Alfredo Cardona Peña

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ALFREDO CARDONA PEÑA

(1917-1995)

 

 

Alfredo es un miembro importante de esa dinastía de buenos escritores, los Cardonas. Nació en San José el día 11 de agosto del año 1917 y murió en México el 31 de enero del  año 1995. Es hijo de Jorge Cardona Jiménez y Carmela Peña.  En la capital realizó los estudios primarios en la escuela San Buenaventura y los secundarios en El Salvador. En ese país se desempeñó como periodista en el periódico La Patria. Luego viaja a México en 1938, a los veintiún años con el interés de llegar a ser escritor, poeta, crítico y pensador.

Fue reportero, editorialista, reseñista y entrevistador de Novedades; catedrático de la Escuela de Verano de la UNAM y de la Escuela Normal de Maestros; perteneció a la generación de Tierra Nueva. Colaboró en Cuadernos Americanos, El Búho, El Hijo Pródigo, El Nacional, La Palomilla, Letras de México, Novedades, Revista de Revistas, y Tierra Nueva. Premio Centroamericano de Poesía 1948, Guatemala. Premio Continental de Poesía 1951, Washington. Premio Nacional de Poesía 1961, Costa Rica. Premio Nacional de Poesía Aquileo J. Echeverría 1962, Costa Rica. Premio Carmen Lira de Literatura Infantil 1978, Costa Rica. Premio Nacional de Poesía de Campeche 1984. Presea Sor Juana Inés de la Cruz 1984. Premio Nacional de Cultura Manuel Gómez Celedón 1985, Costa Rica. Premio de Cuento de la California Hispanic Society de Los Ángeles 1989. Ha dejado una larga vida de éxitos literarios entre nosotros, desde el género maravilloso hasta el fantástico. La obra que ubican dentro del género novelístico es un relato maravilloso bellísimo, de lectura obligatoria para los estudiantes de escuelas y colegios y por qué no, para algunos adultos que coquetean con la guerra, inconscientes de sus devastadoras consecuencias. Por ello la incluimos en esta investigación. 

Ha escrito gran cantidad de obras literarias y ensayos, entre ellos se destacan: Ensayo: Crónica de México, Antigua Librería Robredo, México y lo Mexicano, núm. 23, 1955, Pablo Neruda y otros ensayos, Ediciones de Andrea, Studium, núm. 7, 1955, Semblanzas mexicanas. Artistas y escritores de México actual, Costa Amic, Biblioteca Mínima Mexicana, núm. 10, 1955, Alfonso Reyes en la poesía, Instituto de Intercambio Cultural Mexicano-Ruso, Cultura, núm. 6, 1956, En amistad y diálogo, Manuel Porrúa, Biblioteca Mexicana, núm. 27, 1961, Recreo sobre las Letras, Ministerio de Educación, Contemporáneos, núm. 14, San Salvador, 1961, El monstruo en su laberinto (Conversaciones con Diego Rivera, 1949-1950), Costa Amic, 1965, Danza de rostros, SEP, Cuadernos de Lectura Popular, núm. 179, 1969, La entrevista literaria y cultural, UNAM., Viento en prosa, Editorial Costa Rica, San José, 1982, Oaxaca en el mundo y temas precolombinos, Casa de la Cultura de Juchitán, 1988, Cincuenta años de poesía, Oasis, Percance, 1948, Valle de México, Cuadernos Americanos, 1949, CONACULTA, Lecturas Mexicanas, 1992, Zapata, Cuadernos de Artes de México, núm. 4, 1954, Alfonso Méndez Plancarte (1909-1955), Manuel Porrúa, 1955,  Lectura de Dante, Cuadernos Julio Herrera y Reissig, núm. 56, Montevideo, 1958, Asamblea plenaria , Joaquín Mortiz, 1976, Segunda asamblea plenaria, Alcaraván, 1978.  

 

LO QUE ESCRIBIÓ ALFREDO CARDONA PEÑA

NOVELA

 

1. El secreto de la reina Amaranta: 1946

 

CUENTO

 

1. La máscara que hablaba: 1946

2. La muerte cae en un vaso: 1962

3. Cuentos de magia, de misterio y de horror: 1966

4. Finisterre, Relatos Extraordinarios: 1966

5. La ramita: 1969

6. Fábula contada: 1972

7. La nave de las estrellas: 1980

8. Los ojos del cíclope, Diana: 1980

8. Festival de sorpresas: 1983

9. Viñetas terminales: 1987

10. Los mejores cuentos de magia, misterio y horror, Diana: 1990

11. La camelia: 1992

12. La camelia: 1992

13. La ranita y otros cuentos de Juchitán: 1992

 

POESÍA

 

1. La máscara que habla: 1944

2. El mundo que tú eres: 1944

3. Bodas de tierra y mar: 1950

4. Poemas numerales: 1950

5. Bodas de tierra y mar: 1950

6. Los jardines amantes: 1952

7. Recreo sobre las barbas: 1953

8. Primer Paraíso: 1955

9. Poema nuevo: 1955

10. El pueblo que eres tú: 1956

11. Sonetos enamorados: 1958

12. Mínimo estar: 1959

13. Oración futura: 1959

14. Poesía de pie: 1959

15. Poema de la juventud: 1960

16. Poesía de pie: 1960

17. Poema del retorno: 1962

18. Cosecha Mayor: 1962

19. Lectura de mi noche: 1963

20. Poemas de nuestro tiempo: 1964

21. Confín de llamas: 1969

22. Sonetos al soneto: 1976

23. Trampa del olvido: 1977

24. La nave de las estrellas: 1978

25. Poemas y Ensayos: 1978

26. Anillos en el tiempo: 1980

27. Llama poética para El Salvador: 1982

28. Selección poética: 1988

 

El secreto de la reina Amaranta, es una de las primeras obras que publica este escritor. Lo hace en 1946, en México.1

 

Es agradable descubrir un cuento tan significativo en la literatura infantil. El narrador protagonista nos introduce en el mundo mágico de las hadas, los enanos, los gnomos con gran maestría. El relato se inicia con la descripción de un bosque. La sola evocación nos llena de misterio, de encanto, de iniciación, de encuentros, de mundos mágicos, de habitantes distintos a los de la ciudad. El bosque evoca lo nuevo, lo prístino, lo limpio, la vida, la sencillez, lo primitivo, lo no mancillado. Es sinónimo de ensueño, de pureza, de hallazgo, de inicio, de imaginación, de libertad y de vida.

 

No más se desprende de sus amigos el protagonista del relato, un niño, e iniciando la penetración en el bosque sufre el encuentro con los elementos mágicos, en este caso representado por un enano, un hombrecito llamado Zapatilla. Se saludan, conversan poco. El hombrecito revela el motivo de su viaje, su misión y el niño se compromete a guardar el secreto. Logra el permiso para acompañarlo y se internan en el bosque a la magna asamblea con la Reina Amaranta, protectora y soberana de hadas, duendes y demás personajes de los cuentos de hadas. El viaje iniciación, conocimiento, encuentro, descubrimiento les lleva a la espesura del bosque y ahí el niño ve, al ser las diez y quince minutos de la noche, descubre, conoce todo un mundo mágico de seres tiernos, puros, buenos, protectores de los niños. El prado se engalana de alegría, "todo era risa y juego" y las virtudes cobraban vida en bellas muchachas. Hay tiempo hasta para Melusina que llega tarde siempre a las reuniones pues su función es cuidar a los niños enfermos. De pronto aparece el paje Margiolano y tras él se anuncia la llegada de la Reina Amaranta. Los seres benefactores se preparan para recibirla y forman coros diversos y aparecen los Coriganes, los Enanitos de Blanca Nieves, los Trolls, el potente Origán, el viejito de luengas barbas blancas y comienza el desfile precedido por los Heraldos, las Princesas del ensueño y los Nixos y comienza la reunión.

 

La reina confiesa su tristeza que le embarga a ella y la infelicidad que espera a los niños en la próxima navidad. El motivo: La Guerra. El hombre se está matando, las aldeas son abandonadas, los niños quedan huérfanos, las mujeres solas huyen hacia los bosques. Todo es desolación. Entonces brota al unísono las voces de todos los personajes, en armoniosa solidaridad contra la guerra y la búsqueda de la paz. Todos ofrecen sus dones mágicos para lograrlo y la lucha inmortal comienza. Y se escucha el Himno de la felicidad y la Reina, magnánima le concede a Zapatilla el don de la invisibilidad, antes prometido. De pronto se escuchan unos disparos y el mundo mágico, como por encanto desaparece. Los hombres entran al bosque. Tiempo después el niño despierta en un cuarto del hotel. Lo encontraron desmayado en pleno bosque, sin sentido y temieron por su vida. Él protesta pues desearía haber permanecido en el bosque con sus amiguitos. Otro día emprenden el regreso a la ciudad y descubren al pueblo lleno de alegría. Al indagar la causa, las gentes le contestan. ¿No te has dado cuenta de que se ha firmado la paz?  ¡Ya no hay guerra!

 

Al subir las gradas de la escalera que conduce al cuarto, el niño o joven escucha una voz que le dice:

 

-¡He tú!... ¿no me conoces?

Miré por todas partes. No había nadie. Pero aquella voz habló por segunda vez.

-¡Soy Zapatilla! Exclamó lleno de gozo. ¿Dónde estás? ¡Anda que te vea!

- No es posible. Solo he venido a decirte dos cosas: primero, que la Reina se dio cuenta de tu presencia en la Pradera de la Violetas; segundo, que ella misma me ha dicho que puedes contar a los niños lo que allí observaste.1

 

Y le confía el secreto de la Reina Amaranta: hacer felices a los niños es la única forma de acabar la guerra.

 

No hay estructura de consolación. Los niños son buenos por sí y no necesitan probar nada, por ello no se someten a prueba alguna, ni tareas, ni luchas victorias. La situación inicial negativa se transforma en situación final feliz sin violencia, con música, poesía, amor, alegría. La libertad, la paz si son fiemes y sólidas resisten los embates más brutales de la estupidez humana. Por lo menos así debería ser. Los hechos recientes en diferentes pueblos víctimas de la guerra, demuestran lo contrario. Los niños mueren y junto a los ancianos y mujeres, son las víctimas más corrientes de la irracionalidad bárbara del hombre en su afán de poder y gloria efímeras.



1 Cardona Peña, Alfredo. El secreto de la reina Amaranta. Colección Lunes, México, D. F. 1946.

 

1 Cardona Peña, Alfredo. Ob. cit. p.31.

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