MANUEL AGUILAR VARGAS
(1923)
Manuel Aguilar Vargas nació el día 27 de Julio del año 1923 en Esparza, provincia de Puntarenas. No concluyó los estudios primarios. A los 9 años murió su madre y tuvo que comenzar a trabajar como coligallero a los 14 años. Luego pasó a
En el año 1959 en la huelga de 29 días defendiendo el pago del Aguinaldo y fue inscrito en una lista negra. Se trasladó entonces a unas tierras baldías en las montañas de Caracol de Ciudad Nelly. Poco tiempo después encontró una mujer, madre soltera con cuatro hijos y vivieron juntos durante doce años y engendraron seis niños más. Se separaron en el año 1972. Él se llevó cuatro varones y una niña. Solo le dejó el más pequeño de un año de edad.
Durante un tiempo trabajó en San Gabriel de Upala y tras un accidente fue hospitalizado en el centro médico San Rafael de Alajuela. A la salida de ahí se empleó como guarda privado de la fábrica de muebles de metal para oficina llamada Metalín en Belén de Heredia. Se pensionó a los sesenta y ocho años en 1991. Hoy a sus 82 años trabaja en la carpintería y escribe empíricamente.
LO QUE HA ESCRITO MANUEL AGUILAR VARGAS
NOVELA
1. Los papeles de Silvio Víctor: 2007
CUENTO
1. Cuentos y relatos del Pacífico Sur: 2008
2. Canción, letra de paja y el cuento que más me gusta: 2009
POESÍA
1. Abracemos el mundo: poesía para niños: 1985
2. Pequeñas huellas: 1994
La obra Los papeles de Silvio Víctor es la única novela que, con intención literaria, ha publicado Manuel Aguilar Vargas1
Es una novela tradicional, de clásico narrador protagonista muy cercano al autor. Claramente evidencia una cercanía subjetiva entre el narrador y los hechos que contextualizan la obra. A pesar de que pertenece a una generación posterior a la del 42, cuando se publicaron la mayoría de esta novelas, no obstante ésta ve la luz hasta hace escasos dos años. La evocación del pasado biográfico e histórico es evidente. Esto, de ninguna manera las posibilidades literarias de la novela. Es una simple acotación.
Solo recordamos otra novela con la problemática del trabajo en las bananeras del Pacífico Sur en el país. Se trata de la obra Titulada El mundo de Juana Torres de Carlos Luis Argüello, publicada en el año 1986.
La obra que comentamos se inscribe en la corriente de novelas de aventuras o de formación, En ella el personaje protagonista se llama Abelito. Joven a quien se le muere su madre único familiar cercano a los cinco años y le corresponde iniciar su vida independiente para alimentarse y salir adelante en sus necesidades primarias. No concluye la escuela primaria cuando se traslada al Sur en busca de trabajo a escasos diez y seis años. Ahí comienza su formación como peón en una bananera. Primero como hachero y luego como paleador en la segunda tercera parte. A pesar de la dureza del trabajo el joven Abel recibe amistad y aprecio de todos los peones y mujeres de la ranchería. Aprende poco a poco el oficio, disfruta del baño en los ríos, del cariño de la familia de Clarita y hasta se enamora de ella. Es un asistente pasivo en la vida social de ese rancherío y muy querido por todos. Solo dura un año ahí y regresa a su pueblo natal como para darse un estirón o un recreo grande a su escuela vital.
Abel no enfrenta un mundo social hostil a su persona, más bien es si se quiere es armonioso. Hasta se convierte en maestro de su Clarita y Maruja. El único factor que le incomoda y le hace reflexionar es la tala de árboles y el daño inmediato y futuro del sistema ecológico y la extinción de animales y vida silvestre. En ese lugar vive cerca de un año.
Otro elemento que debe destacarse es que el personaje central siempre encuentra un ángel que le guía, le ayuda y le enseña el camino correcto que debe seguir. De todas maneras el personaje se inscribe como bueno, ejemplar, sin vicios y trabajador, además de inteligente. No tiene defecto alguno, por lo tanto es merecedor de toda clase de ayuda y ésta no obedece a la lástima sino a su corrección. Es un sujeto que fácilmente se acomoda al contexto en que vive y nunca aparece como disociador.
La segunda parte sigue esa misma estructura solo que en otro ambiente y la tercera y última, auque más duradera cierra el ciclo de aprendizaje. Esta vez no será dando la selva sino la tierra. En ella es una mujer la que le enseña el arte de picar la tierra y hacer zanjas donde se siembra la mata de banano. Esta etapa se realiza en Palmar y Ester es su ángel de la guarda, maestra y guía en su formación.
La novela termina en una conversación entre Abel y Erasmo, su viejo amigo que le pone al corriente de lo que pasó con el rancherío y su enamorada Clarita. El amigo le informa que casi todos murieron (en un incendio) y otros en una voltea, que Maruja se casó y se fue a vivir a Nicaragua, él se casó con Lucita y tiene una niña. Ésta no es otra que su adorada Clarita que se llamaba Claraluz.
La novela sin llegar a grandes pretensiones es entretenida, evoca un mundo aunque conocido significativo en la vida de los trabajadores bananeros, recrea un lenguaje dicharachero y jocoso propio de los guanacastecos y enseña el origen de las fincas bananeras su daño ecológico.
1 Aguilar Vargas, Manuel. Los papeles de Silvio Víctor. Rd. Universidad de Costa Rica, San José, 2007.
Me gustaría saber que ha sido de este señor, porque tengo muchas obras suyas inéditas.
Publico el comentario para que le informen
Benedicto Víquez Guzmán