MARIO LEÓN RODRÍGUEZ
(1969)
Imagen propiedad del autorMario León Rodríguez nació en Alajuela Centro el día 25 de septiembre del año 1969.
LO QUE HA PUBLICADO MARIO LEÓN RODRÍGUEZ
NOVELA
1. De ellas la piel: 2008
POESÍA
1. No es una canción de amor: 2002
2. Gatos y lunas: 2004
3. La curvatura del silencio: 2006
4. Transanjosé: 2010
La única novela que ha escrito Mario León Rodríguez la llamó de ellas la piel y la publicó en el año 2008.1
Es una novela polifónica, carnavalística en la que el narrador se esconde tras la voz de algunos personajes. Ruth y Marina se encargan de exponer el relato de sus vidas en forma de cartas, una desde Estados Unidos y Barcelona y la otra desde Guadalupe en Costa Rica.
Tanto en el lenguaje como en la temática la novela es actual y explosiva, directa, explícita. No se oculta nada de las mujeres que se desnudan sin tapujos y cuentan sus vidas privadas y públicas ante ellas y como una especie de purgamiento existencial que evidencia la particularidad simbólica de su vida.
El lector social recibe espontáneamente hechos y pensamientos expresados con un lenguaje fuerte, directo, explícito y real, propio de una juventud "intelectual" universitaria que lucha por una "libertad" un tanto imposible, ideal, difícil de obtener y que más bien la sumerge en una cotidianidad predecible llena de excesos, tanto psicológicos como sexuales.
Estas jóvenes simbolizan esa juventud que navega en un mar de dudas, impulsos, desenfrenos y dejan la sensación inequívoca de que ese camino no les deparará, ni sabiduría a pesar de una información y práctica de actividades "cultas": visitas a las librerías, cines, conciertos y charlas "intelectuales" y menos un proyecto de vida importante para su realización como persona y ser social. La búsqueda de la libertad no es más que el pretexto para desbocar sus instintos y pasiones en hechos sobre todo sexuales que los bestializa.
Desde hace algunos años la juventud intelectual del sexo femenino ha buscado su liberación en gran medida en el libertinaje perjudicial. En vez de iniciar proyectos vitales que las vitalicen, las realicen como mujeres, independientes del machismo, de los códigos religiosos y las programaciones sociales permanentes, han iniciado una carrera desbocada que era propia de los machos enfermizos. Lo que algunos críticos han llamado el "despiche", el vivir hoy lo que venga sin importarles las consecuencias: sexo en todas las variantes, licor y drogas como alicientes, conversaciones seudointelectuales, actividades "literarias" como pose, como pasatiempo y no como creación y realización. Todo ello las convierte en zombies arañando las computadoras, tras el Internet en busca de anonimato y onanismo y nunca como herramienta experimental de ciencia y tecnología al servicio de la humanidad.
En esta novela el psicoanálisis deja paso a un nuevo movimiento psicológico, el existencialismo. Éste olvida la libido y los móviles de los complejos para abrirla compuerta a la "libertad" si con ella el individuo satisface sus deseos reprimidos hoy, sin importar consecuencias secundarias. Si se es feliz haciendo lo que hace, el individuo debe seguir haciéndolo. Desde luego respetando las leyes del país y sus prohibiciones que supuestamente son para vivir en sociedad sin tener conflictos con otros.
Pareciera que la tesis de la novela es "ser feliz" sin importar violentar algunos códigos enajenantes y alienantes que impiden la consecución de ella. Así la escogencia homosexual o de otra índole está justificada. No importa los excesos de la piel, si con ellos se logra entrar en los profundos misterios de la intimidad del ser.
De ellas la piel es una novela que invita a reflexionar sobre el ser en nuestra cotidianidad. Su felicidad y vaciedad en esta modernidad que de repente deja huérfanos a los seres, sobre todo a las mujeres que inician el camino pedregoso de su liberación. Tampoco tiene importancia si Ruth es Manuel y Marina es amiga de Mario y también Rodríguez como él.
"Asumir mi vida como mi única responsabilidad, enfrentar una cotidianidad cargada de insolentes signos de derrota, ser el esperpento de la maravilla que soñé". 1
"A nadie le pedimos permiso para vivir. Fuimos flamígeras en nuestra auto determinación.
Tenés un amor. Tengo un amor."2
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