JÉZER GONZÁLEZ PICADO
(1930- 2005)
Jézer González Picado nació el día 14 de julio del año 1930 en Grecia, Alajuela, en un pueblito llamado Puente Piedra. Es de origen humilde. En su juventud debió trabajar como lechero "de a caballo". Tiempo después fue becado y estudió en la Universidad de Costa Rica, donde obtuvo la licenciatura en Filología. Gracias a su esfuerzo y talento fue enviado con una beca a Francia y ahí se doctoró en la misma especialidad. De regreso al país, se dedicó a la enseñanza en la Universidad de Costa Rica. También obtuvo una maestría sobre literatura en Chicago, EE.UU. Fue un profesor muy querido por los estudiantes y dedicó su vida a impartir sus conocimientos literarios y lingüísticos que eran muy vastos. Se ocupó, de preferencia de los cursos iniciales de gramática, y de la literatura hispanoamericana. Murió ciego y pobre el día 23 de agosto del año 1930 l, en San Vicente de Moravia, San José, víctima de una diabetes fulminante. Dejó un gran legado en quienes fuimos sus amigos, alumnos y compañeros que le estimamos sobremanera.
Una vez planeamos un viaje a Nicaragua y Jézer fue el más entusiasta. Nos fuimos, compañeros y profesores de la Escuela, en bus, rumbo a León y ahí nos extasiamos en la casa de Rubén Darío. Fue una de esas lecciones que un estudiante no olvidará nunca.
Jézer era muy amigable y conversador, solía invitarme, después de clases de literatura a tomarnos unas cervezas en un bar, en San Pedro que se ubicaba después de la línea del tren a mano izquierda. Allí nos encontrábamos con den Carlos Monge Alfaro, Rector en ese entonces de la UCR y departíamos sobre literatura y los más variados temas culturales del momento. Un día me invitó a un bar en San José, cerca de Chelles y ahí, en una mesa lo esperaban unas prostitutas. De momento me asusté pero al llegar y sentarse a su mesa lo primero que les dijo fue: Ya leyeron las novelas que les presté. Les había dejado una tarea a las jóvenes y éstas cumplieron con su deber. Les preguntó por un largo espacio sobre las novelas que aún recuerdo: Santa de Gamboa, Juana Lucero de Gálvez, La Charca de Zeno Gandía y otras de ese mismo género. Casi a media noche les dio otros libros, esta vez de poesía, les entregó algún dinero y nos despedimos.
Era frecuente que Jézer, tal el interés que mostraba y la concentración en los temas que exponía, hiciera cosas que nos hacían reír. Él no fumaba pero sí le gustaba chupar y saborear el tabaco y cuando lo tenía muy gastado o necesitaba deshacerse de él, se lo echaba en la bolsa delantera de la camisa. Ustedes podrán imaginar los resultados pero él no se daba cuenta.
Una vez en su oficina tal fue el entusiasmo que ponía hablando de los cuentos El llano en llamas de Rulfo, que no se percató que poco a poco se estaba comiendo el giro del mes. Cuando terminó sus comentarios, me preguntó: Benedicto, vos no sabes que hice con mi giro. Te lo comiste Jézer. A la puta, me respondió y llamó a Tesorería para que le confeccionaran otro.
Ese fue Jézer González Picado, gran amigo y maestro, querido y recordado por todos. Se entregó en vida a la enseñanza de la literatura y murió sin poder leer lo que tanto le gustaba
Buenas tardes. Me parecen muy interesantes sus reseñas y anécdotas de estos grandes educadores costarricenses. Gracias por compartir estos documentos en linea. Soy estudiante de la UNA, y en este semestre estamos haciendo una investigación sobre la identidad de los profesores de secundaria y universidad; sin embargo, son escasos los documentos disponibles. Hemos leído a Lascaris y a Biesanz, pero no hay nada especifico. Si usted conociera alguna fuente de donde obtener un estudio similar como referencia, seria de gran ayuda.
Saludos
Gracias por el comentario. De Constantino yo escribí en el mismo blog un comentario. Lo puede buscar con el nombre o grandes maestros de Costa Rica. También hay artículos en la revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica. Pero es escasa la literatura analítica y de Biesanz no conozco nada.
Saludos,
Benedicto Víquez Guzmán