JACOBO SCHIFTER SIKORA
(1952)
Jacobo Schifter Sikora nació en San José el 14 de septiembre de 1952. Es hijo de padre judío y madre polaca, también judía. Estudió historia. Ha publicado gran cantidad de libros de diferente temática, sobre todo relativos a la defensa de las minorías y estudios sobre sexualidad. Se ha desempeñado como profesor en
Ha publicado muchos libros que de alguna forma tienen como tema la sexualidad de género. Entre otros podemos citar: Entre otros, Amor de machos (en la cárcel), Caperucita rosa y el lobo feroz, De ranas a princesas (topus), En la mesa del Señor,, Hithler en Centroamérica, La casa de Lila, Ojos que no ven y Psiquiatra y homofobia.
LO QUE HA ESCRITO JACOBO SCHIFTER SIKORA
NOVELA
1. Pagos De polaco: 1999
La primera novela que ha publicado Jacobo Schifter Sikoka la llamó Pagos de polaco, amores y traiciones en los años del nazismo y la publicó en 1999.1
Es una novela histórica, monofónica, lineal, de secuencia lógica. Explota, en excelente forma, el rasgo de la novela que hemos llamado "privacidad". La novela delata la historia oculta, la irreverente, la que pocos conocen y escoge un sector diacrónico que va desde los finales de la Primera Guerra Mundial, hasta 1942, en los albores de la Segunda Guerra Mundial, y los personajes forman parte de la minoría judía, sobre todo polaca, que emigró a Costa Rica por los años veintes, cuando recién comenzaba la persecución de ellos, en todo el mundo, por los alemanes nacionalista y el régimen de Adolfo Hitler.
En Costa Rica se hace referencia a la llegada de los judíos, su establecimiento, sus congojas, desvelos, trabajo, segregación racista, persecución, tanto por algunos costarricenses como por los alemanes y los gobiernos de León Cortés Castro (1936-1940) y Rafael Ángel Calderón Guardia (1940-1944) y por último la participación de los Estados Unidos de América en
La novela se inicia como una simple conversación entre dos amigos. Uno de ellos (Jacobo) le comunica al otro los sueños que ha tenido durante la noche. En realidad son varios los sueños que utiliza para configurar la obra y solo es interrumpida brevemente en pocas ocasiones, cuando está despierto y conversa con su compañero.
La historia narrativa, novelesca, se inicia en el cementerio judío, en San José. Ahí el narrador descubre y conoce después, un señor llamado Carlos que visita la tumba de su madre. Se relaciona con él, establece amistad y obtiene la promesa de recibir documentos sobre la relación de Carlos con Elena (su madre), y éste los va contando según los recibe, poco a poco, como si fueran pagos de polaco. Así se inicia la historia de Elena, sus padres, sus amigos, sus amores, sus desvelos, sus inquietudes, desde pequeña, en Polonia hasta llegar a Costa Rica y morir en este país. En realidad la historia de Elena sirve de pretexto, aunque la mantiene en un nivel importante para desarrollar una serie de temas colaterales de índole privado e histórico, tales como las relaciones entre los gays, tanto nacionales como alemanes y judíos polacos, de ambos sexos, las intrigas políticas de los ricos comerciantes, ticos, alemanes, italianos, y los polacos, las matráfulas de los gobiernos de turno, los oportunismos, los cambios de políticas, las conveniencias, el servilismo, las huelgas de los trabajadores italianos (la primera hecha en Costa Rica) en la zona bananera, los amores de los gamonales como José Sánchez, el despertar del feminismo y su organización con Ema Gamboa, la educación de la mujeres, su rol familiar, la religión y su papel con respecto a los hombres y las mujeres, el machismo, los crímenes, las drogas, el contrabando y tráfico de ellas por los alemanes, la manipulación del pueblo por los políticos para satisfacer sus intereses, el nacionalismo egoísta de la hija de José Sánchez, esposa de Carlos, Yadira, la relación madre e hijo en el caso de Max Gerffin y
Nos agradó esta novela, a pesar de que el autor le da demasiada importancia al lenguaje discursivo, y casi no permite escuchar las voces de los personajes, pues se convierte en un narrador yoísta privilegiado. Está bien escrita, es creíble, mantiene un verosímil estricto, su lenguaje es irónico, agudo, rebelde, contestatario, crítico. Se denuncian desde los atropellos individuales hasta los sociales. Hay una fuerte defensa de los derechos individuales, la tolerancia, la igualdad humana, civil, política, sexual y racial. Enfrenta el doble discurso, la hipocresía, la doble moral, el decir una cosa y hacer lo contrario, los desafueros de los gobernantes, el atropello del individuo en aras de una familia degradada y forzada, la discriminación, en cualquier campo, y el nacionalismo exacerbado que defiende intereses mezquinos y privilegios de grupo. En fin, es una novela que mantiene el interés del lector hasta el final y logra producir en él una desmitificación ideológica de los hechos históricos con respecto al pueblo judío y el gran holocausto, que por cierto, lo representa al final como un viaje en tren a Guanacaste con pasajeros animales y no hombres, donde se parodia el arca de Noe, solo que en ese caso, es el viaje a la muerte segura y no a la salvación de la humanidad, es un excelente cierre de la novela que quizás no necesitaba ni prólogo y epílogo. Logra, la novela en el lector, lo que muchas lecciones de historia jamás alcanzarán: conocer la historia sincera, humana, privada, ocultada, con o sin intención, de un pueblo perseguido, maltratado, discriminado, asesinado pero que a pesar de ello dio y ha dado suficientes muestras de ser trabajador, empeñoso, brillante y capaz de sobrevivir a los más atroces genocidios perpetrados por la locura de unos, su ambición desmedida de poder, y la ignorancia y complicidad de muchos.
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