ZENEIDA FERNÁNDEZ DE GIL
(1926-2003)
Zeneida Fernández de Gil es una escritora ligada al campo espiritual. Nació en Heredia Centro el día 01 de septiembre del año 1926 y murió el 15 de agosto del año 2003. Ferviente católica. Todas sus obras giran alrededor de la vida espiritual de los personajes. Varios son los libros que ha publicado, Ante la crisis actual, La senda del Amor, Las Raíces del ser humano y su proyección en el matrimonio y en el trabajo de la mujer,
LO QUE ESCRIBIÓ ZENIEDA FERNÁNDEZ DE GIL
NOVELA
1. Retorno: 1954
La primera novela que Zeneida Fernández de Gil publicó le dio el nombre Retorno y la publicó en el año 1954.1
Ésta es una novela tradicional, logocéntrica, lineal, de clásico narrador omnisciente cercano al personaje que tiene la atención de la autora. Llama la atención, como veremos luego, el estilo enunciativo cercano al drama:
"La puerta se abre y entra Luis en la habitación, más moreno, más fuerte y más seguro.
Su mirada, como una flecha, se lanza sobre Lucía.
La duda renace en el alma de Carpincho. Saluda a Luis y se despide:
-Lucía, dígale a Alberto que más tarde hablaré con él.
Lucía calla.
El silencio es más significativo que las palabras.
El automóvil corre veloz. Carpincho se identifica con la tristeza del paisaje; su dolor lo vuelve más humano.
Cuarenta y cinco años y Lucía veinte; el suyo fue un sueño imposible."2
Todos los tópicos del paradigma de la novela monofónica están presentes en esta novela. Los triángulos amorosos, los retratos, las descripciones, el costumbrismo, el moralismo, los juicios de valor del narrador, a posición ideológica expresa, la dicotomía entre buenos y malos, las referencias sociales e históricas directas, los lugares físicos reales (Plaza Víquez,
Dos triángulos amorosos sirven de estructura a esta novela que tiene la particularidad de utilizar mujeres como centros narrativos de interés. Sandra es el personaje que se ubica como el contramodelo y Lucía atrae la atención del narrador(a) como el personaje modelo femenino y Carmen se ubica en un plano intermedio. De parte de los hombres, Carlos representa el don Juan, el mujeriego, el hijo de papi, vago, sin oficio, superficial y galán. Luis es una especie de personaje misterioso, bueno, revolucionario (no se da información suficiente para entender su función en la novela) y Carpincho, el joven-viejo que se hizo doctor después de la muerte de su madre pero que nunca vivió u vida sino la que su madre quiso que viviera. Bueno, caritativo, sano, ejemplar pero viejo para Lucía. El otro personaje masculino que juega un papel secundario, un tanto ridículo es Alberto, el padre de Carlos de
Sandra es el comodín de los conflictos. Se convierte en la novela como una mujer llamativa, liberal y atrae a los hombres como la miel a las abejas. Así se convierte en rival de Carmen, de Lucía y de Luisa, la esposa de don Alberto. Solo Carpincho no la corteja. Es la causa de los celos de Carmen porque Carlos la corteja y e desvive por ella y de Lucía, la prima de Carmen, porque también Luis tiene una relación amorosa con ella aunque nunca se delata en la novela expresamente. En general las relaciones amorosas se mantienen en el nivel asombroso de un beso. Realmente Sandra es una mujer virtuosa pues no permite licencias a ningún pretendiente. Es más víctima que victimaria. En realidad los personajes femeninos todos son buenos y aún los masculinos también. El mismo Carlos termina casándose con Carmen, tiene un hijo y se convierte, por obra de la magia literaria en un hombre ejemplar.
Es una novela positiva donde los personajes femeninos se ven expuestos a situaciones embarazosas pero salen bien librados. La tesis de la novela es reafirmar los valores cristianos de la familia, del comportamiento de las mujeres con respecto al noviazgo, la amistad, la caridad, la piedad, la comprensión, el respeto, el amor a Dios y nuestros semejantes, el mantenimiento de la familia, la moral, las buenas costumbres y el vivir en paz. Eso sí nunca dejar de ayudar a los pobres, a seguir siendo pobres, pero felices, contentos. La riqueza es una jaula de oro... pero, ¡qué fácil es mirar la felicidad de los pobres cuando se vive en la abundancia!
"Sus padres, con el traje dominguero los ojos húmedos, también como ellos, esperaban; los buenos patrones iban a dar a sus hijos la alegría que ellos, dentro de sus escasos medios, no podían brindarles. Como niños grandes aguardaban que les dieran su regalo: una corbata, un par de pañuelos, y en los tiempos de auge, una camisa flamante para ir los domingos a la iglesia o a la pelea de gallos." 1
Este mito de los buenos patrones y la gran esplendidez en navidad aún persiste en a historia de Costa Rica. Lo encontramos en gran número de novelas que hemos comentado. Y en todos los casos hemos afirmado que los gamonales, los cafetaleros, los ricos hacendados explotaron a los campesinos y que amparados en la religión y las migajas que les daban se hicieron cada vez más ricos. Nunca llegaron a satisfacer las más elementales necesidades de los trabajadores, salud, educación, vivienda digna, diversión, cultura, ciencia, conocimientos, comodidades. Los supieron mantener agradecidos, serviles, contentos, vivos, tal vez, sin hambre pero sin ninguna oportunidad de salir de esa condición de pobres.
Retorno, es una novela más de las tantas que se han escrito en nuestro medio. Novela de escaso valor literario y difícil recuerdo. Lo religioso ocupa el centro de ella. Es un manual de religión.
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