VÍCTOR HUGO SOLANO AGUILAR. (VÍCTOR NARVALES) (seud.)
(1959)
Víctor Hugo nació el día 13 de febrero del año 1959.
LO QUE HA ESCRITO VÍCTOR HUGO SOLANO AGUILAR (NARVALES)
NOVELA
1. Tiribí: 1997
Esta novela de Víctor Narvales llamada Tiribí se publicó en el año 1997.1
Es una novela tradicional, al mejor estilo de las novelas costumbristas, pictóricas, apologistas del campo, positivas, evocativas, nostálgicas. Priva el narrador personalista, yoísta, bajo el código de las novelas fonológicas, causales. Suelen utilizar descripciones de la naturaleza, retratos, para insertar los personajes y narrar alguna vivencia o acontecimiento. Por eso abundan en la descripción de costumbres, supersticiones, turnos, fiestas, paseos (a Puntarenas), viajes a la ciudad, bodas, topes, leyendas, anécdotas y la presentación de personajes típicos de los pueblos, los campesinos valientes, vaqueros, pulperos, curas, gamonales, el cura, el jefe político, el maestro, etc. En ocasiones se describen las visitas de presidentes, en este caso del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, y se citan los logros de ellos, tales como las garantías sociales, la revolución, la caída de arena desde el volcán Irazú.
Novela de escenas, paisajes, cuentos, encuentros, costumbres, de hombres y mujeres viviendo al día en armonía con la naturaleza, con sus rezos, pequeñas ilusiones, sin proyectos que rebasen más allá de sus casas. Novela sin contraste, sin grandes pasiones, de pequeñas cosas. Es una elegía a la rutina, a la vida placentera. Una simbiosis entre hombres y naturaleza, por eso ambos se convierten en personajes de igual categoría. Después de leída la novela solo permanece una galería de costumbres y hombres iguales, como si el tiempo se hubiese detenido. Dormir, levantase temprano para ir al trabajo, desayunar, salir al campo y sembrar, arrear el ganado, darle sal, ordeñar las vacas, regresar a la casa, almorzar, descansar, tomar café, conversar con otros en la pulpería, y volver a dormir. El rol de las mujeres se circunscribe a lo ya conocido. Ser madre, cuidar los chiquillos, hacer comida desde la mañana, lavar, volver a cocinar, limpiar su casa, aplanchar, lavar trastes y rezar, rezar mucho y de vez en cuando, sobre todo los domingos, chismear con las vecinas. De do visitar los familiares. Este es el viejo y aguantador paradigma que tanto se añora y que con algunos cambios formales, se sigue manteniendo en la actualidad, a pesar de los cambios ocurridos en todos los órdenes sociales, materiales y científicos.
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