Julio Suñol Leal

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JULIO SUÑOL LEAL

(1932)

 

Julio Suñol Leal  nació en Puntarenas un 5 de marzo de 1932, en unión de sus padres, ya fallecidos, Juan José Suñol Mora y su esposa Segunda Leal.

 

Realizó la educación primaria en la escuela  Antonio Gámez. Posteriormente realizó los estudios secundarios en el Colegio José Martí de Puntarenas. Los estudios superiores los  inició en la Universidad de Costa Rica, donde se graduó en Periodismo.

Realizó  cursos sobre Periodismo en la Universidad de Gacinisvillie, en Florida, Estados Unidos y también cursos de Periodismo de Comunidad en New York de la Fundación Fiedrich Edver en Costa Rica.

 

Su hogar está compuesto por su esposa Irma Prego Ortega y sus hijos  Roberto, Marcela y Fernando.

 

Ha viajado por todo el mundo: México, Estados Unidos, España, Asia, India, Rusia, África y Latinoamérica. Solo tres viajes no ha hecho: a la luna, al fondo del mar y el de sin regreso que deseamos se postergue mucho tiempo.

 

Ha sido profesor  en la Universidad de Costa Rica, durante  más de 15 años y en la  Universidad Autónoma de Centro América. Fue Diputado a la Asamblea Legislativa, en el período de gobierno de Francisco J. Orlich: 1962-1966.

 

Pertenece  a organizaciones como a la Asociación de Autores de obras literarias, científicas, artísticas de Costa Rica y ha formado parte del Partido Unidad Social Cristiana, sobre todo en el área de prensa. Ha escrito algunos ensayos: Latinoamérica en revolución (1960), El gran carnaval (1963), un testimonio: Robert Veco compara una república (1974) y varias novelas.

 
LO QUE HA ESCRITO  JULIO  SUÑOL LEAL

 

NOVELA

 

1. La noche de los tiburones: 1978

2. Siempre hay un nuevo día: 1981

3. Los honorables intrigantes: 1983

4. Juegos de poder: 1987

5. La novela sin nada: 1991

 

TEATRO

 

1. La república de latón: 1980

 

Julio Suñol Leal ha escrito cinco novelas. Es un periodista de profesión pero se ha destacado más como político. Ha viajado por diferentes partes del mundo y esto le ha permitido conocer gentes, costumbres, culturas y la problemática política de nuestro mundo contemporáneo, tanto local como universal. Esta temática es la que le ha servido de fuente a casi todas sus novelas.

 

Sus obras son de un volumen considerable, lo que, de alguna manera, muestra la abundancia y riqueza de lo que describe, comenta y expone porque casi no narra. Pero la práctica de las técnicas modernas del relato, escapa a sus inquietudes, sobre todo el distanciamiento del autor, tanto de los narradores, como del mundo narrado, a pesar de que las conoce, las comenta y las expone en La novela sin nada: 1991. Es aún mayor el acercamiento y su permanente presencia como autor que lo sucedido en las novelas de José León Sánchez, también perteneciente a esta generación y a la de casi la mayoría de novelistas costarricenses que se afincan en el paradigma de la novela monofónica, tradicional. Por ello los conceptos emitidos cuando nos referíamos a las novelas de José león, son válidos para todas las escritas por Julio Suñol Leal.

 

La primera novela que publicó recibió el nombre La noche de los tiburones y lo hizo en 1978.1

 

Es una novela política, ensayística, de denuncia de la corrupción, el poder económico de emigrantes que lograron grandes fortunas y se establecieron en Costa Rica, gracias a la benevolencia de los políticos corruptos que se dejaron comprar y pusieron en entredicho los derechos políticos de este pequeño país.

 

En esta novela se inicia en la denuncia política y la impunidad de la clase rica, bancaria  e industrial de Costa Rica, tal y como se hace hoy. Es un largo desfile de políticos y dueños de la riqueza nacional, buscando más dinero fácil y entregando la soberanía nacional a Norteamérica.

 

 

La segunda novela la publicó un año después, 1979, y le dio el nombre Siempre hay un nuevo día.1

 

La temática de esta novela, la vida política contemporánea, utiliza más la vida social de nuestro tiempo. Sigue así la corriente de esta generación por descalificar la sociedad de consumo, superficial, comercial, enajenante que fue objeto de casi todas las novelas de Carmen Naranjo Coto, entre otros novelistas, que pertenecieron, como él, a la generación de 1957.

 

La novela se ubica en la ciudad y gira alrededor de los personajes Manuel Sanjurjo, un periodista y Carla, una joven consumista, víctima de la cosificación y la utilización del sexo comercializado, llámense anuncios o concursos de belleza. Por la trama de la novela pasan políticos, profesionales, economistas, dejando el rastro evidente de la corrupción, los intereses partidarios o individuales, sobre todo económicos y la deshumanización de nuestra sociedad cobra el rango preponderante de ser el gran personaje de la novela, guiado muy de cerca por el autor con su presencia constante y omnisciente. Las noticias del día sirven para desarrollar extensas discusiones y valoraciones, a veces superficiales y efectistas. Así se comentan los acontecimientos previos a la guerra nicaragüense, tales como la muerte de Chamorro, el secuestro de un anciano, los jóvenes alzados en Masaya, la represión de los militares hasta llegar a la renuncia de Manuel como director del diario y la escogencia de un proyecto vital diferente. Lo mismo hace Carla que termina refugiándose en un convento de carmelitas descalzas.

 

A pesar de que el título augura una salida a esta situación "siempre hay un nuevo día", lo cierto es que la esperanza de un cambio social en las relaciones desiguales de los hombres, no vaticina una pronta y casi tampoco, lejana sociedad mejor: más justa, menos individualista, menos desigual y desde luego más digna para la raza humana. Esto explica los conflictos existenciales de algunos personajes que presentan más preguntas que respuestas y que no ven la luz a su angustiosa vida. Es una respuesta superficial a conflictos individuales que tienen causas sociales complejas.

 

La tercera novela es menos conocida y la llamó Los honorables intrigantes: 1984.2  

Es una novela política, tradicional, lógica, causal y monológica. El narrador omnisciente posee amplio dominio ideológico sobre los personajes y logra establecer funciones específicas para cada uno pero siempre dependiendo de él.

 

Es una visión crítica de la realidad política del continente latinoamericano y sobre todo de los países del Caribe y Centroamérica. A pesar de cambiar los nombres de algunos de ellos, el lector fácilmente se percata del tinglado político que los maneja. Los diplomáticos afincados en la ONI, una organización americana de países independientes que se parece mucho a la OEA y su escaso poder de decisión política y que de independencia solo lo aparenta en su nombre. Los dos ejes del poder en ese entonces y la guerra fría son los que deciden el destino de esos países y en el caso específico de Cocos, Buenaventura y los otros, son los países llamados de la Confederación Norte, los que mantienen el poder suptremo. En otras palabras es EU de Norteamérica el amo y señor de esta región.

 

La pacotilla de diplomáticos, los honorables intrigantes,  que vegetan al amparo de del manto de los Estados Unidos, son lacayos, títeres que disfrutan de las migajas que caen del banquete de los poderosos y no hacen sino el ridículo, como suelen hacerlo ahora.

 

De tal manera que los gobiernos de esta región caen por Golpes de Estado y se vuelven a eregir por la intervención del amo de la región, el imperialismo norteamericano. Esto es lo que le ocurre al país llamado Cocos y los otros que han padecido por años de esa política intervencionista. Le pasó a Guatemala, República Dominicana, Cocos y ahora a Honduras. Vaya vaticino.

 

Los honorables intrigantes es una novela un tanto ensayística pero llena de esa triste realidad que padece el continente americano hoy y posiblemente por muchos años más. El poder corrompe y si es absoluto destrye. En vano se invoca la libertad si ésta es para los poderosos y nunca para el pueblo.

 

Juegos de poder es su cuarta novela y la publicó en 1987.3

 

Es una novela tradicional, lineal, logocéntrica, causal, monofónica. Es la típica novela de narrador-autor. Desde el inicio hasta el final el discurso del narrador omnisciente es ensayístico, valorativo, director, doctrinal. Es una novela de argumento. Se van exponiendo algunos acontecimientos y a la vez se valoran, se enjuician, se critican, se tipifican.

 

La novela tiene como tema la política en Costa Rica. El narrador suele cambiar los nombres de lugares y personajes históricos, reales y les da nombres irónicos pero para el lector resulta fácil identificarlos. Se aprovecha del gobierno de (Gu)alberto Mong (e) galo que ejerce su mandato presidencial de 1982 a 1984 para describir y valorar la problemática social del país, los gobernantes, la corrupción, la crisis política y social del país, el descontento, así como los entretelones de las campañas electorales entre los dos partidos tradicionales y los grupos emergentes, como es el caso de La izquierda o comunistas, también le da alguna relevancia a un grupo trotskista que se inicia en la novela con el fallido intento de robar un banco, es el llamado grupo La Familia y que al final se organiza y al mando de Feliciano Godoy y Liliana, una burócrata ingenua procuran dar un golpe de estado. Este fracasa, a pesar de que el país y las condiciones sociales y económicas presentan un cuadro de descontento y de manifestaciones callejeras, robos, desgobierno, desmantelamiento total, y dos partidos unidos tras el logro de la presidencia. Al final la novela termina con una intervención económica por parte de las Naciones Unidas.

 

Es una obra más cómica que trágica, un tanto ingenua, de análisis político, a veces acertado otras no tanto, que juega con esa farsa que se llama elecciones populares democráticas y que deja en evidencia la lacra política de ese grupo de poderosos que han ostentado el poder en nuestro medio para su beneficio y satisfacer vanidades personales.

 

Es una novela entretenida, crítica sin llegar a las verdaderas raíces a pesar de que el diagnóstico social y político, así como el económico es bastante cercano a la realidad. Las causas últimas de esa realidad no pasan del enunciado y no se afincan en la primera y más histórica que es la dependencia de Estados Unidos en todos los campos. La relación interna entre los grupos minoritarios poderosos y el pueblo es una copia fiel de la relación entre los países pobres, la mayoría, y los dueños del mundo, hoy representados por Estados Unidos y el grupo de los ocho.

 

Como la novela solo tiene una voz, entonces no podemos asistir a una obra pluridimensional, polifónica, disfuncional, divergente, contradictoria, sino a un paradigma que, a pesar de reflexionar acerca de la pobreza, el descontento, la injusticia social, la corrupción, el endeudamiento externo e interno, los gastos desmedidos superfluos, el consumismo, los viajes al exterior innecesarios, la burocracia, no plantea una salida, si es que la hay, a ese estado de cosas, que no sea componendas, arreglos políticos, reformas, modificaciones, declaraciones como la neutralidad o la paz. Tampoco profundiza en las contradicciones de los partidos políticos tradicionales y menos en el de La Unidad Social Cristiana o los medios de comunicación masivos de los que el autor debe tener mucho conocimiento pues en ambos ha incursionado y trabajado continuamente.

 

Esta novela ofrece una crítica importante a los círculos de poder, pero deja incólumes las programaciones permanentes tradicionales de nuestro país y mientras éstas no sufran cambios profundos, las cosas seguirán siendo iguales, por más promesas y cambios cosméticos que se les hagan.

 

Por último, escribió la obra La novela sin nada en el año 1991.1

 

Es una novela biográfica ensayística y desde luego los viajes son su obsesión. En esta obra asistimos a varios. El primero es un viaje por la historia política de América en las últimas décadas, los tiranos, sus caídas, el contexto geopolítico mundial, la caída del muro de Berlín, la independencia de algunos países del Este, el triunfo sandinista, Fidel Castro, Afganistán, Turquía e Irak, Kuwait, etc. y lo que él llama:

 

"El mundo dejó de ser bipolar para transformarse en multipolar."

 

Nosotros creemos todo lo contrario. El mundo hoy es unipolar y el poder lo posee en forma absoluta Estados Unidos de Norteamérica.

 

El segundo viaje es físico de carácter diplomático y periodístico. Se describen sus viajes desde su adolescencia y explicita sus estadías, encuentros, entrevistas, hasta con García Márquez, en un hotel de lujo en Venezuela, donde se sorprende de que el escritor esté ahí y no de su propia estadía, tal vez pagada por el pueblo. Y esto no lo criticamos, solo lo señalamos. Aquí el autor-narrador-personaje o los tres juntos, el que tiene la historia y la trasmite a otro (Blanco a Sorel (el autor)) o quien la materializa, (Morales), viajan por una infinidad de países y forman parte importante de los hechos políticos históricos. Se da un protagonismo sobresaliente.

 

El tercer viaje es menos importante pero ocupa una clara constante en la novela. Se trata del viaje literario. Ya el título lo insinúa, La novela sin nada, pareciera que es irónico porque si algo no tiene nada es un conjunto vacío, por lo tanto, si la novela tiene nada ya tiene algo, nada y deja de ser vacío. Se nota una crítica encubierta a los que de una u otra manera comentan y teorizan sobre el género. La posición de él se sustenta en otros autores de novela. Hay que recordarle que la teoría nace, en este caso de las novelas y son los autores de ellas los que han innovado y creado la teoría y nunca los teóricos. Los monólogos interiores, los puntos de vista, los niveles, los planos narrativos, las perspectivas, los tipos de narradores, el distanciamiento, todo, pero todo fue producto creativo de los novelistas. Los teóricos, y yo me considero uno de ellos, solo hemos sistematizado, formalizado, explicado, lo hecho por ellos. El buen creador siempre estará abierto a innovar, crear. Es esa necesidad vital, la fuerza, el motor que mueve el avión de la creatividad por senderos apenas sospechados. Ahora bien, muchos se montan en ese avión y realizan viajes gratuitos, son los pasajeros (así, literalmente) y no los aviadores. Por eso la historia literaria se encarga de los aviadores, los creadores y no de los pasajeros. Esto que parece obvio ha sido motivo de polémica y pocas veces comprendido. Los teóricos no son creadores, aún más muchas veces lo han intentado y resultan ser un fiasco. Su campo es diferente al del creador. Éste no tiene que ser teórico sino creador, aunque el conocimiento de aspectos teóricos literarios puede, no necesariamente, servirle para estimular su creación. El arte está por encima de todo formalismo, toda camisa de fuerza. Es una manifestación absoluta de la libertad o por lo menos así debería ser.

 

Ahora bien, dentro de esa abundante libertad existen parámetros, rasgos esenciales que dan límites a los géneros literarios, tales como ser narrativo, para solo dar uno. Antes ya nos referimos a ello.

 

La novela es de corte tradicional, monofónica, biográfica y trata el tema político latinoamericano. La importancia más sobresaliente radica en la denuncia, el hacer público aspectos que el común de la gente desconoce, tales como los 500 millones de dólares entregados a Costa Rica por Venezuela para solventar problemas económicos ocurridos como consecuencia de la guerrilla sandinista, los convenios, políticos, los acuerdos entre los gobernantes, el papel jugado por ellos en esos conflictos y todo ese mundillo diplomático que únicamente quien está ahí en su interior conoce con profundidad. ¿Sabremos algo de los dineros aportados por Taiwán al Ministerio de relaciones Exteriores hoy y ayer?

 

Nos ha llamado la atención de que don Julio Suñol Leal nunca se haya referido, puede ser que no lo hemos conocido, a  hechos importantes de nuestra vida política y económica      cuando el país ha estado en manos de presidentes de oposición, no liberacionistas, por ejemplo el caso de ALCOA, en el gobierno de José Joaquín Trejos Fernández  (1966-1970) y muchos otros más. Esto no desmerece ni quita importancia a lo denunciado que le ha merecido hasta un atentado en su casa y que lo coloca como una de las personas más críticas y honestas de los intelectuales actuales de Costa Rica. Es una duda que sería importante que esclareciera y esto no tiene nada que ver con literatura.



1 Suñol Rodríguez, Julio. La noche de los tiburones. Imprenta y Litografía Lehmann, San José, 1977.

1 Suñol Rodríguez, Julio. Siempre hay un nuevo día. Imprenta y litografía Lehmann, San José, 1979.

2 Suñol Rodríguez, Julio. Los honorables intrigantes. Editorial Imediex S. A. Csa de las Revistas, San José, 1983

3 |Suñol Rodríguez, Julio. Juegos de poder. Ed. Costa Rica, San José, 1987.

 

1 Suñol Rodríguez, Julio. La novela sin nada. Ed. Fuentes-Pomaire, Caracas, 1991.

2 Suñol, Julio. Ob. Cit. p. 139.

 

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Benedicto Víquez Guzmán

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