LUIS ARGUEDAS RODRÍGUEZ
(1968)
Luis Arguedas Rodríguez nació en Desamparados, San José el día 3 de agosto del año 1980. Hizo sus estudios primarios en la Escuela José Trinidad Mora Valverde en Calle Fallas de Desamparados y la Secundaria en El Liceo Dr. José María Castro Madriz.
Es fundador del periódico Desamparados Hoy y Siempre. Ha trabajado en distintos medios de comunicación radiales y escritos.
Fue el autor de la columna diaria De Párvulos y Parvulillos, Periódico La Prensa Libre (2005-2007).
Ganador del Sétimo Concurso de Dramaturgia Inédita del Teatro Nacional (2011) con su obra Burócratas Todos.
LO QUE HA ESCRITO LUIS ARGUEDAS RODRÍGUEZ
NOVELA
1. El invierno de los desposeídos: 2008
El invierno de los desposeídos es la única novela que ha escrito este autor.1 Es una novelita de escasas sesenta y ocho páginas. Su lectura nos causó una grata sorpresa. Es una novela típicamente polifónica. Los narradores son los propios personajes. No existe linealidad sino circularidad. La historia es fracturada pero entendible. Su lenguaje es espléndidamente literario. Posee elementos maravillosos sin llegar a perder su esencia realista. Patéticamente realista. No existe cronología de los acontecimientos sino que la obra se inicia con una situación inicial negativa donde el personaje más viejo, don Víctor aparece prisionero de una pierna que se le introdujo en el piso y le impide desplazarse. La situación final es la misma escena solo que ene. Diálogo Ana Elena, su hija, le anuncia que él está muerto desde hace dos días.
La novela se presenta como un recordar escenas pasadas, unas alegres y otras tristes, pero poco a poco llega el invierno y con él la crisis que empobrece brutalmente a la clase media y desaparece a los pobres o los convierte en limosneros.
A pesar de su pequeñez, la novela es intensa y sus escenas se suceden impactantes sin dejar tiempo a rodeos o deslices innecesarios. En ella se conoce cuál fue el camino a la pobreza extrema, la migración del campo a la ciudad, la desaparición de los campesinos debido ala importación de alimentos foráneos, la aparición de los precarios, los inicios de la violenta delincuencia, las promesas de la religión convertidas en consolación desprestigiada.
Es una realidad desnuda sin llegar a la exageración. En ella los personajes sueñan sin esperanza, viven a un paso de la muerte casi convertidos en seres ambulantes, bajo un destino crudo que los despierta de las ilusiones y los sucumbe en el abismo de la nada. Son seres sin rostro, sin esperanza que circulan en la nada y solo esperan, como don Víctor a quien se le niega su pensión merecida por sus años de trabajo que se refugia en una mecedora a esperar la muerte quizás lo único seguro que vendrá por él.
No es que los pobres de la novela sean tristes por genética, tienen sus ratos de alegría, como la joven que en el turno saca en una rifa una gallina y disfruta el momento cuando se la entregue a su madre, los regalos del señor rico del mercado y la señora que regala a los niños diez mil colones, la solidaridad de ellos con otro pordiosero que encuentran en el camino y le dan de comer y hasta los diez mil colones. También disfrutan el sexo pero son momentos pasajeros porque su condición de pobreza se impone, no da tregua y con ella los personajes pierden toda esperanza aún en las bondades consolatorias de la religión heredada.
Novela importante que se inscribe en las técnicas literarias del momento, de grandes alcances literarios y de impresionante actualidad.
Dibuja a través de las escenas y la voz de los personajes esa realidad que recién comienza pero que se arrastra de hace bastante tiempo, producto de la avaricia de unos pocos, la codicia, la corrupción de quienes nos gobiernan y la aplicación de ese mandamiento que los conduce: "Todo para mí y si algo sobra, también será para mí y nada para ti".
Leí esta novela porque me gustó este comentario. La encontré en la librería universitaria y de verdad es impresionante, ¡apenas 60 páginas pero qué paginas... yo que he leído algunos cuantos libros, este me parece impresionante, arrollador. Muchas historias, ninguna historia, todas las historias... No entiendo como declaran desierto el premio Aquileo de novela con esta obra de arte. de verdad que somos un país mezquino, la leyó el jurado????
Ese don Victor sentado en una mecedora, esa Ana Elena que le mantiene la ilusión, esos saltos de una escena a otra y el niño tonto, oh no, que obra, no se quien la escribio solo sé que es costarricense, pero por Dios lean esta novela que está allí escondida, es IMPRESIONANTE... La mejor novela costarricense que he leído desde aquella de Calufa, qué libro....