EL OTOÑO DEL PATRIARCA: UNA LECTURA
Presentar una lectura de esta novela, ordenada bajo una estricta secuencia lógica, no solo es difícil, sino que traiciona el sentido mismo de la obra. Haremos el intento, no obstante, con dos fines fundamentales:
- Para demostrar que la novela presenta una modalidad escritural polifónica (carnavalesca, Menipea, y dialógica)
- Poner de manifiesto el sentido de tal disposición novelesca no solo como una necesidad de sentido sino como una abierta acrítica a la concepción de mundo logocéntrica europeísta y un aporte a una ideología revolucionaria latinoamericana.
La novela consta de seis partes, separadas por espacios blancos y sin numeración y consta de 271 páginas. Cada una de estas partes tiene unidad y forma circular. En cierta manera es independiente de las otras y, a su vez, cobra sentido en su globalidad. Con ello queremos decir que cada parte presenta su propia distinción. No vamos a encontrar en ellas, ni en la novela en general, causalidad, identidad, definición, sustancias como móviles lógicos sino analogía, la relación, la oposición, la repetición o reiteración.
Las seis partes inician la novela y se inician ellas bajo el mismo lugar, tiempo, acontecimiento: Muerte del patriarca y personajes: Los nuevos, los actuales ciudadanos y futuros gobernantes. El narrador se define al comienzo como un "nosotros", en las seis partes y aparece en un presente, como testigos presenciales del hallazgo del cadáver del general. Su papel es describir, señalara, relacionar, el espacio concreto que van descubriendo conforme avanzan en el interior de la casa de Gobierno y en la vida del Patriarca.
Es lunes cuando entran a la casa, una nueva época, hay señales de gallinazos, destrucción de la casa por las vacas, muerte, desolación, soledad, misterio: luz decrépita.
Esta virtualidad es de viaje, entrada al misterio, a lo inesperado, a la leyenda, al carnaval. El narrador de la novela en tercera persona plural da la palabra a otras voces (polifónismo), al Patriarca, ministros, mujeres, niñas, concubinas, etc., para que vayan presentando poco a poco, en aparente desorden, cíclicamente, desde las más variadas circunstancias, los hechos que reflejan la figura del Patriarca. Es de observar que no aparece definido, estereotipado, sino como un ejemplo de hombre que abarca todos los extremos posibles: violento-tierno, tiránico-magnánimo, cruel-indulgente, poderoso-débil, rico-pobre, egoista-dadivoso, justo-injusto, Dios-hombre-, alto-bajo, grande-pequeño,, etc. y todo ello de acuerdo, no solo a las circunstancias, sino a los puntos de vista de cada uno de los personajes que lo miran, del observador. Es una especie de caleidoscopio, él, la novela y el observador.
La iniciación de la obra se presenta, entonces, en el nivel de la enunciado que a la vez se desdobla hacia el nivel de la enunciación, para abrir paso a una nueva evocación en el tiempo y la historia, conforme se avanza en el pasado y la casa. El nosotros desaparece rápidamente, sin dejar casi huella y comienza una narración del Patriarca así mismo, como apelaciones a su madre Bendición Alvarado, y con la participación de los personajes en primera persona ya que son los sujetos del enunciado, y sin señales de diálogo o explicaciones, en estilo indirecto-directo.
La escritura de la novela, el lenguaje, es elemento significativo de esta subversión. Son el escenario, la ambivalencia, la hipérbole, la metáfora, y la metonimia, las que permiten y posibilitan esta nueva forma de lenguaje en la novela polifónica.
La primera persona se presenta bajo la forma verbal "vimos" "Albarca bautismal, caballería-berlina, de los tiempos-furgón, de la peste-carroza, del año del cometa-coche fúnebre del progreso dentro del orden-limosina sonámbula. Obsérvese que todos ellos tienen su historia y es eso lo que después iremos conociendo, a través del relato. También "vimos" los rosales de los leprosos, la galería de arcadas (concubinas mil y los sietemesinos)-cocinas, la ropa tendida-sentina, sauces babilónicos, etc. Todo está ahí, la casa es una historia, es la historia de la nación. Luego apunta el narrador: Subimos: planta principal-oficinas-salas oficiales- y vimos: cuadros heroicos, de santos, y militares, las vacas,, sala de música, mesitas de dominó, mesas de billar, máquina del viento (mar que se fue). Jaulas de los pájaros, etc. Esta visión no se presenta en orden causal sino por contraste entre lo exótico y lo conocido, lo culto europeo y lo vulgar criollo. El contraste entre ambos se da en toda la novela. El ahora y el pasado, el aquí y el allá, muestra una mezcla de gustos contrarios propios de la ocupación militar (conquista) y cultural.
Y agrega el narrador:
"...y entonces empujamos una puerta lateral que daba a una oficina disimulada en el muro, y allí lo vimos a él...(p. 8): viejo, tirado en el suelo bocabajo y con el brazo derecho de almohada". Nadie lo había visto. Lo conocían a través de la leyenda o de terceras personas "alguien había contado que lo vio" Solo sabíamos que vivía porque: la vida seguía-el correo llegaba- la banda municipal tocaba los valses y porque "habíamos visto una vaca contemplando el crepúsculo desde el balcón presidencial".
Hasta aquí está dicho todo y nada. Se han creado las condiciones para interesar, asombrar, motivar, la curiosidad del lector. Ahora se necesita conocer lo que apenas son indicios, señales, adelantos que intrigan. Nos sentimos, como lectores, viajeros en la aventura que nos propone el narrador. Cada vez sabemos más pero ignoramos aún más y solo al final, sabemos tanto como ahora pero hemos asistido a un largo viaje en la historia de nuestros pueblos latinoamericanos.
Al penetrar en las evocaciones de cada parte de la novela, vamos a observar una misma presentación.
Muerte fingida o real del Patriarca-presente-lunes histórico, luego evocaciones; primero en tercera persona y luego ésta deja que los diversos personajes hablen. Los hechos se presentan en un orden inverso a como sucedieron. Así nos vamos alejando cada vez más en la historia. Primero los hechos recientes, que sucedieron en épocas pasadas, luego los más lejanos y por último, los primeros. Esta forma no es lineal sino circular, reiterativa. En cada parte se recorre lo largo y ancho de la historia. Es más bien un espacio. Toda la estructura de la novela es espacial: horizontal pero vertical. Todas las seis partes forman el cuerpo de la novela con sus tres dimensiones naturales. Por ello se recorre la historia desde la conquista: los carnavales, los ingleses, y los gringos, las revueltas, caídas y llegadas de los nuevos tiranos, sus crímenes, despotismos, hasta la muerte del último tirano ilustrado (Ataulfo Muñoz) Federal depuesto por él. Solo al final de la novela conocemos más del origen del Patriarca: hijo natural (así se le dice a los que su padre no reconoce) de Bendición Alvarado, proveniente del páramo, que hizo la guerra solo por conocer el mara. Un origen opuesto al origen mítico de la leyenda: hijo de Bendición Alvarado que lo parió sin dolor y sin conocer varón y que en sus manos estaba escrito que sería REY.
Otra característica estructural que recorre toda la novela y por supuesto las diversas partes es el dualismo VERDAD-IRREALIDAD.
Lo que aparece como verdadero pronto se evidencia como lo contrario. Para uno es real lo que para otros no lo es. Así aparece los periódicos hechos solo para él con noticias que le agradan, los discursos viejos, la televisión, las colegialas, la canonización de su madre, la muerte de los niños, las torturas de José Ignacio Sáenz, los amores infructuosos. Toda la novela está demarcada en estos dos ejes. La imagen de Manuela Sánchez para él es hermosísima, como la Dulcinea para Alonso Quijano, mientras que para otros, era una tetona nalgoncita que se cree la mamá del gorila. Su doble Patricio Aragonés y su muerte (doble). Como puede observarse no hay definición unívoca. Es y no es. Se vive un tiempo de dobles sentidos, apariencias. Él tiene y no tiene poder, es un Dios y a veces un pobre diablo. El mundo del engaño, de las apariencias, cobra sentido por contraste. Lo mismo podría decirse de la historia. La llegada de los marines se explica como necesaria, por caridad, para controlar la peste amarilla (en nuestro medio, hoy, para construir hospitales o combatir el narco), cuando a través de sus actos sabemos que no fue así. La imagen del Patriarca bajo esta ambivalencia, lo mismo que la historia, el poder político, las relaciones entre gobernados y gobernantes, la iglesia, etc., dejan claro una intencionalidad: una irónica y fina manera de mirar e interpretar nuestra historia.
Por eso en cada parte aparecen momentos de gloria y momentos de fracaso, tiempos mejores y tiempos peores, de paz y de guerra, de crimen y de amor, de vida y de muerte, de caídas de poder y excesos del mismo. No pueden separarse, hay que asumirlos en conjunto. Ciertos indicios lo especifican: ida y regreso de los paralíticos, leprosos y ciegos del jardín de las rosas, eliminación de los poderes y ministros y sus nuevos nombramientos, represión del pueblo y dádivas consolatorias, encierro del Patriarca y salida al pueblo amor de Manuel Sánchez y desaparición de ésta, expulsión de los religiosos y su regreso, casamiento con la monja Leticia Nazareno, muerte de su madre, Bendición Alvarado, decreto de su canonización, amores y juegos sexuales con las colegialas, soledad y tristeza por saber que eran prostitutas (después), calamidades como las del huracán, milagros del Patriarca (destrucción-construcción del país) amores con su esposa Leticia Nazareno, muerte de ella y su hijo Emanuel por los perros.
Por cualquier lado que intentemos penetrar en la novela, encontraremos estas dicotomías, ambivalencias, tanto a nivel escritural como semántico. De pronto aparece que el Patriarca termina (muere) y luego asistimos a períodos de mayor poder y vitalidad. Es algo así como un mal eterno, irremediable, cíclico, producto de la fantasía pero terriblemente real.
La novela se realiza como un diálogo consigo misma y con otros textos (intertextualidad). Es dialógica y supera el concurso de diversos textos en ella.
No hay duda de que el Quijote está presente con esa visión profunda de la realidad-irrealidad (Manuela Sánchez-Dulcinea), la Biblia que ni siquiera se disimula, es una incorporación intencional. Se podría realizar una comparación entre el Patriarca y Cristo, para anotar los parecidos y las diferencias. Él nace de madre virgen (leyenda), trae señales de Rey, es profeta y visionario, hace milagros (cura a los leprosos), ciegos, paralíticos, no se conoce sino su vida pública (Patriarca), su destino estaba en los lebrillos (escrituras), se considera Dios, y solo él sabe quién es él, conjura los huracanes (diluvio, barcaza), etc. También otros nombres como Bendición, Leticia, Nazareno, su hijo Emanuel son ejemplos de la intertextualidad.; por otra parte hay alusión a textos del mismo escritor (pelea de gallos), Iguarán, etc. Estos textos se incorporan no como citas o plagios sino como productividad creaadoraa, esto es, ellos cobran nueva significación en el contexto de la novela. Así la religión con su visión geocéntrica se problematiza para dar testimonio de una realidad histórica oculta, oficialmente negada. Su misma muerte (del Patriarca), como la de Cristo, sucede en sábado (fin de semana y trae gloria, cantos de alegría. Es una parodia a la vida y milagros de Jesús, solo que desde ángulos diferentes:
"Yo soy el que soy"
Textos como las crónicas de Cristóbal Colón a los reyes españoles, se incorporan:
"De muy hermosos cuerpos y muy buenas caras, y los cabellos gruesos y casi como sedas de caballos"
También hay trueque de mercancías, solo que narradas desde una perspectiva del acá y no española, con ironía, sin oficialismo.
Bajo esta compleja, pero expresiva estructura podemos describir brevemente, sin comentarios, con el único afán de presentación, los acontecimientos más importantes de las diferentes partes de la novela.
- Tiempos de gloria:
"...mientras resolvía problemas de estado y asuntos domésticos con la misma simplicidad con que ordenaba que me quiten esta puerta de aquí y me la pongan allá, la quitaban, que me la vuelvan a poner, la ponían,.... (p.12)
Notamos cómo la tercera persona narrativa da la voz directamente al personaje (yo-Patriarca), para que narre. Esta técnica será empleada en toda la novela, excepto en los inicios y algunos finales de las partes, donde narra un "nosotros" en presente (de la enunciación) y representa la época nueva.
Luego abre los procesos de presentación del doble Patricio Aragonés:
"Aquel estar simultáneo en todas partes (como Dios, esto es nuestro)) durante los años pedregosos que procedieron a su primera muerte, aquél subir mientras bajaba, aquél extasiarse en el mar mientras agonizaba de malos amores no eran un privilegio de su naturaleza, como lo proclamaban sus aduladores, ni una alucinación multitudinaria, como decían sus críticos, sino que era la suerte de contar con los servicios íntegros y la lealtad de perro de Patricio Aragonés". P.14.
Nótese la distinción: estar en todas partes, como Dios, pero a la vez, la otra verdad: los servicios de su doble, su impostor oficial vitalicio.
Luego se narra los amores frustrados de Patricio con la reina del carnaval, las relaciones con las concubinas (hijas de ambos). Aparece el general "compadre de toda la vida", Rodrigo de Aguilar. Es el momento en que pasea por la calle libremente.
"Esta gente me quiere" "Déjelos que me quieran" p. 19
Visita la casa de los arrecifes, donde mueren los tiranos y él les quita hasta sus últimos recursos:
"Jugaba, en la casa de los arrecifes, dominó con antiguos tiranos destronados" p. 20
Eran tiempos en que:
"...él chapaleaba en la ciénaga grande de la felicidad" p.21
Obsérvese la contradicción ciénega-felicidad. Esta dicotomía la vamos a encontrar en todos los niveles de la novela.
El narrador informa acerca de la madre del Patriarca, Bendición Alvarado, y su lugar de residencia: la mansión de los suburbios. En este mismo lugar descansará el Patriarca, en una hamaca a la sombra de los tamarindos babilónicos. Sería un leiv-motive de cada parte de la novela y de ella en su totalidad. Se describe o señala la ubicación: puerto, mar, Elo Caribe, los tamarindos.
Uno de los acontecimientos importantes de esta primera parte es el fingido atentado en la gallera, vislumbrado por el General, en la muerte del gallo que se convierte en presagio de futuros males. Y es que la novela adelanta acontecimientos (prolepsis) a la vez que presenta hechos ya anunciados (analepsis) y otros acaecidos pero reinterpretados. Están, por lo tanto, presentes los recursos de los sueños futuros. Es una manera dual de adelantar acontecimientos, fijar hechos y presentar dos niveles de verosimilitud: el oficial y el mítico o simbólico.
Después de sufrir estas premoniciones, el dictador cae en depresiones y se aleja de la vida pública para encerrarse en su oficina privada-dormitorio. Se operan cambios profundos en su naturaleza y muestra sus debilidades.
"pensando madre mía Bendición Alvarado si supieras que ya no puedo con el mundo", p.25
Poco después se presentan actos de sublevación. En este caso, manifiesta estaados a través de los globos, que reflejan el descontento del pueblo y sus protestas. Aparece herido de muerte Patricio Aragonés como símbolo del reclamo popular.
"¡Muera el tirano!" p. 27.
La muerte de su doble permite (al tirano) cobrar nuevas fuerzas y con mayor vigor dominar la situación política y tomar las riendas del poder. Es la primera muerte del tirano (para el pueblo) y su resurrección. Después de este acontecimiento su imagen cobra visos de leyenda y de hombre eterno. Gobierna con mayor rigor y se entera, a través de Patricio, de la verdad del pueblo: no lo quiere.
"Se iba convirtiendo en el hombre más solitario de la tierra" p. 30
Esta muerte le permite contemplar desde su escondite lo que hace el pueblo con su cadáver y luego cobrar venganza.
"de ahora en adelante voy a mandar yo solo sin perros que me ladren"
Tal y como lo veníamos señalando, después de momentos de debilidad, se afianza más en el poder y recobra su fortaleza. Por ello toda la novela gira en torno a este ritmo: sube y baja.
Sube a la casa de los acantilados y ve un carnaval de cosas: Las Antillas, el volcán de Martinica, el hospital de los tísicos, un negro gigantesco, un mercado infernal y Cartagena de Indias.
Ve las tres carabelas y a la par el acorazado de los infantes de marina.
Como se puede observar, llegamos, en la evocación, a épocas del descubrimiento (llegada de los españoles), pasando por la ocupación de los marines norteamericanos. Es como un corte vertical a la historia hispanoamericana. Un repaso a sus principales acontecimientos desde una perspectiva diferente a la oficialista.
Parte II
Se inicia de igual manera a la anterior: un narrador nosotros (yo más los otros) recorriendo la casa, el mismo día Lunes, después de la muerte del Patriarca. Se hace alusión a su primera muerte (Patricio Aragonés). Y volvemos a presenciar los contrastes de la casa, VIMOS:
-Sillón mordisqueado por las vacas
- estuches de pinturas
- tinaja
- cama nupcial
- letrina portátil
- cama de cuartel (marines)
Cada objeto representa una particular historia y es esto, lo que hace el narrador en cada parte. Las anuncia y luego nos presenta los acontecimientos que las significan. Por ello la casa es un museo de la historia del patriarca y su pueblo, diferente de la historia oficial, es su mundo privado tan caro a la novela como género y que el narrador afirma presentaban los textos escolares: patriarca descomunal, amaba a los niños y animales, se anticipaba a los designios de la naturaleza, adivinaba el pensamiento, conocía la sal de virtud para amar a los leprosos, paralíticos y ciegos, etc. Se informa además de que vendió el mar (en C. R. han intentado vender islas), tenía cinco mil hijos, todos sietemesinos; se anuncia el nombre de su esposa Leticia Nazareno y que su madre lo concibió sin varón. El narrador hace énfasis en la falta de sentido histórico y luego introduce la narración directamente con los acontecimientos, comenzando por el desembarco y ocupación de los infantes de marina al mando del almirante Higgingson.
"aquella falta de sentido histórico había de tener su noche de esplendor en el banquete de gala con que celebramos el desembarco de los infantes de marina al mando del almirante Higgingson" p. 52
Los infantes ocupan el país, ordenan, disponen y una vez que regresa el "orden" se van, llevándose todo. Se destaca el papel subordinado, segundón, servil, de los oficiales del tirano del acá. Sigue luego una época de gloria que aprovecha el tirano para darle regalos exóticos a su madre: sirena viva, un ángel de cuerda, y un caracol gigante.
Nos enteramos de que él sucedió al tirano Lautaro Muñoz, federal como él. Luego pasa a narrar la fiesta de celebración de los diez años de poder y en contraste la muerte de los generales, entre ellos mismos. Vuelve a nombrar los ministros y el progreso material en la construcción de obras que no terminan (como Caldera en C. R.)
La segunda parte podemos llamarla de los amores imposibles del Patriarca con Manuela Sánchez. El viejo que todas las tardes visita a su dama para contemplarla con una mansedumbre ancestral y más dócil que una mascota. Aquel hombre todopoderoso, se derrite y da pie a una imagen de tristeza, de soledad, de sufrimiento, de compasión. Copiamos la cita completa de la manera como Manuela Sánchez ve a su tierno enamorado, por ser muy importante para usar como contraste con otros puntos de vista: (Tal vez recuerda a Pedro Páramo, ante Susana San Juan)
" Y entonces me atreví a mirarlo de frente por primera vez haciendo girar con dos dedos la brasa de la rosa para que no se apoderara el terror, escruté sin piedad los labios de murciélago, los ojos mudos que parecían mirarse desde el fondo de un estanque, el pellejo lampiño de terrones de tierra amasados con aceite de hiel que se hacía más tirante e intenso en la mano derecha del anillo del sello presidencial exhausta en la rodilla, su traje de lino escuálido como si dentro no estuviera nadie, sus enormes zapatos de muerto, su pensamiento invisible, su poder oculto, el anciano más antiguo de la tierra, el más temible, el más aborrecido, y el más menos complacido de la patria que se abanicaba con el sombrero de capataz contemplándome en silencio desde su otra orilla, Dios mío, qué hombre más triste, pensé asustada". Pp. 77-78.
Poco a poco se convierte en el hazmerreír del pueblo:
"Ahí viene el general de mis amores".p. 81
Y aplica sus métodos para dejar a Manuela Sánchez sola, sin amantes, para disfrutarla él en su imaginación. Los mayores goces de su amor los tuvo cuando pasó el cometa y Manuela, del susto rozó su mano. Trata de crear nuevos acontecimientos impresionantes pero solo consigue un eclipse y con él la desaparición de Manuela y la imposibilidad de recuperarla.
El mismo narrador dice que contaba con 107 y 203 años de edad y que sabía que no podía morir de amores.
La tercera parte:
Inicia de igual manera a las anteriores: muerte del Patriarca. Se dan noticias de las últimas personas que lo vieron vivo, tal el caso del embajador Palmerson: un viejo, pero acto seguido nos lo presentan en época de gloria, cuando no había perdido la memoria y llamaba a los habitantes con su nombre, comía en las casa de los vecinos y salía en público; participaba en las peleas de gallos, hasta que su madre descubre un huevo con dos yemas. Entonces clausuró los poderes legislativo y judicial, eliminó los ministros. Tiene sueños sobre su muerte, consulta una pitonisa y ve su futuro, luego la mata. Lleva a cabo actos crueles como la posesión de Francisca Linero y la muerte de su esposo Poncio Daza. Se torna rencoroso por la desaparición de Manuela Sánchez y su amor imposible.
Aparece el huracán y hace estragos en la población. Entonces él desde su barcaza pintada, oficial, termina con el huracán y lo pone en fuga. Nueva gloria y se vuelve magnánimo. Hay amnistía a los políticos enemigos y comienza la reconstrucción y nuevos actos de exceso de poder: concede el derecho de pesca sin límites, hace fraude con la lotería y se presenta el problema de los dos mil niños que manda a matar (rey Herodes) y luego mata a quienes aataron sus órdenes. Nueva alzada de los militares y matanza colectiva en el cuartel, para llegar a tener la época de cien años más de paz. P. 121
Nuevo atentado contra él por el falso leproso, búsqueda de los culpables e intento de internarlo en un hospital de ancianos y cena macabra del cadáver de Rodrigo Aguilar.
"Listo para se servido en banquete de compañeros por los destazadores oficiales ante la petrificación de horror de los invitados que presenciamos sin respirar la exquisita ceremonia del descuartizamiento y el reparto..." p. 127
IV parte.
La cuarta parte inicia igual a las anteriores: preparativos para embalsamar y arreglar el cadáver del Patriarca. Se adelanta la muerte de Leticia Nazareno pero lo que realmente se narrará es la muerte de su madre, Bendición Alvarado. Se encierra a cuidarla, casi como si se tratara de una madre, la baña, le da de comer y la vigila minuto a minuto. En la muerte de ella, se plantean otra vez los dos niveles: el real y el imaginado o mítico. Origen del patriarca, desfile del cadáver de su madre por todo el país, santidad e investigación para el proceso de canonización por Aldous Demetrio y decreto de "Patrona de la nación", expulsión de todos los religiosos y secuestro de Leticia Nazareno desde Jamaica (monja). La hace suya.
V parte
Inicia igual, un poco antes del anochecer del lunes histórico. Aparecen indicios del narrador de primera persona plural (nosotros) que discuten en la casa de Gobierno, el futuro del país. Se trata de los Liberales y Conservadores que han vuelto para ver cómo se reparten el poder.
Luego pasa a narrar los días que pasó el Patriarca con Leticia Nazareno y cómo le enseñó a leer y escribir, lo urbaniza y logra de él casarse y tener un hijo a quien llama Emanuel. Es la época en que se anuncia la visita de Rubén Darío.
Por otra parte Leticia Nazareno logra que regresen los religiosos y sus hermanos los Nazarenos que se roban todo y realizan toda clase de fechorías. Los leprosos, paralíticos y ciegos se internan en hospitales y se vislumbra una época de "cultura" europea. Él mismo asiste a una velada cultural en el teatro con su esposa.
El pueblo comienza a sublevarse porque Leticia Nazareno no paga lo que compra en el mercado y por los robos de los nazarenos y terminan asesinados, ella y el hijo de seis años. Mueren descuartizados por los perros.
Nuevamente se encierra en su soledad, por el luto de estas muertes.
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