Carlos Gagini Chavarría...cont. 3

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La Sirena es la cuarta novela y la publicó en 1920.4

 

Es una novela corta, de escasas 112 páginas, dividida en 14 capitulitos, con su respectivo título. Empieza con el nombre La Sirena, se describe el salón de baile y las parejas que asisten a esta tradición costarricense. El que recibe más atención es el capitán español Jorge Medina que será uno de los personajes principales de la novelita. El otro que forma parte de ellos, en importancia, es doña Isabel de Cerna, dueña del palacio donde se realizaba el baile y casada con un diplomático guatemalteco. Se conocen y establecen una amistad más allá de lo normal y nace un idilio apasionado, entre ambos.

 

La novela es de corte tradicional y no escapa, desde el inicio a los trucos usados por ellas que van desde el encuentro casual de unos manuscritos, hasta las típicas descripciones de lugares y personajes. El retrato físico y moral de ellos cobra importancia, desde la situación inicial. Luego se van desarrollando los procesos que en este caso es, en importancia sólo uno: la relación amorosa entre Jorge Medina y  la señora Isabel de Cerna. Es el clásico triángulo amoroso de tanto uso en la novelística costarricense, aún la de hoy. Algunos críticos aseguran que esta novela es de tipo romántico pero ello no es tan cierto. El romanticismo fue algo más que una relación amorosa exaltada e ideal con final trágico. El aporte histórico, el nacionalismo, la rebeldía, la criticidad social, la búsqueda de la libertad, entre otros, fueron aspectos importantes de este movimiento literario. En el caso de esta novela lo que podría tipificarse son los rasgos sentimentales, casi pueriles, propios de las novelas rosa y que en Costa Rica algunos novelistas escribían para las mujeres como lo afirma José Marín Cañas que publicó dos de ellas: Tú, la imposible y Lágrimas de acero o Jenaro Cardona Valverde con su novela El Primo y qué decir de las novelas de Moisés Vincenzi, Elvira y muchas otras más.

 

La novela se desarrolla básicamente en dos triángulos amorosos. El primero entre Isabel y Jorge y el esposo de Isabel que no aparece en escena sino por referencias, mientras que el segundo se desarrolla entre Jorge y Mercedes e Isabel que al final logra huir a Cuba con Jorge. Éste, después de que Isabel se va a México con su esposo, el diplomático guatemalteco, enferma y decide pasar un tiempo en la hacienda de un amigo, llamado José, ahí se enamora de Mercedes, su hija, y le jura amor eterno y se compromete formalmente a casarse con ella en Diciembre, Esto no se da, puesto que Isabel regresa a Costa Rica y convence a Jorge para que se vaya con ella a renovar el amor que antes los unió. A través de cartas, Mercedes se entera de la traición y el amigo de Jorge (el autor), la encuentra muerta en el cafetal de la hacienda. Al final el lector se entera de que Jorge muere en un duelo con el esposo de Isabel.

 

A pesar de su corta extensión esta novela posee dos procesos claramente definidos por los dos triángulos amorosos. Se parte de una situación feliz y se llega a una situación final trágica, tal y como sucedía en las novelas amorosas, románticas, sensibleras, de amores imposibles. Está llena de lugares comunes, preguntas retóricas, intervenciones del autor narrador, encuentros casuales, cartas, diarios y todos los ardides propios de estas novelas folletinescas.

 

La quinta novela (relato) que escribió fue El Erizo y la publicó en el año 1922.1

 

Antes de iniciar nuestra reflexión sobre la novelita, deseamos llamar la atención sobre algunos juicios de valor hechos por nuestro amigo Fernando Herrera en el prólogo.

 

El concepto de generación es equivocado. Es también un error referirse a generación como si fuera sinónimo de período o década y peor aún con época. La generación a que pertenece Carlos Gagini Chavarría está formada por los escritores nacidos entre los años 1860 y 1874, su gestación lo fue desde 1890 a 1905 y su completa vigencia en los años 1905 a 1919. No importa la fecha de la publicación de las obras, pues eso depende muchas veces de los editoriales y otras circunstancias.

 

Esta generación, tanto en Hispanoamérica como en Costa Rica se llamo "generación modernista" de 1897 y tuvo como centro motor de las letras a Rubén Darío y fue la segunda del período llamado Naturalista, la tercera la llamaron mundonovista. Todo período consta de tres generaciones.

 

El problema local entre nacionalismo y extranjerismo, lenguaje culto y popular, campo y ciudad, etc. es baladí para la literatura en sí. Lo que interesa es su valor literario y ello conlleva una serie de rasgos y elementos que no es el lugar para citarlos.

 

La crítica debe ser objetiva y nunca apologística, basada únicamente en el discurso literario. Si no se hace así se cae en valoraciones y prejuicios que en nada le favorecen. Por ejemplo esta novelita, como la llama el autor, no por desmerecida sino por el tamaño, es amorosa y solo utiliza el hecho histórico como referente y pretexto. Luego veremos esto en el análisis.

 

Esta novelita (relato) sentimental de corte tradicional y clásico triángulo amoroso con un amor imposible de fondo, estrictamente tiene la estructura de un relato, no solo por el tamaño sino por sus rasgos esenciales.

 

Es un relato lineal, monofónico amoroso que tiene como personajes, esencialmente a Juan Santamaría y María y ellos desarrollan el proceso sostén. Los otros personajes: Blas, el amigo de Juan, su madre y el General Cañas escasamente participan en el discurso narrativo. Observemos algunas frases  testimonian: Exclamaciones de amor imposible, preguntas retóricas:

 

"Si estoy loco"

 

"¿Sospechaba ella la pasión de que era objeto? ...¿Le amaba?

 

"¿Qué movía a aquella delicada virgencita a tomar tan extraña resolución, puesto que en su apacible existencia no había experimentado ninguno de esos desesperantes dolores que trastornan por completo su curso? A esa edad únicamente una fuerza es capaz de producir tales cataclismos: el amor".

¿Acaso María...? Juan no se atrevió a formularse la pregunta. ¿A él? Sería demasiada felicidad. ¿A otro? Temblaba de rabia solo pensarlo."1

 

Y todo el relato se desarrolla en torno a Juan y María y su amor imposible el general Cañas. Al final Juan muere por María que deseaba un acto heroico de su amado y en ese instante María le da un beso que Juan recibe con pasión en el mismo momento en que deja de existir.

 

"María bañada en lágrimas, arrodillada al lado de Juan, levantó la cabeza del héroe espirante y depositó en su frente un largo beso que él pagó con su postrer sonrisa."2

 

Las acciones son más familiares y amistosas que de otra índole. Juan, huérfano de padre y de escasísimos recursos vive con su madre y María y Antonio, su hermano gemelo vecinos que por fatalidades de la vida quedan pobre y sin padres, viven juntos desde niños hasta que se ven obligados a vivir en San José con su padrino.

 

El 4 de marzo de 1856, después de algunas referencias familiares, se preparan para ir a Liberia a defender la patria de los filibusteros que planean penetrar en suelo costarricense. Así lo hacen los tres: Juan, María (disfrazada de su hermano gemelo)1 y Blas. Después de un largo viaje que describe sucintamente el narrador, llegan y se establecen en Liberia. Luego de luchar en una batalla el General Cañas y sus soldados logran sacar los gringos de la hacienda Santa Rosa. Huyen a Rivas y ahí se reagrupan. El general con sus hombres, esta vez sí participan los tres amigos, viajan a Rivas y ahí luchan contra los filibusteros. Es precisamente en una noche, cuando el General Cañas duerme que Juan descubre que María ama a este señor. Se lo reclama y ella acepta el amor por él. Este es como el núcleo del relato y desencadena la participación de Juan en la quema del mesón más por amor a ella y ganarse sus favores que por heroísmo desinteresado y amor a la patria. Muere en el acto y el narrador pasa a describir el momento en que María, ya viejecita da un beso a Juan en la inauguración de su monumento alajuelense.

 

Como puede observarse el drama es amoroso. Juan está enamorado de un imposible (amor platónico lo llama el narrador). Entrega su vida para que ella lo quiera y lo mire como un héroe, como Cañas, lo admire y viva en su recuerdo. Los hechos históricos son como un marco referencial que le dan verosimilitud al relato y sirve de sostén a la historia amorosa que es su esencia narrativa. Esto lo utiliza casi en todos los relatos que los críticos ven como novelitas históricas. Véase la novelita, El Sargento Gerard.



4 Gagini Chavarría, Carlos. La Sirena. Ed. Costa Rica, San José, 1976.

 

1 Gagini Chavarría, Carlos. El Erizo.  San José, 1922. La publicó como anexo a la segunda edición de su novela.

1 Ídem, p. 39.

2 Ib.

1 Ídem, p. 39.

 

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