LAS NOVELAS MONOFÓNICAS Y POLIFÓNICAS EN NUESTRO MARCO CONCEPTUAL
Si observamos con cuidado los anteriores criterios de críticos y escritores, podemos constatar que por lo general las diferencias recaían en el narrador, el mundo narrado o en el destinatario. Algunos hablaron del autor y otros del lector social. Nosotros establecimos dos niveles bien claros: el de la enunciación y el del enunciado. De ellos obteníamos el Se (sujeto de la enunciación) y el Sp (sujeto protagónico) y el Destinatario como categoría única de la enunciación. Mientras que el autor y el lector social permanecían fuera de la obra literaria. Ahora bien, los críticos distinguen como elemento importante el narrador que para nosotros es el Se de carácter olímpico, omnisciente, sabelotodo para la novela monofónica (una sola voz). Sólo para citar un ejemplo, la novela Cien años de soledad (1967) de Gabriel García Márquez el narrador es omnisciente, "por detrás", que sabe todo, lo que va a pasar y conoce hasta los últimos detalles de los personajes y es polifónica. ¿Dónde está la el error, si lo hay? Pensamos que todo Se es un narrador omnisciente y cumple esa función dentro del relato. Lo que pasa es que algunos escritores lo utilizan como si fuera la manera de penetrar en la novela, ellos mismos con sus opiniones valoraciones, juicios, etc. Esa es la distancia que no respetaron. El narrador omnisciente de la novela polifónica ejerce su función con independencia del autor. Por eso se distancia de lo mostrado, pareciera como si no existiera, pasa desapercibido. Su función es narrar, describir, mostrar mundos privados sin intervenir es como la cámara cinematográfica en una película, nadie ve el que la maneja a pesar de existir. En una novela monológica la distancia entre el autor y el sujeto de la enunciación, el narrador omnisciente, es nula, por eso Julia Kristeva los homologa y aún más homologa también el autor con el destinatario y nos habla de novelas donde el escritor se oye a sí mismo en ella. Dice Julia Kristeva:
"Para él (Bajtin), el discurso narrativo, que asimila al monologismo, una subordinación del código al 1, al Dios. Por consiguiente, la épica es religiosa, teológica, y todo relato "realista" que obedezca a la lógica o-1, es dogmática. La novela realista burguesa para Bajtin denominada monológica (Tolstoi) tiende a moverse en este espacio. La descripción realista, la definición de un tipo, la creación de un personaje, la textura de un tema: todos estos elementos del relato narrativo y descriptivo pertenecen al intervalo o-1."1
Por ello Julia Kristeva establece dos modelos de la organización de la significación novelesca con la ayuda de dos categorías dialógicas:
1. Sujeto (S)................................Destinatario (D)
2. Sujeto de la enunciación.........Sujeto del enunciado.
A partir de ellas establece las homologías entre Sujeto (autor) y Destinatario= autor o Dios.
Lo que interesa aquí es establecer que en la novela monofónica la conciencia del escritor estaba predeterminada por una concepción del mundo lineal, sistemática, "inocente", causal, lógica 0-1, que le hacía permanecer codificado, bajo una conciencia moral, teológica, logocéntrica o teocéntrica y por ello se puede explicar su eje rector, se sentía maestro, guía espiritual y moral de los jóvenes, las señoritas y de todo aquél que leyera la novela. Los temas más pecaminosos como los de Emile Zolá en Francia, Lawrence, en Inglaterra, Gamboa en México, son tratados con una intención moralista, porque de no hacerlo sus obras eran censuradas. Algunas de estas novelas que se apegaban al código moral religioso fueron admitidas porque servían de lección y no fueran imitadas sus conductas pecaminosas. Además el escritor se sentía dueño de la verdad y con la obligación moral de comunicarla y evitar tropiezos a incautos e incautas.
En nuestra conceptualización solo hablamos de sujeto de la enunciación Se y Destinatario y el enunciado que es lo que el sujeto enuncia y desea que el Destinatario oiga. En el enunciado, si el Se lo permite, puede aparecer el Sujeto protagónico Sp que es la voz, por lo general, de uno o varios personajes (a veces objetos o animales) que narra su vida, la de otro o espía la ajena. Así se van creando enunciaciones en serie y aparecen infinitud (si se deseara) de voces de la novela o del mundo privado que muestran. De ahí el nombre de novelas polifónicas. Nuestra teoría es más simple y completa.
Si observamos cuidadosamente entonces diríamos que la novela monofónica no crea enunciaciones en serie. Se mantienen en la enunciación primaria. Esto es nunca el Se da la voz a un sujeto protagónico del enunciado. No pasan, los escritores de este tipo de novela de la enunciación primaria. Cuando establecen los diálogos directos que es una manera de oír la voz de un personaje lo hacen guiados por el narrador-autor que ejerce la función de Se (primaria), no tienen independencia sino que son como el eco de ese narrador omnisciente. Son sus monigotes. Por eso los personajes son criaturas hechas a imagen del narrador-autor, dentro de sus propios códigos ideológicos, sus leyes morales su concepción de mundo estereotipada.
No es cierto que los narradores en la novela monofónica utilizaran la tercera persona para mostrar el mundo. Ya hacemos aclarado, y ahora lo repetimos, que la única persona que puede narrar es la primera como Se o Sp y nunca la tercera. Si el sujeto de la enunciación narra sobre una primera persona es porque utiliza un sujeto protagónico igual que ella y entonces el relato se torna biográfico o de un narrador testigo que narra en primera persona lo que ve a su alrededor. Participa en parte de la historia pero no es el soporte absoluto.
En Hispanoamérica de una conciencia social estática, rígida, a veces arcaica, moldeada, precodificada y programada con capacidad solo de cambiar sus propias inconsistencias, de una sociedad cerrada, donde el hombre (por lo menos el oligarca), podía disponer de un lugar y un tiempo para leer en soledad con tranquilidad, disfrutar de una puesta de sol en la playa turística o pasear por el mundo y disfrutar los bienes naturales y culturales, se ha llegado a una sociedad desigual, injusta, degradada, corrupta (sobre todo de quienes la gobiernan), conflictiva, compleja, ambigua, de contrastes, en donde tan lo mismo se observan mansiones lujosas imponentes como se ven precarios de ranchos de cartón y niños desnutridos.
Todas las características que se han dado para las novelas monofónica y polifónica se comprenden mejor con nuestra teoría. A pesar de que todavía ambos paradigmas coexisten, lo cierto es que el primero tiende a desaparecer sin importar el esfuerzo de algunos escritores por mantenerse en el pasado. Los tiempos cambian, para bien o para mal y el hombre se enfrenta a retos que apenas si se vislumbraban en el siglo XIX. La historia camina aunque lentamente y como la naturaleza va creando su propio camino arrastrada por los intereses de quienes ostentan el poder económico y político. El hombre se afinca desesperadamente a la desesperanza, al desamor, a la injusticia, a sus impotencias en busca de respuestas a tantos males convencido, a veces, de que en algún momento el egoísmo, la soberbia, la ambición de los que todo lo tienen, los mirarán sino con indulgencia al menos como seres humanos deseosos de poder vivir con alegría, libertad y justicia aunque sea sus propias tristezas.
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