JOSÉ DAVID ELIZONDO QUESADA
(1936)
José David Elizondo Quesada nació en Buena Vista de San Carlos, Alajuela el 16 de julio del año 1936. Salió de su ciudad natal para estudiar y fue así como logró graduarse en Matemáticas y ésa fue su profesión durante su vida, Luego de jubilarse se dedicó a leer y escribir. Ha escrito, entre otras, Calín y su lagarto mágico, El ronrón del coyolar, Jineteando el pasado, Ayúdame, selva mía, El mañana nació ayer y La muerte viajaba en tren. No las conocemos.
LO QUE ESCRIBIÓ JOSÉ DAVID ELIZONDO QUESADA
NOVELA
1. Cuando perdemos el derecho de vivir: 2002
La novela de Josó David se publicó en el año 2002.1 Es más un testimonio que una novela. Es parte de la biografía del mismo autor y la relación que establece con los centros de ancianos del país, sobre todo es como una moral cristiana. Es una crónica biográfica llena de historias de todo tipo pero de alguna manera, relacionadas con el tema de la vejez, su soledad y la necesidad de vivir, como un derecho de todo ser humano que alcanza esa edad.
La obra que catalogamos como testimonio se inicia describiendo la vida campesina de un niño, sus esfuerzos, su dedicación al trabajo para ayudar a su madre y la lucha por salir adelante, "cogiendo" café, vendiendo empanadas, trabajando en una lechería o como dependiente en un negocio comercial. No importa el tipo de trabajo, si con él podían medio comer y vestirse.
Es importante señalar que el texto tiene claramente la intención de ser motivador, un ejemplo vivencial de un grupo de personas de la tercera edad que con sus testimonios muestran la manera de vencer los obstáculos que sufren al llegar a esa edad y encontrarse solos y muchas veces con enfermedades terminales. La solidaridad entre ellos y el encuentro con personas como el señor Amores, los profesores y conferencistas, hacen que los anhelos por vivir, por ser aún útiles, por exigir el derecho a la vida, son vigentes. No importa que sus mismos familiares, víctimas de su propio egoísmo y avaricia, se conviertan en obstáculos indeseables para que su padre o madre, suegra, abuelo, desarrollen su proyecto de vida. Es precisamente en la conveniencia con sus amigos del hogar y simbolizados por su compañera Teresa, como logran volver a creer en la vida y los humanos.
1 Elizondo Quesada, José David. Cuando perdemos el derecho de vivir. E. y M. Ediciones y Publicaciones Unidas, San José, 2002.
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