Manuel Argüello Mora

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Manuel Argüello Mora (1834-1902)

MANUEL ARGÜELLO MORA

 (1834-1902)

Manuel  Argüello  Mora perteneció a la generación de 1867. Tuvo su gestación de 1860 a 1874 y su  vigencia de 1875 a 1889. Es la tercera generación del período romántico segundo de la  época moderna.

 

Nació en San José, el 5 de Junio de 1834. A los pocos años de vida, mueren sus padres. Estos fueron el licenciado Toribio Argüello Agüero, exilado nicaragüense y doña Mercedes de Jesús  Mora Porras, hermana del  Jefe de Estado Costarricense, don Juan Rafael Mora Porras.

 

Después de la muerte de sus padres, Juanito Mora, su tío, se convirtió en el tutor de Manuel y fue él, en realidad, como su verdadero padre. Bajo su responsabilidad se educó y creó.

 

Sus primeros estudios los realizó en Heredia, y fue, en el colegio dirigido por Manuel Paúl, donde aprendió las primeras letras. Ahí fue internado don Manuel en el año 1843, a los diez años. En su crónica El primer colegio, Manuel narra algunas anécdotas que vivió en él.

 

Luego continúa sus estudios en la Universidad de Santo Tomás, centro que no sólo lo  abrigó como estudiante sino como profesor y rector interino. En esa institución educativa obtuvo el bachillerato  en 1953. Días después, se trasladó a Guatemala con el fin de estudiar Derecho. En ese país se gradúa de abogado, en la Universidad de San Carlos, en el año de 1857, a los 23 años.

 

De Guatemala pasa a Costa Rica a desempeñar el cargo de Juez, en el Juzgado de Primera Instancia.

 

Desde sus primeros  pasos en la sociedad costarricense, se introdujo de llena en la Política. Fue consejero importante de su tío y ocupó cargos relevantes bajo su administración.

 

Cuando Juanito Mora fue derrocado por la fuerza militar, salió con él hacia Nicaragua y ahí comenzó, para Manuel Argüello Mora, una vida de viajes incansable que le llevó por Europa, Estados Unidos y otros países.

 

Cuando estaba en Europa, fue llamado por su tío, desde El Salvador, para organizar el ataque y reconquista del poder, en Costa Rica. A pesar de haber planeado la entrada al país por Nicaragua, por razones imprevistas y traiciones, lo realizó por Puntarenas. Este hecho ocurrió en 1860. Manuel Argüello Mora lo describe en su crónica La Trinchera, así como en Don Juanito  Mora en Puntarenas y otros relatos del autor. Fue ahí, precisamente, donde fusilaron a su tío y al general Cañas, su aliado. Y, ¿por qué no decirlo?, donde estuvo a punto de  ser fusilado también él, hecho que no se dio gracias a su amistad con el General Blanco. Lo relata el escritor  Manuel Argüello Mora en la crónica El río Barranca.

 

Después de estos hechos, fue desterrado. Sale rumbo a San Salvador, donde su tío tenía una  pujante hacienda de café. Luego se traslada a Panamá, y poco después, se dirige a Europa. Visita Bélgica, Austria, Italia, y Dinamarca. Es, en este momento, cuando don Manuel Argüello Mora  disfruta de una jugosa herencia y pasa por ser un costarricense rico. Aquí comienza su  itinerario por casi todo el mundo y el gozo de lo que él llamaría:

 

 "La cultura que dan los viajes  por diferentes países del mundo".1

 

En 1861, regresa de Europa a Costa Rica, y es en el gobierno de José María  Montealegre, enemigo de su tío, cuando Manuel comienza el tiempo de influencia política  más importante en la historia costarricense. Fue por ese entonces que se casó y ocupó un importante puesto en la Corte de Justicia, como magistrado. En 1888 se realizó la reforma judicial, por iniciativa de don Ascensión Esquivel y el señor Manuel Argüello Mora pasó a ser Juez en La Sala de Casación, el más alto Tribunal de Justicia Costarricense.

 

Además de ocupar estos cargos importantes, Manuel Argüello Mora fue agricultor, como su tío,  y comerciante. Fue dueño de una librería, que a pesar de vender pocos libros, cumplió una función importante en el país, ya que alquilaba o prestaba sus libros. Esta fue una labor sobresaliente que realizó Manuel. La librería se fundó  en 1870 y se llamó Bazar Atlántico. Llegó a convertirse  en un servicio ambulante que llevó la cultura  y las letras a todas partes, por más de tres años. Fue la biblioteca de la Casa de Estudios de Santo Tomás. Aún más, a él le tocó abrir este centro de estudios superiores y ocupar en forma interina el cargo de Rector. Se dice que Manuel Argüello Mora pagaba, de su propio peculio, la luz y el alquiler del edificio.

 

En 1878 fundó, el señor Mauel Argüello Mora, en compañía de don Bruno Carranza y el Dr. Orozco, un semanario llamado La Reforma, con objetivos claros: encauzar las políticas del general Tomás Guardia. Tuvo mucha influencia, en ese tiempo, y el mismo Tomás, se manifestó dispuesto a seguir las directrices  dictadas por La Reforma. Fue así como a Manuel se le llamó  a ocupar La Secretaría de Fomento. Desde este cargo se le dio enorme importancia a la construcción del ferrocarril al Atlántico y la carretera Carrillo.

 

Años después ocupó la curul de Magistrado y llegó a ser el Procurador de la República.

 

Manuel Argüello Mora, desde muy joven,  fue colaborador en diversos periódicos y revistas. Se inclinó por los estudios literarios y colaboró,  con producciones periódicas, tanto en los diarios nacionales, como extranjeros, así como en otras tantas revistas. Fue ferviente colaborador de la revista Costa Rica Ilustrada. Es precisamente, en esta revista  cultural donde publica casi toda su obra. Escribió en revistas del  exterior, tales como  La Ilustración Española y Americana, Pluma y Lápiz, Álbum Salón, Blanco y Negro y otras.

 

Fue masón y miembro de la logia Caridad No. 26.

 

 

LO QUE ESCRIBIÓ MANUEL ARGÜELLO MORA

 

 

Las obras que escribió Manuel Argüello Mora2  van, desde un simple cuadro de costumbres, hasta una novela. Abarcó, de preferencia los cuadros de costumbres y las crónicas. Se arriesgó en el género novelesco y el cuento. Sus novelas, aunque en realidad, sólo  Elisa Delmar se puede considerar como tal, son de marcado interés histórico, y relacionadas con los hechos que protagonizó su tío y las aventuras que él mismo pasó a su lado.

 

Se le cataloga como el primer escritor y novelista costarricense.

 

El relato que escribió lo llamó El huerfanillo de Jericó. Es un intento de escribir una novela picaresca, matizada de datos autobiográficos y el primero en describir la zona Atlántica.

 

NOVELAS

 

1. El huerfanillo de Jericó: 1888 (proyecto de novela picaresca)

2. Misterio: 1888 (Escenas de  la vida en Costa Rica). (Es un relato)

3. Elisa Delmar: 1899

4. Margarita: 1899 (relato)

5. La Trinchera: 1899 (relato)

6. Luisa: Está inédita

 

CUENTO

 

1. La bella  herediana: 1900

2. El amor a un leproso: 1900

3. Las dos gemelas del  Mojón: 1900

4. La loca de la  Avenida Central: 1899

5. La serenata  de Shubert: 1899

6. La  sonámbula del Pirro: 1899

7. El ciego del Torres: 1900

 

CUADROS DE COSTUMBRES

 

1. Un abogado de fin de siglo: 1899

2. El prusiano  de San Antonio: 1899

3. Los cuatro  hijos de Ambrosio: 1899

4. Quince días en Holanda: 1899

5. Tres semanas en Venecia: 1899

6. Terranova y los bajos: 1899

7. Los bienaventurados: 1899

8. Un hombre honrado: 1900

9. Mi sobrino Cordelio: 1900

10. Mi tío Silvestre: 1900

11. Las hijas de  doña Rogelia: 1900

12. Mi primo, el Lic. Cascajal: 1900

13. Mi cuñado, el cura: 1900

14. Mi criado, Zoilo: 1900

15. Mi primo, don Ramiro: 1900

16. La poza de la sirena: 1900

17. Historia de un billete de banco: 1900

18. Un día nefasto: 1900

19. Mi Familia: 1900

20.  drama en el presidio de San Lucas: 1900

 

CRÓNICAS

 

1. La fiebre amarilla: 1899

2. Adelina Patti, en 1859: 1899

3. Irlanda  a vista de pájaro: 1899

 

LEYENDA

 

1. La  Llorona: 1899

 

HISTORIA

 

1. Ligero esbozo de la vida de D. Juan Rafael Mora: 1900

2. Secretos de la historia: Mora y Buchanan: 1900

3. Primer período de mando de don Jesús Jiménez: 1900

4. El 14 de agosto: 1900

5. El canal de Nicaragua: 1900

6. Secretos de la historia patria: 1900

7. D. Juan Rafael Mora en Puntarenas: 1900

8. El río  Barranca: 1900

9. Condenado a muerte: 1900

10. Primer período de mando del Benemérito D. Jesús Jiménez: 1900

11. Elección del Dr. Castro: 1900

12. El primer Colegio: 1899

13. Discurso pronunciado en la inauguración de la vía mixta al Atlántico: 1900.

 

 

En Costa Rica  no existe una generación de novelistas románticos, tal y como lo hemos explicado. Solo aparece un autor, Manuel Argüello Mora (1834-1902) y difícilmente podría afirmarse que escribió una novela digna de ocupar una antología universal o por lo menos hispanoamericana. No  obstante, fue nuestro primer novelista y es digno de destacarse en la literatura patria.

 

 

El huerfanillo de Jericó: 1888. Es el primer intento de novela de don Manuel Argüello Mora.1

 

Manuel plantea la siguiente historia. Pedro, a la edad de diez años, queda huérfano de padre y madre. Víctima de los trabajos difíciles en la zona atlántica y de las enfermedades sufridas, en los bananales, decide trasladarse desde la hacienda Jericó a la hacienda Pepilla. Ahí conoce al negro Phelps y es adoptado por él. Este primer amo de Pedro, lo  convierte, a su pesar, más por miedo que por otra razón, en un ladrón. Después de varios intentos  por escapar a su tutela, lo consigue. Padece varias aventuras, de diversa índole, y termina encontrándose con unos huleros que lo conducen a San José. En esta ciudad  trabaja como mandadero y, luego, como ayudante en el hospital. Un día descubre que uno de los pacientes de ese centro, es el negro Phelps y, luego de conversar  con él,  y como recompensa por varios servicios que le hiciera, el negro le confía  un secreto: él tiene un tesoro escondido y promete regalárselo. Muerto el negro, Pedro viaja  a Nueva Corinto y descubre el tesoro. Después de ello, por temor a ser descubierto con su riqueza, que consiste en un reloj de  bolsillo con diamantes, decide publicar la historia para que no  pensaran  que había sido producto del robo y por ello, ir a la cárcel.

 

Como podrá notarse es un intento de novela picaresca, biográfica, de formación, con un antihéroe pero, esquemática, moralista y muy simplona, inocente. Y desde luego realista y con un narrador-autor preocupado por contar una historia realista  y creíble más que de crear una obra de arte. Recordemos que la picaresca se dio en el período neoclásico (1800-1944), básicamente en la primera generación de 1792.

 

 La segunda novela de Manuel es Elisa Delmar y la publicó en 1899.1

 

Mora y Cañas desembocan en el Pacífico, en la ciudad de Puntarenas y  deciden atrincherarse ahí, con el fin de iniciar el derrocamiento del gobierno de turno. El General Cañas viaja a Esparta  para inspeccionar  la situación  y se encuentra con su hija Elisa Delmar, hija del caudillo que presiente la muerte de su padre,  por lo que decide ayudarle. Después de ser vencidos los generales Cañas y Mora por las tropas oficialistas, son apresados,  y el gobierno decide fusilarlos. Elisa se alista, en las tropas del gobierno, y se presenta  disfrazada de soldado en el cuartel, donde su padre, está preso, y le solicita a Mora que huya con él (ella). Mora descubre a su hija  y rechaza  la proposición  y es sentenciado a morir fusilado. Él mismo da la orden de fuego. Elisa  Delmar, con gran tristeza  se convierte en monja y frecuenta visitar la tumba de su padre para llevarle flores.

 

En esta novela encontramos referencias históricas, explicaciones, llamadas de atención al lector para que acepte como reales los hechos que se narran. Desde luego se dan los referentes históricos, tales y como sucedieron en la realidad.

 

Otra de las llamadas novelas de Manuel Argüello Mora, la tercera, es La Trinchera que publicó en 1899.

 

Como la anterior, sigue los hechos históricos vividos, tanto por él, como por su tío.

 

El joven Julio Valera, hijo de una familia rica de Cartago, es enviado a Europa para que estudie. Permaneció ahí durante cinco años pero no concluyó su carrera, debido a la escasez de dinero de su familia, que  fue víctima del cólera. Julio, se trasladó a Londres, donde sufrió muchas privaciones. Trabajó en varios oficios. Un día conoció un rico comerciante  herediano que lo regresó a su patria. Una vez en su país y en las fiestas cívicas de Heredia, conoció a Juan Rafael Mora, presidente de Costa Rica. Estableció una gran amistad con él y hasta llegó a ocupar un cargo en su administración. Gracias al golpe de estado  que llevó al poder a José María Montealegre, Juan Rafael Mora tuvo que expatriarse a El Salvador. Julio, permanece en Costa Rica, al cuidado de la hacienda  del señor Mora. En un viaje que realiza a San José, salva a la señorita María Ester Montealegre, hija de José María Montealegre, Jefe de Estado, de un accidente, y establece una gran amistad con ella y se prenda de su belleza. Este inicio de idilio se interrumpe  por el arribo de Mora  y Cañas a Puntarenas, suceso que exigió su presencia en esa provincia para luchar al lado de sus benefactores. A la caída de Mora y Cañas, Julio Valera se traslada a San José y vive clandestinamente. Sabe que  la dueña de sus desvelos es hija de su enemigo político y decide amarla en secreto. Un día se presenta un joven  inglés que conoce  de sus amores y le confía que él es el pretendiente de María Ester. Acto seguido se establece un duelo a muerte entre ambos, y muere Julio Varela. La novela cierra con una carta de María Ester donde declara que no los amaba.

 

Otra vez observamos la mezcla de lo histórico con lo amoroso, muy frecuente en el romanticismo y el famoso triángulo amoroso que tanto será utilizado en la novelística costarricense, en este caso, entre dos costarricenses y un extranjero.

 

La novela presenta todos los rasgos propios del narrador-autor que señalamos para la novela monofónica y llega hasta la interpelación del lector a quien da el sexo de femenino.

 

"Ahora bien, querida lectora: queréis saber ¿cuál era la desconocida ninfa que había hipnotizado a Julio?...1

 

"Sí señoras, Ester Montealegre era el objeto del desesperado amor de Julio. Decimos desesperado, porque esa unión era imposible".2

 

Sobra señalar que los clásicos motivos del romanticismo sentimental europeo aparecen en esta novela: amor imposible, duelos, fatalismo, etc.

 

Manuel Argüello Mora no disimula su intención de distraer, entretener a las lectoras con historias tiernas y sensibleras a la vez que recordar los hechos históricos, relacionados con su tío y donde él participó muy superficialmente.

 



1 Argüello Mora, Manuel. Ob. Cit., Editorial Costa Rica, San José, p. 19.

2 Solo citamos las obras que se crearon con intención literaria. Esto será así para todos los novelistas costarricenses.

 

1 Argüello Mora, Manuel. Obras literarias e históricas. Ed. Costa Rica, San José, 1963, p. 121.

1 Ob. Cit. p. 161.

 

1 Ob. Cit. La Trinchera. p. 171.

2 Ib.

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