María Bonilla Picado

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MARÍA BONILLA PICADO

(1954)

 

María Bonilla Picado nació en San José centro, el 10 de abril de 1954. Es hija de Abelardo Bonilla Baldares y María Rosa Picado de Bonilla. Realizó los estudios primarios y secundarios en instituciones de San José y los estudios universitarios en la Universidad de Costa Rica., donde se graduó en la Escuela de Artes. Trabajó divulgación cultural en Estudios Generales de la Universidad Nacional de Heredia. Ahí fue becada y se trasladó a Francia donde obtuvo el doctorado en Estudios Técnicos y escénicos de teatro en París VIII. Al regresar a Costa Rica se trasladó a la Universidad de Costa Rica donde trabajó en Artes Dramáticas y como actriz. Enseñó en la cátedra de Actuación, puesta en escena y dio seminarios de Licenciatura y maestría en teatro e investigación. Ha sido profesora invitada en diversas universidades del extranjero y ha asistido a muchos festivales de arte, sobre todo de teatro.

En el año 2010 se jubila y se le concede el premio Fernández Ferraz. Es otorgado por el Instituto de Cultura Hispánica.

 

 

LO QUE HA ESCRITO MARÍA BONILLA PICADO

 

 

NOVELA

 

 

1. Mujer después de la ventana: 1997

2. Al borde del aliento, otoño: 2000

3. La Actriz: 2006 

 

La novela Mujer después de la ventada de escasas 56 páginas es la primera novela que escribió la dramaturga María Bonilla Baldares.1

 

¿Novela? Tenemos dudas de que se ajuste al género. Nos parece estar más cerca del género dramático. El lector social se convierte en espectador y asiste a la audición de una voz de de mujer, cercana a los cuarenta años evocar aspectos de su vida. Es una especie de soliloquio que a través de la ventana vive, llora, duda, sueña y conversa con sus fantasmas, únicos espectadores en la escena vital, privada, de mujer que se ve asediada por pesadillas, sueños y recuerdos de hechos que quizás tampoco ocurrieron. Tal vez los de la niñez, la muerte de su padre y en sus años juveniles los amores que nunca sucedieron o quizás solo se sospecharon: más carencias que vivencias, las dudas existenciales, la mujer allá vista desde la ventana, o la visita de otra y el reclamo por no haber conocido el mar, fueron sus quejas, sus dolores y la ventana que como espejo reflejaba ese infinito apenas sospechado pero deseado y la frustración de no encontrarlo ni en sus sueños engañosos o perdidos.

 

Todo ello en apenas unas cuantas páginas llenas de dudas, de frustraciones, de lo que pudo ser y no lo fue. Esa ventana que la invita a mirar, pero qué, si todo es confuso y distante y cuando se acerca, igual que las sombras y sus fantasmas se diluyen, desaparecen y la dejan más perpleja y desposeída de vida. Es y no es, sombra, claroscuro, sueño, atisbo. Todo ello y nada de ello porque su futuro tampoco vislumbra una mujer fuera de la ventana.

 

Nos gustó este soliloquio y representado en el teatro debe ser apreciado.

 

La segunda novela (¿o primera?) escrita por María Bonilla Picado la llamó Al borde del aliento, otoño y la publicó en el año 2000.1

 

Esta obra pertenece a la novelística actual. Es de una estructura novedosa e ingeniosa. Está dividida más que por capítulos, por estados emotivos, representados por imágenes diversas simbolizadas por colores y discursos reiterativos: Empieza con el rojo, luego amarillo, anaranjado, blanco, negro, verde, transparente e incoloro. Es una novela del sentir y decir y no del hacer. El narrador, desde una perspectiva cercana a una mujer, en la llamada estación de su vida, otoño. A través de un lenguaje poético, circular, reiterativo, estrujado en su valor semántico, con el fin de lograr efectos especiales, penetra en su interioridad y desde ese presente otoñal, revive escenas, pasajes de su existencia, encuentros, atisbos, siluetas llenas de colores pero también de dudas, de incertidumbre, de restos o fragmentos de existencia, de cosas sin terminar y amorfas, y en ese mundo onírico, desentraña la precariedad de su existencia, su dolor, su sufrimiento, su fracaso, su desencanto, su desconocimiento de sí misma y la lucha por encontrarse, por verse, por definirse, por ser en la nada, por recordar. Esta impotencia de realizar sus deseos, de conocerse, de encontrarse se pierde en la vaguedad, lo transparente y lo incoloro, en el no sentido, en la angustia existencial, en la nada.

 

Este personaje, a través de las técnicas empleadas y el juego de imágenes, atrapan al lector, lo sacude de la cotidianidad y lo sumerge en ese torbellino de imágenes borrosas que lo conducen a la triste realidad del no ser, del parecer, del vivir en el otro, del durar, del desencanto, de la inseguridad, del sinsentido, de la esterilidad.

 

Sólo hay un recuerdo transparente que se reitera separadamente en forma poética y éste es la imagen del niño muerto y su entierro en

 

"una ciudad helada, una mañana helada, en una tumba gemela, junto a mi hijo,"

 

Que poco a poco va completando, hasta llegar al final, donde se especifica, con claridad, el acontecimiento imagen,

 

 

"en una tumba gemela, junto a mi hijo, el 7 de febrero de 1997,  a las 12:55 pasada la medianoche, muerto y enterrado, en una mañana helada, en una ciudad helada, lo vi, entre un rayo de sol y un copo de nieve. Era blanco. Se parecía al ángel que me prestaba sus alas para ir a la escuela, al que cabeceaba al pie de mi cama, al que espantaba mis miedos antiguos con el matamoscas de la abuela, al que me enseñó a volar." 1

 

Novela del desencanto es cierto, pero terriblemente humana y llena de ternura. Experiencia existencial, lucha de búsqueda, de angustia, de la certeza de la nada, a pesar de la ansiedad por encontrar la felicidad y la fugacidad de todo aquello que en algunos momentos de esas vidas, pensamos, que era duradero y real.

La tercera novela que publicó María, recibió el nombre de La Actriz y fue publicada en México en el año 2006.1

 

Esta novela es de escaso tamaño. No va más allá de las 74 páginas. Sigue las mismas directrices de las dos novelas anteriores Mujer después de la ventana y Al borde del aliento, otoño en varios aspectos. El personaje principal es una mujer y utiliza la primera persona femenina para narrar los acontecimientos, se inclina, la autora, por un diseño de técnicas teatrales y en este caso contrapuntea con una obra de W. Shakespeare, la comedia Sueño en una noche de verano; por otra parte el personaje femenino se desnuda en su interioridad, lleno de dudas, separaciones, irrealizaciones, sueños y deseos, impotencias y proyectos inconclusos, amores y frustraciones.

 

El diseño formal de la novela es sencillo. Una compañía de teatro solicita la presencia de una mujer que hará un papel en la comedia Sueño en una noche de verano de W. Shakespeare y solicita algunos requisitos que deben presentar en un curriculum vitae. El personaje María, que este es el nombre del protagonista, asiste a la cita y después de un tiempo logra que le den el papel. Deberá representar a Titania, la diosa de las Hadas en la comedia. Durante más de 14 días representan la obra en el teatro y la novela termina cuando llegan a la última representación.

 

La novela simultáneamente va desarrollando el proceso del personaje María como actriz desde el momento en que decide solicitar el empleo y en forma paralela las vivencias del mismo personaje en su búsqueda del amor imposible de la comedia, el viaje al bosque, la separación y los encuentros, la huida hacia el Paraíso, las venganzas, el suicidio y un mundo lleno de imágenes oníricas que ocurren en ese sueño de "amor" en esa noche de verano que en ocasiones es fría, llena de soledad, de incertidumbre, de dudas, encuentros y separaciones. No escapa tampoco la cotidianidad como certeza irrenunciable tanto en la vida del personaje real como el trabajo reiterativo de la puesta en escena de la comedia.

 

Otro aspecto que llena de vitalidad la novela es la intertextualidad que va no solo por la utilización de una obra literaria como trasfondo sino estrofas poéticas, propias y ajenas, pedazos de canciones y hasta incorporaciones de los cuentos de hadas y sus poderes mágicos que yacen en la misma obra de W. Shakespeare y es el lugar (el bosque) donde suceden los encantamientos, transformaciones, enamoramientos, encantos y desencantos.

 

Novela de imágenes, llena de esencias de vida, profundamente humana que desnuda el corazón de una actriz en su cotidianidad y en sus sueños. Esa vida compleja llena de dudas, más que de certezas que invita a reflexionar sobre la misma esencia del teatro que permite representar esos trozos de vida más trágicos que cómicos, más soñados que vividos de ese verosímil incierto, ese azar caleidoscopio que parece, en muchas ocasiones dirigir nuestras vidas por caminos insospechados y escurridizos. Teatro o realidad, verdad o ficción, luz o sombras o quizás lo más certero: síntesis de ese misterioso destino conducido por el azar.

 

Esta novela bien podría tener un uso pedagógico: enseñar a los noveles actores  en ese maravilloso mundo del espectáculo teatral.



1 Bonilla Picado, María. La Actriz. Tintanueva Ediciones, México, 2006.

 



1 Bonilla Picado, María. Mujer después de la ventana. Impresora Obando San José, 1997.

1 Bonilla Picado, María. Al borde del aliento, otoño. Ed. Universidad de Costa Rica, San José, 2000.

 

1 Ob. Cit. p. 77.

 

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