Marcos Valverde Monge

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Marcos Valverde Monge (1943)

MARCOS VALVERDE MONGE

(1948)

 

Marcos Valverde Monge Nació en San Isidro de El General, Pérez Zeledón, el 27 de junio de 1948. La primaria la hizo en la escuela 12 de Marzo y la secundaria en el Liceo UNESCO. Luego realizó estudios universitarios en la Universidad Nacional donde amplió la carrera de maestro en secundaria. Su niñez la pasó en Pérez Zeledón. Ahí vivió en la finca de su padre y es en esta novela El paso de las olominas donde describe una serie de estampas de su niñez y adolescencia. Ha recibido algunos premios: Certamen Brunca en 1985, Certamen Brunca en 1986, Certamen Julián Marchena 1986-1987 y Certamen Ande 1987.

 

 

LO QUE HA  ESCRITO MARCOS VALVERDE MONGE

 

 

NOVELA

 

1. El paso de las olominas: 2001

 

POESÍA

 

1. La noche voluntaria del caracol: 1991

2. En la ciudad del bosque: 1993

 

OTROS

 

1. Antologías de poetas generaleños: 1988

2. Narraciones generaleñas: 1995

 

 

La novela El paso de las olominas, la publicó en el año 20011. Es una novela tradicional, monofónica, biográfica. El énfasis de ella es la descripción con pretensiones poéticas. Es la evocación de un adulto de escenas, estampas y más que ellas imágenes de su vida en la finca, su escuela pro sobre todo de la naturaleza. Más pareciera un diccionario folklórico, popular, de animales, plantas, encuentros, matices, de la naturaleza, leyendas solo que incompleto. Su visión es paradisíaca, positiva, ensoñadora, prístina, sin conflictos ni congojas, ni contradicciones. Casi no aparecen personajes a no ser imágenes espontáneas y escuetas de ellos, mudos y sin nada que contar.

 

La novela parece un calidoscopio de imágenes bellas vivido espiritualmente por un niño bueno en toda su extensión pero contada por un adulto a manera de recuerdo. Todas las evocaciones suceden en un pueblo rural y especialmente en una finca agrícola. No escapan las leyendas aunque no se narre ninguna y cuando se hace alusión a La Llorona, parece desconocer su origen. En el título "Noche pintada de luna", el párrafo final afirma:

 

"La Llorona va presurosa a orillas del río, desgreñada y sucia, perdida en el cantar del agua buscando un niño que se le fue de sus brazos entre la corriente y las piedras".1

 

Según se sabe en la leyenda  de La Llorona, ésta fue una mujer que la embarazaron, no se dice quién pero ella sabía que si su padre lo sabía la echaría de la casa junto con su hijo pues había pecado contra lo mandado por Dios. Ella cuando lo tiene, en un solar corre al río y lo tira en sus aguas como escondiendo su pecado pero Dios la condena a vagar por los ríos toda la vida buscando a su hijo. Se aplica la máxima católica que dice: ella pecó (la falta), luego viene el castigo. No se aclara nunca si pecó por engaño como solía ocurrir con las campesinas que ilusamente eran engañadas por los hijos y a veces por el propio gamonal. Tampoco importaba llevar a estas campesinas a extremos con tal de no ser castigadas por el padre machista y tiránico que se convertía en juez sin permitir oír siquiera a quien castigaba.

 

El colmo de la novela es tal que llega a incorporar como capítulo "VIII parte" un glosario. Tenemos que ser sinceros, esto lo que demuestra es un gran desconocimiento de la teoría literaria del género novelística por parte del autor y quizás hasta del editor.

 



1 Valverde Monge, Marcos. El paso de las olominas. Ed. Pérez Zeledón, C.R. M. Valverde M., San José, 2001.

1 Valverde Monge, Marcos. Ob. Cit. p. 102.

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3 Comments

En relación con su pintoresco comentario de mi libro "El Paso de las Olominas" deseo aclararle que nací en San Isidro de El General de Pérez Zeledón, de lo cual me siento muy honrado y no en San Juan de Dios de Desamparados. Asimismo debo indicarle que mi fecha correcta de nacimiento es el 27 de junio de 1948. Se le agradece por haber ampliado mi fotografía y por consignar en su blog algunos de mis logros.
Marcos Valverde
Muchas gracias don Marcos. Crregiré esos errores que dices. Cuesta mucho obtener datos exactos de los autores pues los editores no suelen darlos.
Benedicto Víquez Guzmán

Autor: Eric Conde
Crítica Literaria sobre el libro:
"El Paso de las Olominas", de Marcos Valverde,
Editorial: KAMUK, 2001.
LA ESTRUCTURA:
Estamos en presencia de un libro dirigido al lector infantil, ilustrado por los propios niños. La obra cabalga entre dos rieles: La novela infanto-juvenil por un lado y la lírica del otro, tomando elementos de ambos y produciendo en consecuencia una obra decorosa en esta cuerda de la literatura infantil costarricense.
Normalmente leemos una novela por la revelación de los persona-
jes, el personaje es la piedra angular de la novela, sin embargo, en
este caso particularísimo y también por la presencia del lirismo y el simbolismo implícito en la obra, consciente o inconscientemente, se lee esta historia por la revelación de la naturaleza viva que la habita y la determina, el autor nos dice más desde el espacio-ambiente, que desde el narrador niño, ¿por qué lo hace así?, (perdón por la frase)_ porque le da la gana. Decir de una manera diferente implica originalidad, y en este sentido las reglas son flexibles.
"EL paso de las Olominas", no tiene estructurados los capítulos dentro de los parámetros de la novela infantil tradicional, algunos son simples viñetas o poemas auténticos, concebidos como tal, no existe una regla que prohíba esto, por lo menos en estos tiempos, donde abunda la fusión de estilos y los géneros, sin embargo, el libro preserva la numerosa diversidad de la vida y mantiene el nece¬sario trasfondo social.

Las principales novelas infanto-juveniles que abor¬dan estos temas de la vida campesina con pretensiones líricas y que me vienen a la memoria son: "Allá lejos y hace tiempo", de Gui¬llermo Enrique Hudson, (un clásico de la literatura infantil argen¬tina), "Platero y Yo", del español Juan Ramón Jiménez y "Mulita Ma¬yor", del costarricense Carlos Luis Sáenz.
En cuanto a los temas y el lirismo del lenguaje, Marcos sigue la línea de los autores citados, sin embargo no estructura las histo¬rias como los clásicos de la literatura infantil sino que propone una serie de flashazos, como una cámara que hace ciertas tomas aquí y allá, buscando la proyección artística de cada cuadro y es el lec¬tor quien debe ir ordenando las secuencias según su personal estima¬tiva, propuesta totalmente válida.
EL NARRADOR PROTAGONISTA:
Estamos ante un narrador protagonista que ubica los confines de su ficción dentro de los confines de su
existencia, desde una perspectiva lírica decorosa y plural que permite la reinterpretación del texto desde diferentes ángulos. Aunque a primera vista pareciera que el protagonista es el narrador niño, si profundizamos un poco nos percatamos que el prota¬gonista por excelencia es el entorno rural, el campo, el sol, el aire, el río, las olominas y las zompopas; la vida que reverbera con sus momentos alegres o tristes.
No podemos buscar en este libro una trama humana palpable porque su lenguaje es el del bosque y su trama es la tragedia y la supervi¬vencia de los seres que lo habitan: los abejones que pierden su casa y deben halar palitos como si fueran bueyes, el cerdo que muere de una tremenda puñalada, el sapo que abraza a la sapa, el niño que te¬nía cara de frijol, el que le gustaba pelear y el que se muere, el palo de muñeco de las ramas que se doblan y la orquídea preciosa y extraña que se cuelga del maderonegro.
Es un libro destinado a los niños y a los poetas y sólo podrá ser entendido y disfrutado por quien tenga una cualidad imaginativa muy aguzada, para quienes tengan la capacidad de escuchar "... el tamborileo de la bestia zonta que corre por la montaña" (p.33)
EL PUNTO DE VISTA ESPACIAL:
Se llama Punto de Vista Espacial a la relación que existe en to¬da novela entre el espacio que ocupa el narrador en relación con el
espacio narrado, en tanto el narrador se determina por la persona gramatical desde la que se narra.
En "El paso de las olominas", estamos ante un narrador personaje que narra desde la primera persona gramatical, punto de vista en el que el espacio del narrador y el espacio narrado se confunden.
Desde esta perspectiva el autor dispone de un margen ancho de innovaciones y matizaciones para contar su historia, aquí entra la originalidad y la libertad de cada escritor. A menudo en algunos tex-tos novelísticos el narrador protagonista le sede la palabra a otros personajes de la historia, lo diferente en éste libro y lo auténtico está en que la palabra se le sede al medio ambiente, y és¬te entorno natural, autóctono y vital a menudo le enmienda la plana al narrador protagonista.
El narrador niño va pasando por toda la geografía de la finca estableciendo una perspectiva itinerante y plural que se enriquece con el espacio narrado, esas mudas resultan invisibles al lector, atrapado por la curiosidad que despierta en él la historia.


EL NIVEL DE LA REALIDAD
A decir de Vargas Llosa "Desde un punto de vista teórico, la realidad puede dividirse y subdividirse en una multitud inconmensurable de planos, y por lo mismo, da lugar en la realidad novelesca a infinitos puntos de vista", (p.9)
Los planos más claramente autónomos y adversarios que pueden darse en una novela son los de un mundo real y un mundo fantástico.
La noción de lo fantástico comprende una multitud de escalones diferentes: lo mágico, lo milagroso, lo legendario, lo mítico, etcétera.

EL MUNDO FANTÁSTICO EN “El PASO DE LAS OLOMINAS”.
LO MÍTICO:
Estos son algunos ejemplos donde se pone de manifiesto el espacio mítico:
“otras veces se convierte en una señora sin cabeza, que atraviesa las cercas sin agacharse y cuando uno se queda viéndola, desaparece”,
(p.104)
“Esta señora a veces anda con un señor que flota en el aire y que sale a caminar a media noche, todos los martes de la primera semana de cada mes. Y se le nota las manos totalmente pálidas y los ojos tiesos”, (p.104)
“Cuando la noche está bien oscura, hay huecos que no se pueden ver. Y de la cueva más profunda y más oscura, en la llamada Vuelta de María Burra, camino a Pedregoso, sale una voz quejumbrosa que asusta”, (p.104)

“Al oír esta voz, me tiemblan las piernas, mi mente queda fija
y siento un frío como de hielo. Es el roce de la mano peluda en mi brazo”. p.104)
"El potrero tiene un higuerón alto, tan alto como los cerros. Es el lugar de reunión de las brujas vagabundas que en las noches de luna llena, siendo martes o viernes, hacen una bulla que da miedo."
(p.105)
"Las brujas se montan en las bestias para echar galopes, oyéndose toda la noche los cascos percutir en el suelo, (p.105)
LO MÁGICO:
"Toda la casa está embrujada... De pronto empiezo a ver una luz grande, como una bola que se va levantando poco a poco del suelo y siento un escalofrío en mi espinazo" (p.103)
"La luz continúa por la montaña, allá por las tumbas de los in¬dios. Luego se queda quieta y al instante vira como haciéndome señas para llamar mi atención" (p.103)
LO MILAGROSO:
"Había un señor que la cabeza se le fue haciendo cada vez más grande. Por eso le pusieron Siete Jupas" (p.62)
"Su cabeza parecía a la de un saíno grandote y fue adquiriendo el olor de la manteca de chancho. Se decía que era la maldición de los cerdos que mataba día a día"(p.62)


LO LEGENDARIO:
"La casa está oscura, sólo algunos rayos de la luna penetran".
"El zaguán está desierto y el corredor pareciera em¬brujado".
"Vuelvo a ver hacia afuera y contemplo el potrero inundado de espantos. Las lucecitas que prenden y apagan
como un maravilloso juego de pólvora, son ánimas

errantes, (p.101)
Al rato empezamos a oír un grito desconsolado como un quejido triste y dulce a la vez, lejano, allá por la montaña. Entonces, asus¬tados nos fuimos a dormir", (p.102)
EL MUNDO REAL EN "El PASO DE LAS OLOMINAS".
El mundo real en este libro está desglosado en dos vertientes: La reinterpretación lírica de la naturaleza y la problemática so¬cial.

LA REINTERPRETACIÓN LÍRICA DE LA NATURALEZA:

El primer párrafo del libro comienza con una prosopopeya: "El camino de la escuela me persigue" (p.ll). Nótese que es el camino
quien persigue al niño y no a la inversa, la ruptura de la lógica más elemental se transforma en imagen poética.
"De aquí veo a las maestras que nos esperan y el alboroto que hacen mis compañeros, es como si fueran chicharras veraniegas aga¬rradas al maderonegro, cantando y cantando, en medio de chorros de orines" (p.ll)
El símil es bellísimo, integra la naturaleza virgen y la cotidianeidad del aula.

La descripción del “15 de mayo” resulta una acuarela bellísima en la que aparece de pronto una ruptura de sistema:
"Los caballos también pasan y marcan sus pasos entre las pie¬dras, echando babas con su hocico y boñigas por debajo de su rabo".(p.15)
Dentro del ritual religioso y carnavalesco y el colorido y las bombas, el mito y el símbolo patrio con las carretas y las bocinas, el comal y el café... se babean y defecan los caballos, y su acción sin ofender a nadie, remite a lo primigenio, a lo natural, al acto simplísimo de comer y defecar, que de cierta manera también tiene su poética.
LA PROBLEMÁTICA SOCIAL
A menudo se piensa que la problemática social en un libro remite únicamente a la congoja, a la discriminación de las
clases más desprotegidas, a la humillación de la raza humana y de la patria... sin embargo desde el humor, la ironía, el sarcasmo y la poesía se puede abordar también la problemática más compleja. De las opciones anteriores el autor que analizamos escogió la lírica.
"Hoy también tengo que ir a la escuela pero no quiero ir porque no tengo zapatos", (p.12)
Con una pincelada pequeñísima el autor se refiere al Día de la Madre, y dentro de él lo triste que resulta esta fecha para un niño huérfano.
"Enrique, aquel negrillo, no canta porque dice que no tiene a quien cantarle", (p.13
8
El amor de los años infantiles, los pleitos, los conflictos es¬colares, la amistad, la vida en toda su pluralidad aparecen dibuja-dos en trazos sencillos, pero esenciales.
"Felipe es alto y de dientes grandes, peleón hasta con su sombra y siempre anda solo por las calles".
"Nadie quiere a Felipe, el buscapleitos de la clase. De cerca es Felipe, de lejos Felipón". (p.22)
"Ayer, cuando fui al lavatorio, me asomé por la ventana. Ella también se arrimó y pegó sus labios al vidrio. Inmediatamente yo hice lo mismo para sellar nuestro noviazgo, aunque nada más. Nunca nada más. Fue bastante", (p.25)
Dentro del lirismo del lenguaje, contrastando con la aparente vida paradisíaca del campo, como una manchita en el cuadro y en la vida rural y religiosa, aparece la infidelidad, el señor Juan Calan¬dria tiene una amante, una querida, otra mujer diferente a la esposa.
"Me asomo por las rendijas de la palma y ¡Ay Dios!, Qué veo!, las tres Marías (en ese tiempo casi todas las mujeres se llamaban María) María Burra, María Brincos y María Pío, bailando cumbia, más Juana Gurbia, la querida de Juan Calandria, con ganas de pelear con la Donata". (p.15)
Para nadie es un secreto que cada autor, por lo menos si es auténtico, es portador de un estilo, de un determinado presupuesto estético, una sensibilidad peculiar. Me llamó poderosamente la aten¬ción la forma en que Marcos se acerca al tema de la muerte en un libro destinado al lector infantil.
"Los días lloran y el aire se entristece..." (p.18)
Excelente uso de la prosopopeya, no es la gente la que llora, son los días, de manera que siendo la frase una contraposición, de¬viene en imagen poética. Y más adelante continúa:
"En mi clase siempre estaba Ramón, pero un día no volvió. Siempre había sido pálido pero hoy en la caja estaba peor".
“Ramón está tieso" (p.18)
La fatalidad de la muerte de este niño aparece in¬crustada en la poesía de lo cotidiano, con una naturali¬dad asombrosa, como el simple acto de salir u ocultarse
el sol.

Probablemente el mérito más grande de este libro esté en la ma¬gistral interiorización del paisaje en los seres que lo habitan.
EL GLOSARIO:
Dentro del género infanto-juvenil, al que pertenece "El Paso de las Olominas", es frecuente que el libro, sin importar si se trata de una novela, un poemario, un libro de relatos o de ensayos... venga acompañado de un glosario al final para ayudar a los lectores a re-lacionarse con algunos términos folclóricos o científicos que pudie¬ran prestarse a confusión. Algunos textos de literatura infantil que se encuentran hoy por hoy en las librerías costarricenses y que po¬seen un glosario al final son: "Mulita Mayor", de Carlos Luis Sáenz, Editorial Costa Rica, 2006. "Machacando Almendras", de Eric Conde, EUNED, 2007, "Abecedario del Yaqui", de Rodolfo Dada, Editorial Le¬gado, 2003, "Si ves un monte de espumas", de Ana Garralón, Editorial ANAYA, Madrid, 2000, y "Te regalo una montaña", de Anabelle Madden, EUNED, 2010, entre otros.
Autor de la crítica:
Eric Conde. Licenciado en Filología Universidad Central, Cuba.
Posee posgrados en Narratología y Crítica Literaria.
Mención Honorífica del Premio Latinoamericano CASA DE LAS AMERICAS. 2002.
Mención Honorífica, Premio Iberoamericano de Narrativa, México, 2009.

Gracias don Eric Conde por este detallado y juicioso comentario de la novela El paso de las olominas de don Marcaos Valverde Monge. Estamos seguros que a través de él el lector se sentirá estimulado a disfrutar de esta novela.

Saludos Benedicto Víquez Guzmán

Buenas tardes. Excelente idea la de establecer un blog con el objeto de difundir el arte literario.

Gracias José Luis, espero que sea de gran utilidad
Saludos
Benedicto Víquez Guzmán

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This page contains a single entry by Benedicto Víquez Guzmán published on 13 de Septiembre 2009 6:52 PM.

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