eso es así, como lo creo, las interpretaciones y valoraciones van a ser casi indeterminadas e imprevistas. Hay por lo menos tres modalidades que utilizan los lectores, cuando leen una obra, supongamos, una novela. Una lectura apasionada, emocional, donde utilizan de preferencia el lado derecho del cerebro. Viven, lloran, ríen, y exponen todos sus sentimientos ante los personajes y sus peripecias. Se identifican con ellos y a unos aman y otros detestan. Así lo observaba Vargas Llosa con respecto a Madame Bovary, de G. Flaubert. Es una lectura apasionada, emocional. La segunda lectura es racional, el lector se detiene en su lectura, analiza, reflexiona, destaca, subraya, escribe notas, y hace esquemas, comentarios y escoge palabras, frases, señala sintagmas, personajes, algunas descripciones, aptitudes, codifica los personajes, los contrapone, etc. Es decir aplica la inducción y la deducción para ir entendiendo los detalles, lo oculto de la obra, el paradigma de la misma, las relaciones entre contextos ideológicos y sociales y literarios y los valores subyacentes, etc. Con ello crea una hipótesis de interpretación. La tercera modalidad no es más que de verificación de su hipótesis, confirma su interpretación, respira profundo, con satisfacción, disfruta la obra, y la valora.

 

Yo suelo hacer una sola lectura lenta que integra las tres modalidades, no es fácil pero después de muchos años de practicarla, he llegado a la conclusión que nuestro cerebro es capaz de realizar esa tarea simultánea y que no es tan difícil. Intenten realizar una lectura integral de la obra y verán que es posible y los resultados son muy halagüeños.

 

Esto nos explica por qué aparecen tantas posiciones sobre una misma obra literaria. Si ella es de calidad y bien escrita, su lenguaje polisemántico y de gran sencillez pero profunda significación, entonces permitirá muchas interpretaciones, diferentes de ella pero todas destacarán sus atributos. No hay malas, ni buenas lecturas de una obra sino lecturas más detalladas, profundas, esclarecedoras, fundamentadas y verosímiles. Un conocedor de la naturaleza de la obra literaria y con buena sensibilidad hacia el arte, siempre dará una mejor interpretación y valoración de la misma que un lector desprovisto de los conocimientos básicos. Todos dirán al final, me gusta o no me gusta pero no pasará de ser una opinión más.

LA FUGITIVA: VISIÓN FEMENINA DE UNA ÉPOCA

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LA FUGITIVA: VISIÓN FEMENINA DE UNA ÉPOCA.

 

 

Esta novela, escrita por el nicaragüense Sergio Ramírez, ha sido publicada este año de 2011 por la editorial Alfaguara de España. Ha recibido muy buena acogida en los ámbitos literarios internacionales y aparecen muchos comentarios y reseñas en diferentes periódicos y revistas literarias así como en las páginas especializadas de Internet.

 

La primera observación que leemos es, si es una novela  o una biografía. Algunos señalan que es una biografía novelada y hay quienes anotan que, por el contrario es una novela biográfica y todos insisten en señalar a la escritora costarricense Yolanda Oreamuno Unger como la protagonista de la obra y que se utilizaron a tres mujeres de su misma época como narradoras de la vida de ella, encarnada con el nombre de Amanda Solano. Se trata de Gloria Tinoco, la primera, cuyo nombre histórico es Vera Tinoco Rodríguez de Iglesias, Marina Carmona, la segunda, que suplantaría a la escritora e intelectual Lilia Ramos y por último a Manuela Torres que sería el seudónimo de Isabel Vargas Lizano, la famosa cantante costarricense, más conocida como Chavela Vargas, oriunda de San Joaquín de Flores, cantón de la provincia de Heredia y no de Santa Bárbara de Heredia, como se anota en el texto.

 

La novela está estructurada formalmente en cinco partes. La primera se le llama La fiesta de los ángeles y corresponde al entierro en Costa Rica de Amanda Solano cuando es traída, años después de muerta y depositada en el Cementerio General, en San José, la segunda parte, Solo a la muerte se llega demasiado temprano, que corresponde a la visión de Gloria Tinoco, la tercera, Las islas de la agonía y los montes de la estupidez ajena, a la de Marina Carmona , la cuarta, Cuántas luces dejaste apagadas, yo no sé cómo voy a apagarlas  a la de Manuela Torres y por último un postfacio tituladoUn abigarrado conjunto de paraguas, fin del entierro.

 

Llama la atención una nota al final de la edición que dice textualmente:

 

"Esta novela es una obra de ficción. Todos los personajes y situaciones han sido inventados y se deben a la imaginación del autor"

 

Comencemos por esta nota. Si la novela hubiese sido escrita en el siglo pasado probablemente esta aclaración sería necesaria pero en el año 2011 quien crea que una novela no es ficción, embuste, invento, creación de un autor, conoce poco del arte literario. Pero cabe la pregunta, ¿por qué se hace esa aclaración? Precisamente porque el autor supone y no es ingenuo, que muchos lectores y críticos, lo primero que buscan en las obras literarias es cotejar los entes de ficción, personajes y acontecimientos con los referentes históricos que posibilitaron esa obra. Error craso pero frecuente. En este caso la novela se presta para acudir a esos referentes por ser muy evidentes y fácilmente detectables pues el verosímil de la misma  obra no los encubre, ni los disimula. Irremediablemente el lector que conoce esos contextos biográficos, sociales e históricos lo primero que hace es verificar, no solo su parecido sino la certeza de los mismos. Y está en todo su derecho de hacerlo, pues ello le permitirá disfrutar más de la creación. Lo malo sería que no trascendiera ese primer eslabón y se perdiera en buscar parecidos y desaciertos y dejara de encontrar la esencia misma de la novela que se refugia en esas visiones femeninas no solo de uno o dos personajes sino de sus propias vidas, sus vivencias sociales e históricas que les correspondió vivir, ese mundo privado que sutilmente el autor va desnudando en cada momento de su creación. Y en esta novela sucede de la siguiente forma:

 

Toda manifestación del lenguaje es una enunciación, un acto de comunicación de un sujeto que enuncia algo a un destinatario, en un tiempo presente. Aquí es un escritor-investigador que enuncia lo que oyó e investigó de parte de tres personajes femeninos distintos sobre una mujer llamada Amanda Solano y otra llamada Edith. De manera inteligente y  con gran conocimiento del arte escritural este sujeto de enunciación se retira de lo enunciado, se aleja, permanece al margen y evita el yoísmo inoportuno del pasado y da la palabra a las voces femeninas que crean su propia enunciación. De esa forma cada una de ellas se convierte en el sujeto de su propia enunciación y cuenta su historia y a su vez las implicaciones con el personaje centro de la novela que es Amanda y muy colateralmente Edith. Tres visiones diferentes y tres perspectivas narracionales que permiten crear una novela polifónica sobre una misma temática: la vida de la mujer en una sociedad patriarcal.

 

Si quisiéramos llamar esta novela biográfica ¿por qué no hacer lo mismo con todas las novelas de personajes, tales como Doña Bárbara, Pedro Arnáez, Marianela, Marcos Ramírez, El Ulises y tantas otras más?  Lo cierto es que es una novela, una creación literaria, un embuste, una bella mentira que gracias al lenguaje polisemántico crea una hermosa realidad digna de disfrutarse.

 

Las tres visiones son distintas y tratan en su esencia aspectos diferentes de una misma realidad social e histórica, la de Gloria Tinoco la historica a partir de los años veintes hasta el presente de la enunciación que llega hasta el año 1956 e incluye la niñez  y adolescencia de las mujeres, compañeras de colegio y aventuras, la segunda de Marina Carmona más ajustada al ámbito político e intelectual de la época y  la de Manuela Torres establecida en los años de estadía en México por parte de Amanda. Sin dejar de lado el escenario o espacio geográfico que se inicia en Costa Rica, Chile, Guatemala, Estados Unidos y sobre todo México. Así podríamos afirmar que la visión feminista de esa época abarca tanto los aspectos históricos, como los sociales de Centroamérica y México con respecto a la vida patriarcal que vivieron (y nos atrevemos a decir viven) las mujeres en ese período de la historia. Y lo más sobresaliente de esa visión plurifónica, la vida íntima y privada de ese mundo de vivencias, aspiraciones, frustraciones, desengaños, impotencias, alegrías y sinsabores que les correspondió vivir a esas mujeres, cuyo núcleo lo encarnó Amanda Solano.

 

"¡Qué quiere usted? El molde del que Amanda salía era el de una sociedad patriarcal. Poco más tarde vendrían sus opiniones provocadoras acerca del matrimonio, y las más provocadoras aún, acerca de las diferencias entre esposa y amante, que están en un pasaje de un cuento suyo de 1937, escrito apenas cinco años después. Tener esposa, después de todo, no es lo mismo que tener mujer, dice en ese cuento; la esposa fiel es una institución, un deber, y, a veces, una calamidad. La mujer, en el sentido de amante, está dotada de una sensibilidad que la esposa no tiene, porque la esposa , cuando es constante, no conoce el pecado de la infidelidad, de ahí que sea mucho más fácil engañar a una esposa que  a una amante con otra amante, ya que la amante tiene una perspicacia agudizada por la incertidumbre, lo que la hace notar de inmediato cualquier violación al código de las relaciones ilícitas, mucho más implacable que el código de las relaciones matrimoniales" (p. 163).

 

Se va así configurando la tragedia de la mujer en esa sociedad. Y peor sufrimiento si ésta era muy bella, rebelde, de ideas revolucionarias, sincera y natural. Una por lesbiana y borracha, otra por poeta entregada a los placeres carnales, la más recatada por permaneceren  el celibato y nunca casarse y ser intelectual y la más acorde con lo programado con una consciencia diferente sobre la sociedad que la hacía sumisa y sospechosa a la vez. Verdaderamente eran distintas y se presentaban como "anormales" diferentes en una sociedad claramente codificada con los valores cristianos de la mujer para el hogar, educar hijos y realizar los quehaceres domésticos. Solo el hecho de pretender y practicar la escritura y el estudio ya las convertía en violadoras de lo establecido y se les apartaba de la sociedad ideal del momento. Con una salvedad que aparecía en Amanda, la atracción masculina por se desmedida belleza por lo que no podía pasar desapercibida y esa ingenuidad que le llenaba de misterio y dominio sobre los demás. Era demonio y ángel en una misma persona. Y eso quizás fue su perdición en esa sociedad enajenante y machista donde el hombre imperaba sino con la razón,  sí con el poder institucionalizado.

 

La tercera visión se nos presenta un tanto diferente a las otras en cuanto que la voz representa a una mujer muy sensible, cantante de rancheras pero sin estudio formal y víctima del alcohol y por si fuera poco para esa época y sociedad, lesbiana. El verosímil de esa visión interna a la obra se ve violado por su misma naturaleza, pues no existen sustentos reales para su aguda e intelectual visión de ese mundo con respecto a sus conocimientos que no fueron otros que su vivencia cotidiana en bares y borracheras, si bien es cierto alternaba con algunos intelectuales, en esas condiciones es difícil cambiar su visión de mundo. Pero para concluir la novela sí le permitía complementarla con un personaje sufrido, y triunfador, pobre y vicioso pero aplaudido y reconocido más allá de las fronteras patrias que tanto despreciaron todas ellas y con justa razón.

 

No aparece ningún hombre como personaje y tampoco se escucha la voz de Amanda si no es a través de sus amigas y compañeras de viaje hasta la muerte. Vida y muerte de unos personajes femeninos que se atrevieron a ser distintas en una sociedad de iguales y deseáramos agregar, muerte también de esa alienante realidad pero solo avizoramos un horizonte desdibujado que está muy lejos aún por alcanzar.

 

Si bien es cierto esta novela comienza con dos gazapos, más cercanos al editor que al mismo autor, de tipo gramatical cuando usa un gerundio como adjetivo y un mal uso de la preposición "a", los dos en la primera página, con lo que posiblemente desaliente al lector, pero ya en su lectura total, encontramos una novela bien estructurada que atrapa al lector en esa lucha constante entre una sociedad que impone sus reglas infranqueables sin conmiseración alguna a cuatro mujeres que lucharon por realizar sus proyectos de vida, entregando su propia existencia y muriendo en la defensa de sus propios valores humanos que las convirtieron en héroes, si bien degradados, sí reconocidos, en una sociedad degradada y degradante.

 

Y por último, otro de los aciertos de esta novela es la sutil y bien escogida muestras de elementos y accidentes históricos y sociales que dieron marco a estas vidas ejemplares por humanas y distintas. Desde la mención de los lugares, y breves señalamientos de los barrios aristocráticos josefinos, Amón, Tournon, Aranjuez, etc. a las más rancias familias de esa sociedad patriarcal, pedante, clasista, hipócrita, enajenada en lo material y egoísta que victimizó a quienes no pertenecían a ella y hasta a los que perteneciendo, llegaron a menos, o se resistieron a su doble moral.

El otoño del Patriarca: una lectura crítica

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EL OTOÑO DEL PATRIARCA: UNA LECTURA

 

 

Presentar una lectura de esta novela, ordenada bajo una estricta secuencia lógica, no solo es difícil, sino que traiciona el sentido mismo de la obra. Haremos el intento, no obstante, con dos fines fundamentales:

  1. Para demostrar que la novela presenta una modalidad escritural polifónica (carnavalesca, Menipea, y dialógica)
  2. Poner de manifiesto el sentido de tal disposición novelesca no solo como una necesidad de sentido sino como una abierta acrítica a la concepción de mundo logocéntrica europeísta y un aporte a una ideología revolucionaria latinoamericana.

La novela consta de seis partes, separadas por espacios blancos y sin numeración y consta de 271 páginas. Cada una de estas partes tiene unidad y forma circular. En cierta manera es independiente de las otras y, a su vez, cobra sentido en su globalidad. Con ello queremos decir que cada parte presenta su propia distinción. No vamos a encontrar en ellas, ni en la novela en general, causalidad, identidad, definición, sustancias como móviles lógicos sino analogía, la relación, la oposición, la repetición o reiteración.

Las seis partes inician la novela y se inician ellas bajo el mismo lugar, tiempo, acontecimiento: Muerte del patriarca y personajes: Los nuevos, los actuales ciudadanos y futuros gobernantes. El narrador se define al comienzo como un "nosotros", en las seis partes y aparece en un presente, como testigos presenciales del hallazgo del cadáver del general. Su papel es describir, señalara, relacionar, el espacio concreto que van descubriendo conforme avanzan en el interior de la casa de Gobierno y en la vida del Patriarca.

Es lunes cuando entran a la casa, una nueva época, hay señales de gallinazos, destrucción de la casa por las vacas, muerte, desolación, soledad, misterio: luz decrépita.

Esta virtualidad es de viaje, entrada al misterio, a lo inesperado, a la leyenda, al carnaval. El narrador de la novela en tercera persona plural da la palabra a otras voces (polifónismo), al Patriarca, ministros, mujeres, niñas, concubinas, etc., para que vayan presentando poco a poco, en aparente desorden, cíclicamente, desde las más variadas circunstancias, los hechos que reflejan la figura del Patriarca. Es de observar que no aparece definido, estereotipado, sino como un ejemplo de hombre que abarca todos los extremos posibles: violento-tierno, tiránico-magnánimo, cruel-indulgente, poderoso-débil, rico-pobre, egoista-dadivoso, justo-injusto, Dios-hombre-, alto-bajo, grande-pequeño,, etc. y todo ello de acuerdo, no solo a las circunstancias, sino a los puntos de vista de cada uno de los personajes que lo miran, del observador. Es una especie de caleidoscopio, él, la novela y el observador.

La iniciación de la obra se presenta, entonces, en el nivel de la enunciado que a la vez se desdobla hacia el nivel de la enunciación, para abrir paso a una nueva evocación en el tiempo y la historia, conforme se avanza en el pasado y la casa. El nosotros desaparece rápidamente, sin dejar casi huella y comienza una narración del Patriarca así mismo, como apelaciones a su madre Bendición Alvarado, y con la participación de los personajes en primera persona ya que son los sujetos del enunciado, y sin señales de diálogo o explicaciones, en estilo indirecto-directo.

La escritura de la novela, el lenguaje, es elemento significativo de esta subversión. Son el escenario, la ambivalencia, la hipérbole, la metáfora, y la metonimia, las que permiten y posibilitan esta nueva forma de lenguaje en la novela polifónica.

La primera persona se presenta bajo la forma verbal "vimos" "Albarca bautismal, caballería-berlina, de los tiempos-furgón, de la peste-carroza, del año del cometa-coche fúnebre del progreso dentro del orden-limosina sonámbula. Obsérvese que todos ellos tienen su historia y es eso lo que después iremos conociendo, a través del relato. También "vimos" los rosales de los leprosos, la galería de arcadas (concubinas mil y los sietemesinos)-cocinas, la ropa tendida-sentina, sauces babilónicos, etc. Todo está ahí, la casa es una historia, es la historia de la nación. Luego apunta el narrador: Subimos: planta principal-oficinas-salas oficiales- y vimos: cuadros heroicos, de santos, y militares, las vacas,, sala de música, mesitas de dominó, mesas de billar, máquina del viento (mar que se fue). Jaulas de los pájaros, etc. Esta visión no se presenta en orden causal sino por contraste entre lo exótico y lo conocido, lo culto europeo y lo vulgar criollo. El contraste entre ambos se da en toda la novela. El ahora y el pasado, el aquí y el allá, muestra una mezcla de gustos contrarios propios de la ocupación militar (conquista) y cultural.

Y agrega el narrador:

"...y entonces empujamos una puerta lateral que daba a una oficina disimulada en el muro, y allí lo vimos a él...(p. 8): viejo, tirado en el suelo bocabajo y con el brazo derecho de almohada". Nadie lo había visto. Lo conocían a través de la leyenda o de terceras personas "alguien había contado que lo vio" Solo sabíamos que vivía porque: la vida seguía-el correo llegaba- la banda municipal tocaba los valses y porque "habíamos visto una vaca contemplando el crepúsculo desde el balcón presidencial".

Hasta aquí está dicho todo y nada. Se han creado las condiciones para interesar, asombrar, motivar, la curiosidad del lector. Ahora se necesita conocer lo que apenas son indicios, señales, adelantos que intrigan. Nos sentimos, como lectores, viajeros en la aventura que nos propone el narrador. Cada vez sabemos más pero ignoramos aún más y solo al final, sabemos tanto como ahora pero hemos asistido a un largo viaje en la historia de nuestros pueblos latinoamericanos.

Al penetrar en las evocaciones de cada parte de la novela, vamos a observar una misma presentación.

Muerte fingida o real del Patriarca-presente-lunes histórico, luego evocaciones; primero en tercera persona y luego ésta deja que los diversos personajes hablen. Los hechos se presentan en un orden inverso a como sucedieron. Así nos vamos alejando cada vez más en la historia. Primero los hechos recientes, que sucedieron en épocas pasadas, luego los más lejanos y por último, los primeros. Esta forma no es lineal sino circular, reiterativa. En cada parte se recorre lo largo y ancho de la historia. Es más bien un espacio. Toda la estructura de la novela es espacial: horizontal pero vertical.  Todas las seis partes forman el cuerpo de la novela con sus tres dimensiones naturales. Por ello se recorre la historia desde la conquista: los carnavales, los ingleses, y los gringos, las revueltas, caídas y llegadas de los nuevos tiranos, sus crímenes, despotismos, hasta la muerte del último tirano ilustrado (Ataulfo Muñoz) Federal depuesto por él. Solo al final de la novela conocemos más del origen del Patriarca: hijo natural (así se le dice a los que su padre no reconoce) de Bendición Alvarado, proveniente del páramo, que hizo la guerra solo por conocer el mara. Un origen opuesto al origen mítico de la leyenda: hijo de Bendición Alvarado que lo parió sin dolor y sin conocer varón y que en sus manos estaba escrito que sería REY.

Otra característica estructural que recorre toda la novela y por supuesto las diversas partes es el dualismo VERDAD-IRREALIDAD.

Lo que aparece como verdadero pronto se evidencia como lo contrario. Para uno es real lo que para otros no lo es. Así aparece los periódicos hechos solo para él con noticias que le agradan, los discursos viejos, la televisión, las colegialas, la canonización de su madre, la muerte de los niños, las torturas de José Ignacio Sáenz, los amores infructuosos. Toda la novela está demarcada en estos dos ejes. La imagen de Manuela Sánchez para él es hermosísima, como la Dulcinea para Alonso Quijano, mientras que para otros, era una tetona nalgoncita que se cree la mamá del gorila. Su doble Patricio Aragonés y su muerte (doble). Como puede observarse no hay definición unívoca. Es y no es. Se vive un tiempo de dobles sentidos, apariencias. Él tiene y no tiene poder, es un Dios y a veces un pobre diablo. El mundo del engaño, de las apariencias, cobra sentido por contraste. Lo mismo podría decirse de la historia. La llegada de los marines se explica como necesaria, por caridad, para controlar la peste amarilla (en nuestro medio, hoy, para construir hospitales o combatir el narco), cuando a través de sus actos sabemos que no fue así. La imagen del Patriarca bajo esta ambivalencia, lo mismo que la historia, el poder político, las relaciones entre gobernados y gobernantes, la iglesia, etc., dejan claro una intencionalidad: una irónica y fina manera de mirar e interpretar nuestra historia.

Por eso en cada parte aparecen momentos de gloria y momentos de fracaso, tiempos mejores y tiempos peores, de paz y de guerra, de crimen y de amor, de vida y de muerte, de caídas de poder y excesos del mismo. No pueden separarse, hay que asumirlos en conjunto. Ciertos indicios lo especifican: ida y regreso de los paralíticos, leprosos y ciegos del jardín de las rosas, eliminación de los poderes y ministros y sus  nuevos nombramientos, represión del pueblo y dádivas consolatorias, encierro del Patriarca y salida al pueblo amor de Manuel Sánchez y desaparición de ésta, expulsión de los religiosos y su regreso, casamiento con la monja Leticia Nazareno, muerte de su madre, Bendición Alvarado, decreto de su canonización, amores y juegos sexuales con las colegialas, soledad y tristeza por saber que eran prostitutas (después), calamidades como las del huracán, milagros del Patriarca (destrucción-construcción del país) amores con su esposa Leticia Nazareno, muerte de ella y su hijo Emanuel por los perros.

Por cualquier lado que intentemos penetrar en la novela, encontraremos estas dicotomías, ambivalencias, tanto a nivel escritural como semántico. De pronto aparece que el Patriarca termina (muere) y luego asistimos a períodos de mayor poder y vitalidad. Es algo así como un mal eterno, irremediable, cíclico, producto de la fantasía pero terriblemente real.

La novela se realiza como un diálogo consigo misma y con otros textos (intertextualidad). Es dialógica y supera el concurso de diversos textos en ella.

No hay duda de que el Quijote está presente con esa visión profunda de la realidad-irrealidad (Manuela Sánchez-Dulcinea), la Biblia que ni siquiera se disimula, es una incorporación intencional. Se podría realizar una comparación entre el Patriarca y Cristo, para anotar los parecidos y las diferencias. Él nace de madre virgen (leyenda), trae señales de Rey, es profeta y visionario, hace milagros (cura a los leprosos), ciegos, paralíticos, no se conoce sino su vida pública (Patriarca), su destino estaba en los lebrillos (escrituras), se considera Dios, y solo él sabe quién es él, conjura los huracanes (diluvio, barcaza), etc. También otros nombres como Bendición, Leticia, Nazareno, su hijo Emanuel son ejemplos de la intertextualidad.; por otra parte hay alusión a textos del mismo escritor (pelea de gallos), Iguarán, etc. Estos textos se incorporan no como citas o plagios sino como productividad creaadoraa, esto es, ellos cobran nueva significación en el contexto de la novela. Así la religión con su visión geocéntrica se problematiza para dar testimonio de una realidad histórica oculta, oficialmente negada. Su misma muerte (del Patriarca), como la de Cristo, sucede en sábado (fin de semana y trae gloria, cantos de alegría. Es una parodia a la vida y milagros de Jesús, solo que desde ángulos diferentes:

"Yo soy el que soy"

Textos como las crónicas de Cristóbal Colón a los reyes españoles, se incorporan:

"De muy hermosos cuerpos y muy buenas caras, y los cabellos gruesos y casi como sedas de caballos"

También hay trueque de mercancías, solo que narradas desde una perspectiva del acá y no española, con ironía, sin oficialismo.

Bajo esta compleja, pero expresiva estructura podemos describir brevemente, sin comentarios, con el único afán de presentación, los acontecimientos más importantes de las diferentes partes de la novela.

 

  1. Tiempos de gloria:

 

"...mientras resolvía problemas de estado y asuntos domésticos con la misma simplicidad con que ordenaba que me quiten esta puerta de aquí y me la pongan allá, la quitaban, que me la vuelvan a poner, la ponían,.... (p.12)

Notamos cómo la tercera persona narrativa da la voz directamente al personaje (yo-Patriarca), para que narre. Esta técnica será empleada en toda la novela, excepto en los inicios y algunos finales de las partes, donde narra un "nosotros" en presente (de la enunciación) y representa la época nueva.

Luego abre los procesos de presentación del doble Patricio Aragonés:

 

"Aquel estar simultáneo en todas partes (como Dios, esto es nuestro)) durante los años pedregosos que procedieron a su primera muerte, aquél subir mientras bajaba, aquél extasiarse en el mar mientras agonizaba de malos amores no eran un privilegio de su naturaleza, como lo proclamaban sus aduladores, ni una alucinación multitudinaria, como decían sus críticos, sino que era la suerte de contar con los servicios íntegros y la lealtad de perro de Patricio Aragonés". P.14.

 

Nótese la distinción: estar en todas partes, como Dios, pero a la vez, la otra verdad: los servicios de su doble, su impostor oficial vitalicio.

Luego se narra los amores frustrados de Patricio con la reina del carnaval, las relaciones con las concubinas (hijas de ambos). Aparece el general "compadre de toda la vida", Rodrigo de Aguilar. Es el momento en que pasea por la calle libremente.

 

"Esta gente me quiere"   "Déjelos que me quieran" p. 19

 

Visita la casa de los arrecifes, donde mueren los tiranos y él les quita hasta sus últimos recursos:

 

"Jugaba, en la casa de los arrecifes, dominó con antiguos tiranos destronados" p. 20

 

Eran tiempos en que:

 

"...él chapaleaba en la ciénaga grande de la felicidad" p.21

 

Obsérvese la contradicción ciénega-felicidad. Esta dicotomía la vamos a encontrar en todos los niveles de la novela.

El narrador informa acerca de la madre del Patriarca, Bendición Alvarado, y su lugar de residencia: la mansión de los suburbios. En este mismo lugar  descansará el Patriarca, en una hamaca a la sombra de los tamarindos babilónicos. Sería un leiv-motive de cada parte de la novela y de ella en su totalidad. Se describe o señala la ubicación: puerto, mar, Elo Caribe, los tamarindos.

Uno de los acontecimientos importantes de esta primera parte es el fingido atentado en la gallera, vislumbrado por el General, en la muerte del gallo que se convierte en presagio de futuros males. Y es que la novela adelanta acontecimientos (prolepsis) a la vez que presenta hechos ya anunciados (analepsis) y otros acaecidos pero reinterpretados. Están, por lo tanto, presentes los recursos de los sueños futuros. Es una manera dual de adelantar acontecimientos, fijar hechos y presentar dos niveles de verosimilitud: el oficial y el mítico o simbólico.

Después de sufrir estas premoniciones, el dictador cae en depresiones y se aleja de la vida pública para encerrarse en su oficina privada-dormitorio. Se operan cambios profundos en su naturaleza y muestra sus debilidades.

 

"pensando madre mía Bendición Alvarado si supieras que ya no puedo con el mundo", p.25

 

Poco después se presentan actos de sublevación. En este caso, manifiesta estaados a través de los globos, que reflejan el descontento del pueblo y sus protestas. Aparece herido de muerte Patricio Aragonés como símbolo del reclamo popular.

 

"¡Muera el tirano!" p. 27.

 

La muerte de su doble permite (al tirano) cobrar nuevas fuerzas y con mayor vigor dominar la situación política y tomar las riendas del poder. Es la primera muerte del tirano (para el pueblo) y su resurrección. Después de este acontecimiento su imagen cobra visos de leyenda y de hombre eterno. Gobierna con mayor rigor y se entera, a través de Patricio, de la verdad del pueblo: no lo quiere.

 

"Se iba convirtiendo en el hombre más solitario de la tierra" p. 30

 

Esta muerte le permite contemplar desde su escondite lo que hace el pueblo con su cadáver y luego cobrar venganza.

 

"de ahora en adelante voy a mandar yo solo sin perros que me ladren"

 

Tal y como lo veníamos señalando, después de momentos de debilidad, se afianza más en el poder y recobra su fortaleza. Por ello toda la novela gira en torno a este ritmo: sube y baja.

 

Sube a la casa de los acantilados y ve un carnaval de cosas: Las Antillas, el volcán de Martinica, el hospital de los tísicos, un negro gigantesco, un mercado infernal y Cartagena de Indias.

Ve las tres carabelas y a la par el acorazado de los infantes de marina.

Como se puede observar, llegamos, en la evocación, a épocas del descubrimiento (llegada de los españoles), pasando por la ocupación de los marines norteamericanos. Es como un corte vertical a la historia hispanoamericana. Un repaso a sus principales acontecimientos desde una perspectiva diferente a la oficialista.

 

Parte II

 

Se inicia de igual manera a la anterior: un narrador nosotros (yo más los otros)  recorriendo la casa, el mismo día Lunes, después de la muerte del Patriarca. Se hace alusión a su primera muerte (Patricio Aragonés). Y volvemos a presenciar los contrastes de la casa, VIMOS:

 

-Sillón mordisqueado por las vacas

- estuches de pinturas

- tinaja

- cama nupcial

- letrina portátil

- cama de cuartel (marines)

 

Cada objeto representa una particular historia y es esto, lo que hace el narrador en cada parte. Las anuncia y luego nos presenta los acontecimientos que las significan. Por ello la casa es un museo de la historia del patriarca y su pueblo, diferente de la historia oficial, es su mundo privado tan caro a la novela como género y que el narrador afirma presentaban los textos escolares: patriarca descomunal, amaba a los niños y animales, se anticipaba a los designios de la naturaleza, adivinaba el pensamiento, conocía la sal de virtud para amar a los leprosos, paralíticos y ciegos, etc. Se informa además de que vendió el mar (en C. R. han intentado vender islas), tenía cinco mil hijos, todos sietemesinos; se anuncia el nombre de su esposa Leticia Nazareno y que su madre lo concibió sin varón. El narrador hace énfasis en la falta de sentido histórico y luego introduce la narración directamente con los acontecimientos, comenzando por el desembarco y ocupación de los infantes de marina al mando del almirante Higgingson.

 

"aquella falta de sentido histórico había de tener su noche de esplendor en el banquete de gala con que celebramos el desembarco de los infantes de marina al mando del almirante Higgingson" p. 52

 

Los infantes ocupan el país, ordenan, disponen y una vez que regresa el "orden" se van, llevándose todo. Se destaca el papel subordinado, segundón, servil, de los oficiales del tirano del acá. Sigue luego una época de gloria que aprovecha el tirano para darle regalos exóticos a su madre: sirena viva, un ángel de cuerda, y un caracol gigante.

Nos enteramos de que él sucedió al tirano Lautaro Muñoz, federal como él. Luego pasa a narrar la fiesta de celebración de los diez años de poder y en contraste la muerte de los generales, entre ellos mismos. Vuelve a nombrar los ministros y el progreso material en la construcción de obras que no terminan (como Caldera en C. R.)

La segunda parte podemos llamarla de los amores imposibles del Patriarca  con Manuela Sánchez. El viejo que todas las tardes visita a su  dama para contemplarla con una mansedumbre ancestral y más dócil que una mascota. Aquel hombre todopoderoso, se derrite y da pie a una imagen de tristeza, de soledad, de sufrimiento, de compasión. Copiamos la cita completa de la manera como Manuela Sánchez ve a su tierno enamorado, por ser muy importante para usar como contraste con otros puntos de vista: (Tal vez recuerda a Pedro Páramo, ante Susana San Juan)

 

" Y entonces me atreví a mirarlo de frente por primera vez haciendo girar con dos dedos la brasa de la rosa para que no se apoderara el terror, escruté sin piedad los labios de murciélago, los ojos mudos que parecían mirarse desde el fondo de un estanque, el pellejo lampiño de terrones de tierra amasados con aceite de hiel que se hacía más tirante e intenso en la mano derecha del anillo del sello presidencial exhausta en la rodilla, su traje de lino escuálido como si dentro no estuviera nadie, sus enormes zapatos de muerto, su pensamiento invisible, su poder oculto, el anciano más antiguo de la tierra, el más temible, el más aborrecido, y el más menos complacido de la patria que se abanicaba con el sombrero de capataz contemplándome en silencio desde su otra orilla, Dios mío, qué hombre más triste, pensé asustada". Pp. 77-78.

 

Poco a poco se convierte en el hazmerreír del pueblo:

 

"Ahí viene el general de mis amores".p. 81

 

Y aplica sus métodos para dejar a Manuela Sánchez sola, sin amantes, para disfrutarla él en su imaginación. Los mayores goces de su amor los tuvo cuando pasó el cometa y Manuela, del susto rozó su mano. Trata de crear nuevos acontecimientos impresionantes pero solo consigue un eclipse y con él la desaparición de Manuela y la imposibilidad de recuperarla.

El mismo narrador dice que contaba con 107 y 203 años de edad y que sabía que no podía morir de amores.

 

La tercera parte:

 

Inicia de igual manera a las anteriores: muerte del Patriarca. Se dan noticias de las últimas personas que lo vieron vivo, tal el caso del embajador Palmerson: un viejo, pero acto seguido nos lo presentan en época de gloria, cuando no había perdido la memoria y llamaba a los habitantes con su nombre, comía en las casa de los vecinos y salía en público; participaba en las peleas de gallos, hasta que su madre descubre un huevo con dos yemas. Entonces clausuró los poderes legislativo y judicial, eliminó los ministros. Tiene sueños sobre su muerte, consulta una pitonisa y ve su futuro, luego la mata. Lleva a cabo actos crueles como la posesión de Francisca Linero y la muerte de su esposo Poncio Daza. Se torna rencoroso por la desaparición de Manuela Sánchez y su amor imposible.

Aparece el huracán y hace estragos en la población. Entonces él desde su barcaza pintada, oficial, termina con el huracán y lo pone en fuga. Nueva gloria y se vuelve magnánimo. Hay amnistía a los políticos enemigos y comienza la reconstrucción y nuevos actos de exceso de poder: concede el derecho de pesca sin límites, hace fraude con la lotería y se presenta el problema de los dos mil niños que manda a matar (rey Herodes) y luego mata a quienes aataron sus órdenes. Nueva alzada de los militares y matanza colectiva en el cuartel, para llegar a tener la época de cien años más de paz. P. 121

Nuevo atentado contra él por el falso leproso, búsqueda de los culpables e intento de internarlo en un hospital de ancianos y cena macabra del cadáver de Rodrigo Aguilar.

 

"Listo para se servido en banquete de compañeros por los destazadores oficiales ante la petrificación de horror de los invitados que presenciamos sin respirar la exquisita ceremonia del descuartizamiento y el reparto..." p. 127

 

IV parte.

 

La cuarta parte inicia igual a las anteriores: preparativos para embalsamar y arreglar el cadáver del Patriarca. Se adelanta la muerte de Leticia Nazareno pero lo que realmente se narrará es la muerte de su madre, Bendición Alvarado. Se encierra a cuidarla, casi como si se tratara de una madre, la baña, le da de comer y la vigila minuto a minuto. En la muerte de ella, se plantean otra vez los dos niveles: el real y el imaginado o mítico. Origen del patriarca, desfile del cadáver de su madre por todo el país, santidad e investigación para el proceso de canonización por Aldous Demetrio y decreto de "Patrona de la nación", expulsión de todos los religiosos y secuestro de Leticia Nazareno desde Jamaica (monja). La hace suya.

 

V parte

 

Inicia igual, un poco antes del anochecer del lunes histórico. Aparecen indicios del narrador de primera persona plural (nosotros) que discuten en la casa de Gobierno, el futuro del país. Se trata de los Liberales y Conservadores que han vuelto para ver cómo se reparten el poder.

Luego pasa a narrar los días que pasó el Patriarca con Leticia Nazareno y cómo le enseñó a leer y escribir, lo urbaniza y logra de él casarse y tener un hijo a quien llama Emanuel. Es la época en que se anuncia la visita de Rubén Darío.

Por otra parte Leticia Nazareno logra que regresen los religiosos y sus hermanos los Nazarenos que se roban todo y realizan toda clase de fechorías. Los leprosos, paralíticos y ciegos se internan en hospitales y se vislumbra una época de "cultura" europea. Él mismo asiste a una velada cultural en el teatro con su esposa.

El pueblo comienza a sublevarse porque Leticia Nazareno no paga lo que compra en el mercado y por los robos de los nazarenos y terminan asesinados, ella y el hijo de seis años. Mueren descuartizados por los perros.

Nuevamente se encierra en su soledad, por el luto de estas muertes.

La Promesa

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LA PROMESA

 

Hay quienes se aferran a la esperanza como única barca de salvación cuando lo único que hacen es prolongar su propia impotencia para vivir.

 

¿Esperar qué? , un amanecer, la salida del sol, el viento llegar, la germinación de una semilla. Quizás ni eso. La espera se ha convertido en nuestra sociedad en promesas incumplidas, ilusiones imposibles, pérdidas de tiempo irremediables; en un constante durar sin vivir.

 

El ser humano hace trampa al tiempo cuando, al final, el engañado es él mismo pues lo único cierto que llega, cuando menos la espera, es la muerte. El fin de esa angustiosa espera producto de la impotencia humana para vivir.

 

Las paradas de los buses no son más que esperas inmisericordes; las filas en las instituciones públicas, robos miserables a nuestra existencia. Y qué decir de la esperanza de una vida mejor en el más allá. Esta promesa es la más descarnada por engañosa, quimérica y justificadora.

 

A veces se disfraza, la esperanza de sueños. La niña que pasa su vida esperando el príncipe que la hará feliz, el jugador que gasta sus colones en hipotéticos premios que nunca llegan, los pobres que apenas si pueden comer que anhelan y ansían que el gobierno cumpla con sus promesas de campaña, los ciudadanos que esperan con ansiedad mejores tiempos, la atención pronta y cumplida de la justicia, el encarcelamiento de los corruptos, los pedófilos con cuello blanco, redondo, y cabeza tonsurada, que bajen los precios en los alimentos más necesarios de la canasta básica, que los ricos comprendan sus necesidades y busquen un poco de equilibrio en la distribución de la riqueza y cuántas otras cosas más... que los hombres y mujeres que gobiernan miren al desposeído no como un paria que pueda majar su sombra sino un ser humano que con su trabajo les llena de riquezas.

 

Al menos quince años pasan los jóvenes desde que nacen hasta que llegan a las puertas de la gestación. En esa etapa crecen, se desarrollan y se inician en el camino de la vida. Luego entran en los otros quince años de su formación. Aquí se educan, aprenden, se preparan, se forman y ya a los treinta años se espera que comiencen a vivir, a disfrutar de su llegada al punto máximo de su vida. Trabaja, se independiza intelectualmente y se dispone a caminar por sus propios derroteros. Escribe, piensa, medita, disfruta...vive y entra a los cuarenta años a la plena vigencia de su vida hasta llegar a los sesenta donde comienza el reposo, el sosiego, la paz creadora, la serenidad, la comprensión y el declive final.

 

¿Se cumple ese proceso o se queman etapas sin estar medianamente preparados? Nos echan a la calle a pedir mendrugos de vida, pedazos de pan, migajas del banquete de los que todo lo tienen, quizás infelices llenos de ignorancia y torpes viajeros del universo, pero al fin dueños de él. La mayoría se convierte en pedigüeños reambulantes por los caminos de la vida, sin tino, sin seguro, sin sosiego, sin otra cosa que la mochila llena de esperanzas. Los vemos en los buses, las paradas, los parques, los trenes, los estadios, sobre toda a la salida y la entrada, con las manos extendidas en espera de una moneda que a veces se le tira sin volverlo a ver. Somos unos pordioseros en nombre de Dios. El mundo se ha convertido en tres bandos: los que piden, los que dan y los indiferentes.

Hoy esperamos que el presidente vecino se decida a pensar, a ser inteligente, a discernir, a ser generoso consigo y los demás pero el tiempo pasa y esa espera poco a poco se convierte en una esperanza y ésta nunca llega. Priva el egoísmo, la insensatez, la estulticia, la avaricia y el hombre común de dos pueblos sufre la impotencia del querer y no poder. ¿Hasta cuándo esta humanidad se cansará de esperar y se decidirá por vivir, exigir ese derecho natural, humano, ese principio  fundamental necesario en nuestra existencia? No vislumbramos ni a corto, ni a mediano plazo ese ahelo.

Faustófeles, novela de José Ricardo Chaves Pacheco.

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                             José Ricardo Chaves Pacheco (1958)                                                                                                                              

        

Faustófeles1 es la última novela que ha publicado José Ricardo Chaves Pacreco. Salió a luz en el año 2009.

 

Esta novela es el cierre de la trilogía. Así que la enunciación y sus implicaciones siguen siendo similares en ellas, no así la estructura que se nos muestra como un mural pero de un rompecabezas en tres dimensiones con 69 piezas. El autor las coloca sin seguir un orden lógico, casi casual, pero si se analiza detenidamente la novela, ésta es circular y multiforme. Ello evidencia ese cuerpo lleno de movimientos e imágenes que se trasforman casi al instante y ofrecen al lector ese caleidoscopio visual impresionante. Y todo gira alrededor de Fausto, un joven que va configurando su propia historia conforme el cuerpo estructural gira y muestra esas 69 imágenes visuales y sígnicas. El espacio sigue siendo el mismo de las novelas anteriores, el San José de los últimos años y la evocación de un tiempo pasado, las tres primeras décadas del siglo XX, cuando Costa Rica caminaba en el ámbito intelectual del esoterismo: Teosofismo, espiritismo, y los movimientos hindúes (Tibet), como una reacción a la religiosidad oficial. Todo ello se convierte en una especie de atmósfera mística, búsqueda de explicaciones más humanistas del ser, su destino y el papel del hoy en un continuo renacer y morir: Muerte y vida como móvil del quehacer humano.

 

Es la generación de 1912, llamada Generación del Mundonovismo, a la cual pertenecieron, entre otros, Rafael Ángel Troyo Pacheco (1875-1910), Alejandro Alvarado Quirós (1876-1945), María Fernández le Capellain (1877-1961), Mimita; esposa de Federico Tinoco. Existen datos acerca de reuniones en su casa espiritistas para conocer el asesino de su cuñado Joaquín Tinoco, Claudio González Rucavado (1878-1928), Joaquín García Monge (1881-1958), Rogelio Fernández Güell (1883-1918), éste escritor publicó en México una novelita espiritista que llamó Lux et umbra (Luz y sombra): 1911, poco conocida en nuestro medio, Diego Povedano Amores (1883-1949), el hijo del pintor, Gonzalo Sánchez Bonilla (1884-1965), José Fabio Garnier Ugalde (1884-1956), María Isabel Carvajal Castro (Carmen Lyra) (1888-1928), Luis Dobles Segreda (1889-1956) y el padre de Alfredo Cardona Peña, Jorge Cardona Jiménez (1888-1975) y Omar Dengo Maison (1988-1928). Roberto Brenes Mesén (1874-1947), perteneció a la generación anterior, propiamente al Modernismo y José Basileo Acuña, el poeta filósofo que nació en 1897, discípulo de Roberto Brenes Mesén, perteneció a la generación posterior de 1927, llamada Superrealismo. Este contexto cultural fue de una trascendencia enorme para el desarrollo del pensamiento costarricense, aunque ha sido poco estudiado. De él el autor José Ricardo Chaves pacheco toma algunos contenidos Teosóficos, pues fue muy importante en esa época.

 

Así el joven Fausto pasa por todas las etapas de la iniciación formativa, niñez, juventud, vida universitaria y social, hasta lograr el estado adulto, tanto física como intelectualmente para emprender su gran viaje, su realización como habitante de esa nave. Es el viaje sin regreso que tendrá como fin el inicio, es el vuelo circular que posiblemente reviva el misterio de la reencarnación. Mueren casi predeterminadamente, Eulogia y Margarita, los dos restantes vértices del triángulo que Fausto a experimentado y queda solo el hombre que triunfa sobre las mujeres vivo para emprender el viaje y cumplir el contrato firmado con Mefisto (Mefistófeles). El alma, su vida por el placer, por el ser terreno, el existir.

 

Los contextos históricos, así como las fuentes del mito de Fausto, el mismo autor, al final de la novela los explicita suficientemente.

 

Así transcurre la novela como un primer viaje sobre los más diversos lugares josefinos, del centro de la ciudad, desde Tibás hasta el Barrio Amón. Se desnudan las vidas de dos clase sociales, una clase media que apenas satisface las necesidades primarias y con posibilidades de ingresar a la universidad más importante del sistema público que es la U C R, y la otra con suficiente dinero para satisfacer viajes, y gustos propios de la clase rica del país. Fausto pertenece a la primera y Elogia a la segunda.

 

El lector pude observar la relación protectora-amorosa de Eulogia, una mujer mayor que Fausto, dos veces casada y también dos veces divorciada  y con una hija de una edad parecida a Fausto. Estas relaciones un tanto predecibles forman un triángulo amoroso que lleva a las dos mujeres a la muerte, una por abortar el hijo no deseado entre Margarita y Fausto y la otra víctima de un cáncer y una alta depresión producto de su culpabilidad. Por eso el final de la novela se convierte en el viaje muerte-vida.

 

"El avión se elevaba sobre las negras nubes: el ascenso del Eterno Masculino, muchos metros arriba del hundimiento de la Atlántida kriptoniana. Fausto, más tranquilo ante la afirmación contundente de su amigo, puso su mano sobre la de Mefisto, contento y temeroso a la vez por ese futuro que se abría más allá de las murallas ahogadas de Atlantis y de las tumbas sumergidas de Eulogia y Margarita."

 

Este es el fin de la novela y  que retoma el inicio de la misma.

 

Si bien es cierto las relaciones homosexuales no se presentan tan explícitas como en las primeras novelas, este final muestra el triunfo (la vida) de los hombres sobre la muerte (Margarita, Eulogia) de las mujeres.

 

Excelente novela. Nos acapara desde el inicio ese mundo en movimiento de imágenes y situaciones y nos deslumbra ese claroscuro, ese contraste entre vida-muerte y la incertidumbre del porvenir. Es un paseo por el San José que todos los días vemos, pero que en esa visión resalta pequeños detalles que configuran un significado tan expresivo que nos sumerge en ese mundo privado tanto de la ciudad como de los personajes que lo simbolizan.

 

Novela de la cotidianidad pero recreada, vivida, experimentada bajo el lente múltiple de imágenes y significantes que va insertando como piezas de un rompecabezas que se eleva en un movimiento armonioso llenos de luces y sombras que nos sorprende y nos vitaliza.



1 Chaves Pacheco, José Ricardo. Faustófeles, Ed. Uruk, San José, 2009.

El vuelo de Ra. Novela de Manuel Delgado Cascante

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El vuelo de Ra la escribió Manuel Delgado Cascante en el año 20101 y es la única obra literaria conocida que hasta ahora ha escrito.

 

Ha sido clasificada como literatura de Ciencia Ficción. Por esta razón antes de comentar la novela propiamente nos vamos a referir brevemente a este género literario.

 

El primer aspecto y más importante que una clasificación es establecer si la obra es literaria o no. Si reúne los principales rasgos de ese arte. Si partimos de que el arte literario es invención, creación que utiliza el lenguaje polisémico como único medio para plasmarla, entonces llegamos a la conclusión que la obra en estudio es de muy escaso valor literario pues el lenguaje utilizado se acerca más al discursivo y analítico y aplica una secuencia lógica, lineal que lo acerca al lenguaje unívoco propio del uso corriente, natural. Además se muestra muy explicativo. Solo la frase "es decir" se encuentra a lo largo del relato dos o más veces en cada página. Lo mismo ocurre con las llamadas preguntas retóricas  que son reiteradas y numerosas como queriendo interesar al lector social con problemas futuros fácilmente predecibles. Por último y no menos importante es el descuido gramatical y los errores tipográficos, lo que algunos correctores de estilo llaman "suciedad del texto".

 

Con respecto a la tipificación de la novela como ciencia ficción debemos aclarar que esta modalidad pertenece al género maravilloso. En él el lector acepta la interrelación entre las leyes naturales y las sobrenaturales o, como en el caso de la ciencia ficción, las leyes científicas posibles, pero aún no demostradas con base en la experimentación. En el primer caso los lectores reciben con agrado toda clase de elementos mágicos y seres sobrenaturales con rasgos inverosímiles y disfrutan de ese mundo fantasioso con gran entusiasmo. Está más cercano a la fantasía de los niños; en cambio en la modalidad de la Ciencia Ficción lo que hace agradable e interesante del relato es la introducción de teorías o ideas científicas nuevas que explican racionalmente fenómenos inexplicables por la ciencia actual pero que el lector acepta como posible y se interesa por su aplicación en la ficción literaria. A pesar de que se afirma que son relatos del futuro ello no es imprescindible aunque se usa con mucha constancia. Bien podría tratarse de mundos paralelos, viajes al pasado, encuentros y vivencias productos del azar, el teletransporte, el efecto del túnel, la sincronía temporal, la indeterminación y las virtualidades científicas que abre la teoría cuántica en los diferentes campos de la energía, la luz, el tiempo, etc.

 

La estructura de un relato de Ciencia Ficción, en lo básico, sería más o menos así:

 

Se parte de una situación inicial generalmente negativa, en el caso de la novela que nos ocupa sería la destrucción de la vida en el  planeta tierra que sufrió los dos procesos del mundo dividido, el mundo unificado o el imperio, hasta que llegó la gran explosión. Esta situación inicial negativa genera una serie de procesos que engloban una especie de prueba particular. Es este caso es el inicio del viaje espacial de Ra, esa nave-ciudad que albergaría a los científicos más calificados pero que básicamente están representados por Viktor Hensen-Pavel y Camila. La nave que nos recuerda el arca de Noe, es una especie de sección de planeta que viaja por el espacio y tiene como función salvar parte de la humanidad, la más calificada, aunque niegan la entrada de la niña de Camila, después aparecen escuelas y toda una organización planificada social. Estos dos personajes y su equipo de científicos configuran lo que podríamos llamar El elemento fundamental del éxito, la salvación de la raza humana pero en este relato de ciencia ficción su poder mágico radica en los conocimientos científicos que poseen, mediante los cuales podrán salir airosos en la prueba fundamental y así llegar a una situación final positiva, que en la ciencia ficción se configura de preferencia en el futuro.

 

En la novela el vuelo de Ra reúne la doble virtualidad del viaje de ida y de regreso. Con esta estructura el autor contrapone dos sistemas sociales diferentes solo en algunos aspectos: los políticos, los sociales y los morales. Así durante el viaje el narrador omnisciente cercano al autor, participa de la reflexión en los tres estadios anteriores y censura los vicios de esa humanidad del mundo dividido y la crueldad y el exterminio del mundo unificado o el imperio. Son constantes las reflexiones sobre aspectos morales propios de una sociedad materialista y producto de la globalización, así como la muerte violenta, el exterminio, el egoísmo y la injusticia. Utiliza sobre todo la vida de Víktor y Camila, así como la participación del general Octavius.

 

A pesar de que los científicos guiados por Viktor y sus conocimientos no logran el propósito de llegar a Marte y luego rodear el sol para regresar a la tierra, pues el científico muere y Camila inicia un viaje a la tierra desde Ra, la novela no cierra sino con otra virtualidad de Camila. Un regreso a la tierra sin venganza.

 

La novela, más anhela por parte del narrador, una sociedad distinta que la materialización de la misma. Se convierte así en una virtualidad quizás como resultado del azar donde se eliminen todos los vicios de la anterior y que no pierda la memoria de lo pasado.



1 Delgado Cascante, Manuel. El vuelo de Ra. Uruk Editores, San José, 2010.

El laberinto del verdugo de Jorge Méndez Limbrick

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ELLABERINTO DEL VERDUGO. NOVELA ESCRITA POR JORGE MÉNDEZ LIMBRICK

 

La  novela, El laberinto del verdugo ganó el premio de la Editorial Costa Rica en el año 2009.1 

 

Esta novela no oculta su categoría. Ya en la portada aparece la leyenda "Novela negra". Por lo tanto coloca al lector frente al género policíaco; y además de ese aviso, su título es elocuente "El laberinto del verdugo". Las reglas son explícitas. No obstante la novela va más allá y se inserta en la San José de hoy. Su estructura policíaca es un pretexto para crear un mundo social en crisis, a través de voces interconexas que dibujan un caleidoscopio de imágenes llenas de preguntas y sin respuestas precisas, solo sospechadas.

 

La novela tiene la siguiente estructura formal. La divide en cuatro partes: Tres narraciones infames, Amapola reina de la noche, Suite nocturnal o variaciones sobre un mismo tema y La esfera suprema.

 

La primera parte está codificada por lugares específicos y personajes protagónicos que reflexionan, sienten, meditan, planean, discurren, sueñan y recuerdan. Son voces que el lector escucha con atención y sigue su recorrido a través de apariciones libres y sin causalidad lógica sino espontánea.

 

El primer espacio por orden de aparición es El hospital psiquiátrico en Pavas y lo encarna Felipe Ossorio y Henry De Quincey, el famoso investigador de los crímenes, abogado e Director de la OIJ y  de quien algunos dicen que es el asesino en serie de varias mujeres prostitutas pero que, todo lo contrario, es el único conocedor del verdadero criminal, el señor Julián Cassorla Brown. Y don Felipe Ossorio, como se va presentando, no es "desmemoriado" y más bien se sabe que es un estudioso de filosofía con gran conocimiento del pensamiento griego y romano. De loco no tiene nada. Es la conciencia más lúcida que la imaginación podría señalar en nuestro medio.

 

El segundo espacio es un lugar en San José cerca del Valle de las Muñecas: El consorcio Jurídico Data-Ius y el personaje que lo representa en Beatriz Muriel Nigroponte. Una bellísima abogada que trabaja en ese lugar y lleva el caso de la compra de La torre Fénix por JC, un ricachón relativamente joven y misterioso. Ella Morirá misteriosamente

 

El tercero lo representa El OIJ. Y es Ernesto Miranda Rojas el nuevo Director e investigador que presta su voz. Se conocen sobre todo sua actividades  y los archivos del vampiro, etc.

 

Tanto los personajes Henry De Quincy, La Sombra o Julián Cassorla y otros, así como los crímenes de las prostitutas, La Bella sin marcas, La parturienta, Y Medias de seda y el mismo Julián con su mansión en San José de la Montaña y otros hechos relacionados, son retomados de su primera novela Mariposas negras para un asesino. Ello indica que esta novela es una especie de segunda parte.

 

La novela inicia con las voces de estos personajes que sin orden codificado explícitamente van creando ese mundo  laberíntico josefino, de crímenes, negocios, investigaciones y "locuras".

 

Toda la primera parte, más de la mitad del texto, se convierte en una presentación de los hechos criminales, los personajes protagónicos y sus respectivos roles en la historia. Los lugares donde suelen ocurrir esos crímenes: San José, unos viajes a la mansión de don Julián a San José de la Montaña, las diferentes zonas: zona del vampiro, valle de las muñecas, zona del fantasma y referentes específicos tales como la Torre del Pacífico y otros menores como el Sanatorio, El bufete, las Torres y sus relaciones con el señor JC y por fin, la muerte de Beatriz. No se deben dejar de lado la subciudad, el Parque Gregorio y los lugares soñados por Beatriz y Henry, así como el laberinto.

 

La segunda parte la titula Amapola reina de la noche.

 

En ella se narra el escape del la laberinto realizado por Felipe Ossorio y Henry De Quincy, el famoso abogado que trabajara en el OIJ y que fuera acusado de los asesinatos de las prostitutas. Su refugio en el edificio del Pacífico, cerca de las terminales del ferrocarril y su encuentro con El Gran Archivero de la Noche, nonagenario que conoce todos los archivos judiciales y nunca sale de ese lugar misterioso y terrorífico, más parecido a un laberinto de la historia no oficial de San José y el ojo omnipresente, testigo de las zonas del crimen y el Valle de las Muñecas así como la vida nocturna josefina.

 

Esta segunda parte permite al lector un recorrido físico e histórico, no oficial, así como sociológico de la San José y sus crímenes desde 1890 hasta el presente, pasando por las Cuevas del Virilla, los asesinatos de las jovencitas del barrio Don Vosco, todos, sin encontrar al asesino y la sombra de poderes ocultos detrás de ellos vestidos de políticos y ricachones, eventualmente miembros de Cofradías con rituales insospechados. Ese es quizás el verdadero laberinto del verdugo.

 

No escapan al ojo de los personajes protagónicos, la vida oscura en las zonas del crimen, viejas y nuevas. Las recientes nominaciones de la llamada Zona Roja, y la famosa calle 12 hasta los alrededores extendidos hacia el sur, el oeste y el este en las cercanías de la Universidad de Costa Rica con la ya triste y famosa Calle de la Amargura. Pero no se crea que la película caleidoscópica se quede en los niveles del bajo crimen. Todo lo contrario sube a las esferas de los poderosos en las Torres privadas, los hoteles de cinco estrellas, las mansiones, las guaridas de los ricos seudo profesionales, los nuevos moles, las quintas y los condominios, alejados de los lugares "contaminados".

 

No escapa a esa conciencia de los personajes que van enumerando, los hechos que esclarecen los crímenes. El viaje del Gran Archivero de la Noche al Distrito Federal con una beca para estudiar la restauración y mantenimiento de libros. Los encuentros con personajes importantes como Blackwood y Rocco y la búsqueda de los libros de Paul Morphy y luego la búsqueda del libro El Ismalión en Londres. (En verdad Morphy fue un famoso ajedrecista norteamericano y no creo que escribiera libros de esa naturaleza).

 

La tercera parte es narrada por una especie de conciencia particular: la de Julián y es así como el lector se acerca a él, desde una perspectiva cierta, creíble y conoce los más íntimos pensamientos y hechos realizados por él y sus amigos.

 

"El Valle de las Muñecas en los últimos años ha reverberado en luces y en más pasiones y en más droga... pero algunos lo pueden ver, otros son ciegos a la bufonada, en la risa orquestada de los "monigotes con poder" que vos y Francesco Rocco han fabricado para deseos propios y ajenos."1

 

Esta técnica, a pesar de que no es un estado profundo de conciencia, permite salirse del clásico narrador omnisciente y presentar los hechos tal y como los vivió el personaje. Es moderna y tiene grandes posibilidades semánticas y literarias.

 

También es utilizada, para presentar al personaje Henry De Quincy y narrar las últimas aventuras de este personaje al lado de Felipe Ossorio, hasta concluir con la muerte de Julián o JC y la propia, de ese demente-cuerdo  que es el causante del asesinato colectivo en el Sanatorio.

 

La novela deja hilos sin concluir y es de esperar la tercera patrte para cerrar el ciclo, como es ahora costumbre con las llamadas sagas. Es formalmente policíaca y como tal respeta su estructura y características pero tiene un trasfondo social y político importante que la convierte en una obra que penetra en los antros del poder económico y morales de la San José de las últimas décadas, sin escatimar referencias a las primeras décadas del siglo XX. Tiene como fondo las llamadas cofradías que siempre han existido. Hombres que periódicamente se reúnen para realizar rituales sobre todo criminales y satisfacer sus aberraciones de poder, religiosas, espirituales y sexuales. Los asesinatos de jovencitas en el Virilla y los rituales en las famosas Cuevas, son testigos de esas manifestaciones, lo mismo que los crímenes de las prostitutas. Y como se realizan en determinadas fechas por sus mismas creencias, se convierten en crimines seriales. A veces las realizan individuos solos, que no pertenecen a esas cofradías y lo que delatan son personas con serios trastornos emocionales, tales los casos del llamado EL Cóndor que fue apresado y hasta hoy se desconoce qué pasó con él y los famosos crímenes de La Carpintera que también se mantienen en el anonimat.

 

Como corolario de esa situación, la novela no sólo trata de esclarecer los crímenes y los culpables sino, y esto es quizás lo más importante, ofrecer al lector un retrato vivo de la problemática criminal de San José, los lugares más peligrosos y los vicios sociales de todo género. No podría escapar a ello el trafico de estupefacientes y sus estragos en todos los estratos sociales del país.

 

Extrañamos (y esto no forma parte del comentario literario) un tanto la carencia de una realidad nueva de la violencia. Si antes existía, pues es congénita al hombre, como manifestaciones en las guerras, las luchas por el poder político y económico, cofradías del terror, o simplemente para imponer mitos y costumbres machistas como los pleitos callejeros de los pueblos, los bochinches a golpes en las cantinas y bailongos, y las peleas campales los domingos después del partido de futbol, lo cierto es que tenían causas y móviles diferentes a la violencia de hoy. En los pueblos no se peleaba por comer, por dinero, por aspectos materiales, salvo excepciones. Traiciones, rivalidades, quizás herencias, borracheras, etc. El robo, por lo tanto no tenía la vigencia motora que hoy tiene. La violencia por el poder económico era propia de los estratos altos, los políticos y los gamonales y ésos crearon la violencia institucional, la desigualdad, y la pobreza generalizada.

 

Hoy, existen crímenes sexuales,  por alcanzar el objeto deseado y nunca logrado para satisfacer pasiones y matan, pues un muerto no puede reconocer al autor. No conozco estadísticas pero se podría afirmar, sin temor a equivocarnos, que la mayoría de los crímenes tienen como móvil la obtención del dinero. Claro que se dan otros móviles de los más variados pero creemos que son los menos. El consumo de drogas es fuente de grandes fortunas y los poderosos del mundo capitalista no les interesa extirparlo, pues de ello depende su riqueza. La guerra contra el narco es una patraña pues si elimina el consumo o lo legaliza, se termina el negocio, la fortuna.

 

Nos agradó la novela. Es un logro literario importante en nuestras letras y evidencia una generación de escritores que se abren camino en ese difícil arte y se insertan en las corrientes más importantes de la Literatura de Hispanoamérica.

 

También es oportuno señalar que el verosímil en el relato, las leyes internas del mismo en algunas ocasiones se ven violentadas, tal el caso de la explicación que da el narrador sobre el origen de Don Julián. El lector fácilmente se da cuenta que, en estos tiempos un vecino de Los Hatillos, humilde, y que pasa desapercibido y de pronto se convierte en multimillonario por una herencia que le deja a su muerte un abuelo materno, no es tan digerible. Tampoco conviene, según nuestro entender, que el autor en plena narración de un acontecimiento importante, serio, trascendental, se detenga a explicar que a una exposición fueron invitados Carlos Cortés, Rodrigo Soto y él mismo autor, con más muestras de jocosidad que de seriedad. "Pecatas minutas".



1 Méndez Limbrick, Jorge. El laberinto del verdugo. Ed. Costa Rica, San José, 2009.

1 Méndez Limbrick, Jorge. Ob. Cit., p. 183.

Papá es un campeón. Novela de Carlos Rubio Torres

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La novela Papá es un campeón la publicó don Carlos en el año 2006.1

 

Esta segunda novela de Carlos sigue la misma estructura de la primera. Pertenece al género maravilloso donde se dan sin contratiempo los dos planos de leyes naturales y sobrenaturales. En ella es un niño de diez años (a veces nueve) que vive la experiencia de tener un padre autoritario, machista, mandón, violento, iracundo, irracional, etc. que pretende que su hijo sea un jugador sobresaliente de futbol y para ello no utiliza ninguna razón que no sea la fuerza, el poder que da el ser el padre del niño y los más absurdos argumentos que estén a su alcance. A veces la estulticia y la sinrazón son tan frecuentes y absurdas que violentan la más obtusa racionalidad. Ello convierte al niño en una especie de hazmerreír ante los compañeros de escuela y los que lo miran hacer el ridículo.

 

Paralelo a ese absurdo mundo del padre, divorciado, solo y víctima de su propia enajenación se desarrolla el mundo mágico del niño y sus fantasmas (el abuelo, el poeta de la calle,, Antonio, el mago de narguile), la música de Wagner, la Maja desnuda de Goya, Carta a un joven poeta de Rainer María Rilke , y los poemas del propio Isaac. (obsérvese los nombres bíblicos, Abraham, Isaac, Marta)

 

La estructura formal se diseña como si se tratara de un partido de futbol con un primer tiempo y el segundo. Con entrenamientos, visitas al estadio y hasta partidos vistos en la televisión entre los equipos rivales por todos conocidos y el final entre Costa Rica y México. Así en ese final se configura la muerte de su padre Abraham y el viaje al País de los sueños.

 

Mientras el hijo va cobrando poco a poco su propia identidad el padre va declinando su vida a través de un cáncer que se trató muy tarde, por la propia tozudez de Abraham que no aceptaba su enfermedad y creía que él era el gran campeón del mundo.

 

El desarrollo de la novela delata una clara intención pedagógica y una moraleja evidente: los padres deben estimular las vocaciones de los hijos pero nunca moldear sus propias vidas a su  imagen y semejanza o sus caprichos. Solo así serán felices y ciudadanos encomiables. Esta máxima pedagógica indiscutible se vuelve un tanto opacada por el exceso de los extremos del padre y la idiotez de los actos a que el niño se ve sometido. Es tan evidente la exageración que pierde la calidad del atisbo, el decir mucho sin apenas sugerirlo, lo poético más que lo explícito. Quizás ello hace que un lector avisado, se dé cuenta fácilmente de los hilos un tanto gruesos del mago escritor que está detrás. A veces hasta el niño de diez años actúa y piensa con demasiada madurez, y agudeza que delata la dirección del autor. Todo recurso es útil, hasta los prejuicios y estereotipos acerca de los poetas: afeminado, mujercita, excéntrico, bohemio (le faltó éste y lo pedantes y ególatras que son algunos falsamente llamados poetas y no escribidores. Por supuesto que éste no es el caso de don Carlos).

 

Otro aspecto digno de comentario es la finalidad de la literatura llamada infantil. ¿Está dirigida a los niños? Pareciera que sí y la pregunta recibiría esa respuesta inapelable pero ¿no convendría también que los adultos conocieran la psicología de los niños y los educaran como tales y dejaran que su desarrollo fuera armónico, guiado pero con dirección adecuada, armónica y no impuesta sobre todo en aspectos vocacionales. Todos conocemos de las imposiciones de padres sin educación o madres que tienen como máxima: "Mi hijo o hija será como yo, palero, jornalero, ingeniero, médico", etc. Nunca piensan que lo primero debe ser que el hijo sea como él y sobre todo feliz, libre dentro de lo posible. Así esta novela sería muy atinada para la educación de los padres, quizás más que para los niños.

 

La obra está bien escrita con un lenguaje asequible, polifónico, musical y hasta poético. La parte sobrenatural es liviana y comprensible. No exagera el poder mágico más allá de lo verosímil del relato y ello crea una visión de mundo armoniosa y positiva, sobre todo al final, a pesar del dolor que puede causar una muerte. Su cierre es de perdón, comprensión, armonía, de viaje y nunca de ruptura. Padre e hijo cierran el ciclo "distansiador" con un abrazo esperanzador y de sueño apacible.



1 Rubio Torres, Carlos. Papá es un campeón. Ed. Norma, San José, 2006.

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