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Carlos Cortés. Larga noche hacia mi madre.

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Carlos Cortés Zúñiga publicó en el año 2013, bajo el sello Alfaguara, la novela Larga noche hacia mi madre.

El autor la estructura en XXIII secciones. Y todas son narradas des de una visión personal del sujeto de la enunciación, un yo que se configura como el sujeto del enunciado cuyo parentesco con la mujer, es la de ser su hijo.

"Mi madre no quiso ser otra cosa en la vida que una mujer buena. Y una buena madre. Yo la odiaba y no sé si aún la odio. Odiaba odiarla y odiaba saber que la odiaba. En algún lugar entre su locura y la mía odiarla me hizo bien, me fortaleció, me salvó de algo peor aunque me condenara por el resto de la eternidad. La odiaba como un cordón umbilical hacia lo peor de mí mismo, hacia mi padre, el horror de su muerte y el secreto que lo envolvió como una mortaja de silencio." P. 13

Así inicia la novela y el narrador sujeto de la enunciación homologado al personaje hijo de  primera persona nos delata, ya desde una posición de adulto los conflictos de esta relación, madre-hijo que se desarrollará a través de toda la novela.

Una familia degradada que busca valores en una sociedad, también degradada, y terminan todos degradados.

Y evoca esa degradación desde niño y sobre todo cuando estaba en la escuela y su madre llega por él.
"Comencé a fermentar aquel rencor en la escuela, cuando por primera vez me dio vergüenza ser su hijo" P. 13.

Dos son los conflictos principales desarrollados y expuestos en la novela. Por una parte la muerte de su madre, maestra escolar, ya como paciente del Asilo Chapuí y la muerte, también de su padre, asesinado, cuando él nació, cinco meses después. Y éste es el presente narrativo constante y reiterativo de la narración con la evocación de todos los recuerdos, unos conocidos y los otros apenas sospechados como las relaciones de su padre con la cabaretera llamada  La Tongolele que tanto daño hizo, sobre todo a su madre y las relaciones amorosas con su esposo:

"Yo. Por eso estoy en este cuarto, viéndola morir, y muriendo un poco, apenas un poco con ella, sintiendo la presencia de los demás gravitando sobre mí también sin hacer ruido viéndome morir a mí  también, apenas un  poco, mientras se  posa el ruido feroz del huracán César sobre las latas de zinc del hospital psiquiátrico. Y tiembla el cielo. O algo así Y comienza a llover" P. 20.

Si observamos todos los procesos de degradación de esta familia, concluimos que la misma es determinada, casi por un código férreo no solo moral sino vital.

Obedece ese código a un gran número de familias que de una u otra manera fueron sometidas a vivir desde su propio nacimiento hasta su muerte, como  víctimas-victimarisos de su propia situación familiar, humana y social. Abuelos, tíos, tías, madres, hijos e hijas no escapan a esa especie de maldición social de infelicidad, zozobra, tristeza, ayunos de proyectos vitales  incapaces de superar sus propias limitaciones y el ambiente negativo en el cual desarrollaron sus vidas.

Tanto el hijo como sus padres, tíos, tías y abuelos son víctimas de sus propias angustias, incomprensiones, absurdos, fracasos como parejas y lo más trágico,  murieron en la desesperanza, el olvido y la incomprensión de sus mismos miembros familiares. En pocas razones, una sociedad degradada solo puede mantener, personajes degradados que buscan asidero, a veces moral y realización de sus propios proyectos que se tornan limitados y lo único que logran al final de sus vidas es la rotunda degradación.

¿Novela psicológica?, quizás sí pero todo el verosímil de ella se mantiene dentro de esas relaciones enajenantes de  principio a fin. Y la degradación total de sus personajes, sin esperar un hálito de esperanza por resolver o cambiar ese destino marcado casi por un determinismo absoluto y sin ninguna salida.

No es la única novela escrita, en los últimos años sobre esa temática. Solo evoquemos Partículas Elementales del francés Michel Houellebecq y La tejedora de sombras de Jorge Volpi, para solo citar dos.

Tormy, la gata prodigiosa Líos en el paraíso. RimaVallbona y su hijo Carlos F.

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Foto: La editorial EUNED recién publicó en el año que pasado una obra que llamaron sus autores, Rima Vallbona y su hijo Carlos F. Vallbona, Tomy, la gata prodigiosa Líos en el Paraíso. La clasifican como cuentos costarricenses.
En realidad y para este comentarista es solo un cuento maravilloso contemporáneo que algunos podrían ubicar como literatura infantil pero que para mi criterio es más que eso.
Si analizamos la estructura formal del cuento, verificaremos claramente que pertenece a los famosos cuentos maravillosos de hadas.
El relato parte de una situación inicial negativa donde  tanto la gata Tormy, como sus amiguitos, pasan por una serie de situaciones peligrosas para su integridad ante un oso que amenaza con matarlos. Es así como el relato abre la virtualidad del conflicto y gracias a la astucia logran salir airosos. Toda la situación inicial reviste ese carácter negativo por parte, tanto de la gata como de los niños. Esto permite abrir un proceso de mejoramiento para salir de esa situación y es gracias a la astucia y la inteligencia de los tres que logran superar esa prueba particular, al monos por esos momentos pues tendrán, antes de resolver su conflicto principal que pasar por varias aventuras y lograr, al final del relato la satisfacción del éxito al vencer a su más acérrima enemiga, la bruja Maleva.
En los cuentos maravillosos de hadas, tradicionalmente la estructura plantea como primera prueba particular, el poner a los personajes bajo un código moral que le convierte no solo en vencedor de esa prueba sino en merecedor de un elemento mágico, capaz de resolver, ya en las aventuras posteriores, varias tareas-cumplimiento o luchas- victorias para alcanzar al final el total éxito de su empresa.
 No es en este relato un código moral quien le posibilita el elemento mágico para futuras aventuras sino la inteligencia, la astucia, los atributos, sobre todo de la gata Tormy, pues es capaz por sus propios méritos de cantar, maullar y hasta silbar. Atributos que la hacen ser especial y  merecedora de elogios por parte de autoridades y vecinos del pueblo y despierta el interés de Maleva que la secuestra y encierra en una jaula. Así los elementos mágicos están en la misma gata y no son otorgados por un dador extraño a su naturaleza.
Cabe destacar que la gata Tormy tuvo que vencer hasta la privación de la libertad y ser atada a una cuerda porque tanto sus amigos como la madre de estos, les desagradaba sus fechorías, propias del animal, que cazaba animalitos en los terrenos aledaños y los llevaba a su casacón lo que causaba molestias a los adultos. Tanto es así que Maleva le declaró la guerra e impedía hasta que pasara al frente de su casa y por la acera. Fácilmente se observa en el comportamiento de ella las conductas insidiosas de los adultos contra los animales y su maldad con respecto a su misma naturaleza. Es un verosímil dl relato que deja ver claramente esa dicotomía entre adultos, niños y mascotas.

La editorial EUNED recién publicó en el año que pasado una obra que llamaron sus autores, Rima Vallbona y su hijo Carlos F. Vallbona, Tomy, la gata prodigiosa Líos en el Paraíso. La clasifican como cuentos costarricenses.

En realidad y para este comentarista es solo un cuento maravilloso contemporáneo que algunos podrían ubicar como literatura infantil pero que para mi criterio es más que eso.

Si analizamos la estructura formal del cuento, verificaremos claramente que pertenece a los famosos cuentos maravillosos de hadas.

El relato parte de una situación inicial negativa donde  tanto la gata Tormy, como sus amiguitos, pasan por una serie de situaciones peligrosas para su integridad ante un oso que amenaza con matarlos. Es así como el relato abre la virtualidad del conflicto y gracias a la astucia logran salir airosos. Toda la situación inicial reviste ese carácter negativo por parte, tanto de la gata como de los niños. Esto permite abrir un proceso de mejoramiento para salir de esa situación y es gracias a la astucia y la inteligencia de los tres que logran superar esa prueba particular, al monos por esos momentos pues tendrán, antes de resolver su conflicto principal que pasar por varias aventuras y lograr, al final del relato la satisfacción del éxito al vencer a su más acérrima enemiga, la bruja Maleva.

En los cuentos maravillosos de hadas, tradicionalmente la estructura plantea como primera prueba particular, el poner a los personajes bajo un código moral que le convierte no solo en vencedor de esa prueba sino en merecedor de un elemento mágico, capaz de resolver, ya en las aventuras posteriores, varias tareas-cumplimiento o luchas- victorias para alcanzar al final el total éxito de su empresa.

 No es en este relato un código moral quien le posibilita el elemento mágico para futuras aventuras sino la inteligencia, la astucia, los atributos, sobre todo de la gata Tormy, pues es capaz por sus propios méritos de cantar, maullar y hasta silbar. Atributos que la hacen ser especial y  merecedora de elogios por parte de autoridades y vecinos del pueblo y despierta el interés de Maleva que la secuestra y encierra en una jaula. Así los elementos mágicos están en la misma gata y no son otorgados por un dador extraño a su naturaleza.

Cabe destacar que la gata Tormy tuvo que vencer hasta la privación de la libertad y ser atada a una cuerda porque tanto sus amigos como la madre de estos, les desagradaba sus fechorías, propias del animal, que cazaba animalitos en los terrenos aledaños y los llevaba a su casacón lo que causaba molestias a los adultos. Tanto es así que Maleva le declaró la guerra e impedía hasta que pasara al frente de su casa y por la acera. Fácilmente se observa en el comportamiento de ella las conductas insidiosas de los adultos contra los animales y su maldad con respecto a su misma naturaleza. Es un verosímil dl relato que deja ver claramente esa dicotomía entre adultos, niños y mascotas.

 "Era obvio que todos querían tocar a Tormy; incluso Maleva Calamitosa. Pero sus razones eran diferentes, pues tenía planes para Tormy: la quería para esclava, no para compañera. Además, a Maleva no le gustaban los animales." p . 35.

Intentó Maleva comprarla  pero terminó secuestrándola. Fue así como sus amigos acudieron a una hada buena que les prestó ayuda y les ofreció consejo para conseguir ciertos elementos naturales con los cuales pudieron luchar contra enemigos poderosos y vencerlos en luchas desiguales pero guiados por la astucia. Así Zoraida, el hada madrina, asumió el rol de aliada y les dio los consejos necesarios y oportunos para llegar al  éxito. Y afirma que ella no puede matarla pues es esencia de actos de bondad y no de maldad.

Y solo observemos los elementos mágicos que concede esa hada madrina: primero para el  tiempo para que los niños puedan realizar sus aventuras sin llegar tarde a su casa. Y gracias a una energía atómica pueden dejar de dormir, comer y viajar a través de un enorme perro enorme llamado Wáscar que se convierte en el transporte necesario para los grandes recorridos que deben emprender. Les da algunas recomendaciones  para esos viajes, tales como cerrar los ojos mientras los realizan y les cuenta que Wáscar lleva en su cuello una mochila con todo lo necesario: unos polvos mágicos, un frasco piramidal, un escudo a prueba de fuego, una jarra de barro, una bolsa de cuero de culebra y  un espejo.

El viaje de los dos amiguitos de Tormy se ubica en tres puntos geográficos diferentes: La montaña de Pumamarca, "listada en el arcoiris, el volcán Arenal en Costa Rica yuna montaña llena de pinos y abundante vegetación y animales en Norteamérica.

En los dos primeros ya habían recogido el agua especial, la arena y otros elementos importantes para resolver la lucha-victoria que deberían realizar antes de partir para su casa de habitación, lejos de estos distantes lugares.

Una vez que vencieron al oso emprenden el viaje de regreso, a través del lomo y la velocidad de su aliado y amigo Wáscar, eso sí después de obtener el agua clara del lago que era el tercero y  último elemento ingrediente.

Y por último se llega a la situación final de mejoramiento y resolución de los conflictos;

Zoraida mezcla la  tierra de colores del arcoíris con el agua cristalina del lago y la revuelve bien. Se dirigen a la casa de la bruja Maleva Calamitosa para rescatar a la gata Tormy, y se dirige a casa de Maleva para infringirle el castigo:

"-Así fue como decidí que su castigo sería el de sufrir la persecución de Tormy, igual que su gatita la sufrió todo este tiempo. Ahora, como ratón (la transformó), Tormy la perseguirá a ella; vivirá el resto de su vida como un ratón gris oscuro que tendrá que andarse con cuidado de que no lo cace Tormy o cualquiera otro gato. Tiene la suerte de que se le ha dado una segunda oportunidad de seguir viviendo. ¡Tal vez se compone mejor como roedor!" P. 85.

Y hasta aquí, para mi criterio llegaría el relato al final pero el código de verosími, gracias a las reflexiones y apreciaciones del narrador cambia, de pronto, y da unas explicaciones de índole religiosa que violan el mismo código que tan bien había desarrollado y transforma a Zoraida en ángel de la guarda y agrega tópicos de la Biblia que, repito, violan el verosímil de todo el relato y lo finaliza con moraleja incluida.

Agradable relato maravilloso que lejos de apartarse de la realidad, la incorpora y denuncia una relación muy importante entre la naturaleza y el hombre, en este caso a través de una mascota y dos niños y sus relaciones que se tornaron conflictivas gracias a la insidiosa permisiva de algunos adultos con los animales y su naturaleza.

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