Rodolfo Arias Formoso

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RODOLFO ARIAS FORMOSO

(1956)

 

Rodolfo Enrique Arias Formoso nació e Guadalupe, Goicochea de San José el día 06 de mayo del año 1956. Es de profesión informático. Estudió en la Universidad de Costa Rica. Es un gran aficionado al juego de ajedrez. Ha escrito diferentes ensayos y artículos periodísticos sobre aspectos de la vida social y cultural del país.

 

 

LO QUE HA ESCRITO RODOLFO ARIAS FORMOSO

 

NOVELA

 

1. El emperador Tertuliano y su legión de los superlimpios: 1991

2. Vamos para Panamá: 1997

3. Te llevaré en mis ojos: 2007

 

CUENTO

 

1. La Madrigura: 2010 

 

1. El emperador Tertuliano y  su legión de los superlimpios la escribió Rodolfo Arias Formoso en 1992.1 Es una novela social, de desencanto, de espacio social y crítica. Ganó una mención honorífica en 1989.

 

La primera impresión que recibe el lector es el tipo de lenguaje usado en la novela pero conforme avanza en su lectura se percata de que es parte de la significación total de la obra e imprescindible. Puede llamar a alarma y pensarse que es una novela vulgar. Todo lo contrario el lenguaje es propio de los jóvenes de la ciudad, con o sin estudio formal y se constituye en una jerga muy usada en nuestro medio en todos los niveles sociales, más popular de lo que se cree. Algunos consideran que es parecido a lo que ocurría con los "conchos" campesinos pero esto no es similar. El campesino carecía de estudios formales absolutamente o los que tenía con dificultad le permitía leer una carta. El "pachuco" de hoy con diferencias escasas lo usan  hasta en las universidades y no distingue sexos. Después de leer la novela, a pesar de que el uso de esa jerga es manifiesta por hombres, todos sabemos que el "ma'e" o el "güevón" o el "osea",  el "pura birra", el "tuanis" que se escucha en todos los ambientes, quedamos convencidos de que la diferencia de sexos, en cuanto a la jerga no tiene mayores diferencias, sobre todo en la juventud.

 

Otro aspecto que se debe señalar es que el tratamiento y uso de ese tipo de lenguaje, por parte del autor no tiene ningún parecido con lo que hicieron los autores, sobre todo del Olimpo, del habla del "concho". En ese caso el autor se distanciaba del personaje y se colocaba en un lugar de culto, superior, y se reía del campesino y en no pocas ocasiones se burlaba de él, de su candorosidad, de su ignorancia, de su ingenuidad, por ejemplo en El clis de sol de Magón, mientras que en esta novela eso no ocurre. Se asume esa realidad y forma parte del mundo narrado y su verosímil, para significar un fina, aguda, crítica social a lo establecido, la hipocresía de los gobiernos de turno, su corrupción, el ocultamiento de los beneficios propios y nunca de la patria, desmitificar los mitos y estereotipos, desnudar el discurso oficial como encubridor, mentiroso y mitificado por los medios de comunicación, la educación, la religión y los mismos sindicatos públicos. Es la lucha por ideales de papel que cuando se tiene el poder cambian para seguir igual. Se trata de la misma mona y el que sufre esa situación es el pueblo y para los que tienen un poco de conciencia se convierte en impotencia, en desencanto.

 

La historieta argumental de la novela es simple. Un joven de Naranjo, hijo de campesinos, después de obtener el bachillerato recibe una beca de un partido de izquierda para estudiar en Europa, Bulgaria, trata de persuadir a su novia que estudia en la Universidad de Costa Rica para que le acompañe pero ésta prefiere quedarse a concluir su carrera en dicha institución y le ruega que se quede a estudiar agronomía en nuestro país. A pesar de estar enamorados él decide irse para occidente, no sin antes haber disfrutado del amor de la joven que tiempo después da a luz una niña. El muchacho, desorientado, se divierte en diferentes países, conoce nuevos amores, parrandea mucho y estudia poco. Regresa a su tierra sin título auque con algunos conocimientos y decide ingresar a trabajar en un ministerio del Estado, el de Agricultura, se establece en un departamento y se convierte en un burócrata más del sistema público. Se llama el emperador Tertuliano y crea un sindicato en su departamento llamado la "legión de los superlimpios". Se reúnen periódicamente para hacer algunos planteamientos sociales sobre la crisis de valores contemporánea que siempre están precedidas por discursos "deschavados" en apariencia de Tartu y seguidos por borracheras y charlas de catarsis entre compañeros que sufren la misma situación enervante del trabajo alienado, del siempre hacer lo mismo y lleno de estupideces formales y rituales reiterados que les va convirtiendo en algo parecido a monigotes.

 

Entonces aparecen las voces múltiples de los personajes más variados, hombres y mujeres forman un coro multicolor de quejas, súplicas, ideales comunes como la compra de una "cantinucha" que nunca se realiza, las compras enfermizas de chucherías de las mujeres, los lances, las parrandas, los fracasos, las incomunicaciones, la política, la religión consolatoria y encubridora, el fútbol y todo eso que forma el pan nuestro de cada día que los vuelve cada vez más en nada. Las discusiones familiares, los pleitos entre esposos, las conquistas entre compañeros y compañeras, los pequeños intentos por salir del marasmo, la telaraña sin siquiera lograrlo.

 

En medio de toda esa rutina aparece el gran acontecimiento que atrae la atención de la prensa  y de los funcionarios públicos. Se descubren unos tractores repletos de narco-dólares que fueron importados para trabajar en el Ministerio de Agricultura. Es la época del gordo como presidente y el sobrino de las calcomanías y del narcotraficante preso después en Estados Unidos. Se tapa el escándalo y caen algunos empleaduchos de niveles muy bajos pero los grandes, como es costumbre, permanecen en el anonimato. Solo un miembro del sindicato de los superlimpios logró algún dinerillo cambiando algunos documentos y por ello compró una refrigeradora nueva y una cómoda espaciosa que su mujer no sabía cómo llenarle las gavetas, pues no tenía ropa. El esposo le dio dinero para que la comprara y vivió un tiempo con solvencia y sin restricciones.

 

Excelente novela y debería ser de lectura obligatoria por lo menos en secundaria. Es una novela abierta y podríamos continuarla con nuevos capítulos sobre el "despiche" de nuestros políticos corruptos y los famosos casos impunes, Anglo, FODESAL,  y no sigo con la lista. Se podría colocar en Internet  y convertirse en la primera novela virtual de Costa Rica. En menos de un mes tendríamos que sacarla porque los capítulos escritos serían infinitos. Novela polifónica de gran actualidad. Primera en el uso del lenguaje pachuco como significante artístico. Sin lugar a dudas rebasa nuestras fronteras y se inscribe en el ámbito universal.

 

La segunda novela que ha escrito Rodolfo Arias Formoso la llamó Vamos para Panamá y la publicó en 1997.

 

 Novela polifónica, fantástica de gran valor literario. Para nuestro gusto la mejor novela que hemos leído de la literatura costarricense escrita hasta 1997.

 

Un simple e intrascendente viaje a Panamá de una familia de clase media cercana al común de familias citadinas de medio vivir sin lujos ni aspiraciones que no vayan más allá que las de satisfacer las necesidades primarias, se convierte en una tragedia con final feliz.

 

La historieta es simple, llana, corriente, común. La familia decide un día realizar un viaje a Panamá para disfrutar de las bondades de ese país, realizar algunas compras necesarias para sus hijos. Así Miguel Abarca y Maritza Durán y sus tres hijos, dos mujeres, Maruja, de unos quince años y Carolina, tal vez de cinco años y un varoncito de 12 años, llamado como su padre Miguel, se levantan a las cuatro de la mañana  e inician los preparativos del viaje. Al fin salen de su casa y Miguel contra el criterio de su esposa decide viajar por la carretera vieja del Cerro de la Muerte. Al llegar a él y tratar de rayar un trailer se le quiebra un eje a su Land Rover y comienza su tragedia. Comprende que él no puede arreglarlo y se devuelve a Cartago para conseguir un mecánico. Regresa con Perica al lugar del percance y después de varias horas de batallar comprenden que deben llevar el carro a un taller. Mientras tanto un viejillo indica a Maritza que cerca de ahí hay una pulpería y con sus tres hijos se dirige a ella por alguna comida. Al llegar a la casilla la encuentran sola pero oportunamente aparece un alemán, dueño de un hotelito de montaña cercano que se ofrece a llevarlos a pasar la noche. El niño de 12 años, Miguel, insiste a su madre para que le permita regresar donde está su padre con el fin de avisarle dónde podrá encontrarlos cuando arreglen el carro. Después de negarse su madre, encuentra razonable el regreso de su hijo y le da permiso. Mientras eso ocurre, un muchacho llega donde Miguel y Perica arreglan el yip y se ofrece a remolcarlos a pesar de que está bastante embriagado Miguel acepta. De camino no ven a su hijo que les grita en la orilla cuando los ve bajar a gran velocidad. Cuando llegan al hotel se percatan de que su hijo se ha perdido. La búsqueda se inicia con recriminaciones de los esposos, peleas y ofensas. El padre regresa con el alemán a buscar al hijo pero no lo encuentra, la madre llama a todos los hospitales y lugares similares para averiguar si saben algo de su hijo. Todos se interesan por la congoja y tragedia de la familia. Al ser las doce de la noche la madre y sus dos hijas salen a la carretera y caminan hacia el lugar del percance, el padre espera en el mismo lugar la salida de la luna y con ello la desaparición de la niebla. El niño, desesperado busca la orilla de la interamericana, después de haber pasado varias horas en casa del viejito y otras caminando. Al final, al doblar una curva todos se encuentran y disfrutan la felicidad de ese final feliz. Ahí termina la novela con la frase del padre "Vamos para Panamá".

 

La historia es, si se quiere, intrascendente. El arte, la belleza del relato está en la forma de narrar y el tratamiento del lenguaje, el discurso, además de la polifonía de significados que aparecen ocultos, más allá de esa anécdota. La novela es una muestra de la muerte del autor, en el texto y del lector. El narrador omnisciente cercano al autor, el manipulador, el que explica, el narcisista, el que da juicios, etc., desaparece, muere. Óigase o léase bien, la novela está narrada por los personajes. La historia es conocida a través de los cinco miembros de la familia, el mecánico Perica, y El Viejito. Siete focos, siete puntos de vista, siete verdades, siete visiones sobre la misma situación o retrocesos temporales de parte de Maritza o Miguel, cuando se conocieron y fueron novios, o Perica cuando era alcohólico o los escasos encuentros de Maru con su noviecito. Pero no solo se convierten en narradores de su propia vivencia sino que lo hacen con su propia psicología. La visión de Carolina es inocente, ingenua, pura, tal y como debe ser la verdad de una niña de seis años aproximadamente y de esa manera sucede lo mismo con las otras visiones. Esto hace que la novela se convierta en un caleidoscopio, un carnaval, una real polifonía de voces, simultáneas, entrecruzadas, enraizadas en el tiempo. La historia real no va más allá de un día con su noche, pero la historia psicológica, el viaje interior en los personajes abarca grandes períodos, lo mismo que el tiempo histórico que lo simboliza el viejito, según la leyenda un alma en pena de un soldado del 48 que murió en esos hechos sangrientos. La novela se convierte en un gran mural de una situación trágica, una imagen pictórica fácilmente abarcable. La interamericana, el carro desordenado, dos hombres debajo de un plástico tratando de arreglarlo, un poco cerca una mujer y una niñita de seis años, un viejillo, a pocos pasos una jovencita y en la parte trasera del carro un niño de doce años. Esta es la primera escena. La segunda puede visualizarse en el hotel: una mujer don dos hijas, un carro que llega remolcando otro, tres hombres que bajan de ellos y la angustia de los esposos que descubren la ausencia de Miguel, su hijo, las recriminaciones, el caos, las decisiones intempestivas, los gestos de desesperación y la salida de dos hombres en otro carro recién llegado rumbo a la carretera. Por último la escena del encuentro feliz.

 

Ahora bien en cada escena, como si se tratara de una película, siete personajes, como cámaras abiertas, aparecen  aportando imágenes, desnudando su interioridad, mostrándose tal y como son, humanos, limitados, incompletos, tiernos, puros, vivos, asombrados, atormentados, absurdos, ilógicos, subjetivos, explosivos, llenos de ilusiones, deseos, frustraciones, enajenados, desasosegados.

 

La novela invita a penetrar en nuestra propia impotencia, flaquezas, limitaciones. Es la búsqueda, el viaje interior, el reconocimiento de nuestra imagen, del cómo somos, nuestra identidad. Ni superhéroes, ni villanos, sencillamente humanos, más iguales a otros, que únicos, más diversos que particulares. Así la novela desdobla la historia en dos viajes, el interior, el particular y el histórico social. El retrato, la imagen se convierte en una radiografía social de la clase media que cada día viene a menos, de una sociedad decadente, superficial, enferma pero con un claro de luz, simbolizado por el viejito, el elemento mágico que nos invita a buscarnos en nuestra historia y en la historia de nuestra patria. Quizás ahí encontremos respuesta a nuestras dudas y descubramos cuan parecidos a otros somos, sin importar el color de la piel, el país de origen o nuestras muchas diferencias culturales, sociales, raciales. No es lo, muchas veces, en la apariencia, en la ostentación, en la mentira de nuestros propios mitos sino en lo pequeño, lo cotidiano, la solidaridad, el amor, la comprensión, los grandes pequeños detalles, en la ausencia, cuando nos daremos cuenta de que, a pesar de tantas limitaciones, tenemos mucho por qué luchar y ser felices. Tal vez los proyectos humanos deban ajustarse más a nuestra propia naturaleza, nuestras limitaciones y capacidades. Sólo aspirando a lo posible, podemos alcanzar lo que parece imposible.

 

La libertad no solo hay que lograrla sino saberla vivir y disfrutar.   

 

La tercera novela la llamó Te llevaré en mis ojos y la publicó bajo el sello editorial EUNED en el año 2007. Fue galardonada como la mejor novela de ese año.

 

Es una novela voluminosa. A pesar de concederles a los personajes la palabra, lo hace bajo la tutela de un narrador omnisciente que dirige su discurso. El lenguaje es rico en figuras literarias, muy expresivo y de excelente manejo. Es lo mejor de la novela.

 

La novela abarca un tiempo que va desde 1979 hasta nuestros días. El espacio social está determinado por un grupo de jóvenes universitarios de la llamada izquierda y que este servidor ha titulado como "la izquierda erótica". Se detiene quizás en demasía en las relaciones de este pequeño grupo, su vida, sus soledades y fracasos y su activismo político que más pereciera los pegabanderas de los partidos políticos burgueses. Su participación política partidista es inorgánica, movida por ideales y desligada de la realidad nacional y el pueblo. Su activismo se concreta a San José (bares) y la U.C.R. (elecciones). Se detiene con detenimiento en las actividades de José Luis con el ajedrez y sus viajes y las estadías de algunos de ellos en los países comunistas, sobre todo en seminarios y congresos. No es sino cuando se inicia la guerra en Nicaragua que abre la narración al personaje Lucía y su hombre Alirio, antes lo fue Gonzalo que al final deja el partido y se convierte en un burgués más.

 

Algunos personajes mueren casi sin acción alguna (Rodrigo y Paco) y otros como Mari viven en los vicios y convertidos en piltrafas humanas. Establece una relación de mayor amistad con Gonzalo, mejora su conducta y al final visita Argentina y ve a sus hijos. Gonzalo, por su parte descubre que Alirio, el salvadoreño guerrillero y amante de Lucía muere en combate y se reúne con Lucía. Ese es el final de la novela.

 

La novela es morosa, reiterativa, cansina, donde abundan los triángulos amorosos. Es más expositiva y descriptiva, que narrativa. Los personajes buscan, aunque sin esforzarse mucho, valores en una sociedad degradada y terminan convertidos en completos fracasos. Está más cerca de ser una novela de personajes que de espacio social. Éste solo le sirve de marco pero nunca ocupa su atención como fin en sí.

 



1  Arias Formoso, Rodolfo. El emperador Tertuliano y la legión de los superlimpios. EDUCA, San José, 1997.

 

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3 Comments

Hola
Soy el propio Rodolfo Arias.
Muchas gracias por sus análisis.
Un punto: La novela "El alfiler y la mariposa" es la misma que "Te llevaré en mis ojos". Se le cambió el nombre porque aquél ya había sido empleado en un libro que se publicó años atrás en otro país.
Saludos.

Hello webmaster can I use some of the information from this post if I provide a link back to your site?
(¿Hola webmaster puede utilizar algunas de las informaciones de este cargo si proporcione un vínculo a su sitio? )
Por supuesto que sí
Benedicto Víquez Guzmán

ottima
(Excelente)
Gracias
Saludos
Benedicto Víquez Guzmán

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This page contains a single entry by Benedicto Víquez Guzmán published on 14 de Septiembre 2009 2:56 AM.

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