Los cuentos de hadas y las leyendas, maravillosos ocultan una estructura de consolación.

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LOS CUENTOS DE HADAS Y LAS LEYENDAS,  MARAVILLOSOS OCULTAN UNA ESTRUCTURA DE CONSOLACIÓN

 

En este capítulo ofreceremos una lectura interpretativa de los cuentos de hadas. Se utilizarán los cuentos analizados en los capítulos anteriores. El fin es constatar una valoración interpretativa de lo verosímil semántico de los cuentos. Esto es de enorme importancia por la difusión y la categoría de receptores sobre todo infantiles. Si a esto anotamos que los cuentos son de lectura obligatoria en escuelas y colegios, el interés por conocen la estructura latente se torna más necesaria. Esto no quiere decir que estos cuentos sean perjudiciales y su lectura innecesaria. No es esa la finalidad. La literatura es esencialmente un problema de estética y de disfrute pero es conveniente en la lectura realizar análisis que permitan al lector conocer el valor significativo de los textos, sus implicaciones y desde luego sus relaciones con otros contextos como los del lector. También el lector podrá cotejar esta modalidad con otras muestras literarias que pertenecen a la misma modalidad y a las otras antes expuestas: extraño y fantástico y la ciencia-ficción que pertenece a lo maravilloso.

 

Desde niños oímos elogios de toda clase para los cuentos de hadas. Algunos educadores y los mismos padres de familia han visto en ellos el mejor estímulo para una buena educación. Otros los han censurado aduciendo el daño que causan en los niños, sobre todo los acontecimientos sangrientos y atroces, como los asesinatos, muertes, y toda clase de actos violentos.

 

Con el fin de aportar un elemento más a esa problemática y diferenciar el aprecio a la literatura pero a la vez el conocimiento de las obras en sus códigos no solo literarios sino significativos, ofrecemos nuestra interpretación de los cuentos de hadas.

 

Dice el estudioso Humberto Eco en su libro Socialismo y Consolación:

 

"Para la creación de una obra narrativa de gran consumo, destinada a despertar el interés de las masas y la curiosidad de las clases acomodadas, el autor debe plantearse el siguiente problema: una realidad cotidiana, existente pero insuficientemente considerada que contiene elementos de tensión irresueltos; o bien un elemento resolutorio, en contraste con la realidad expuesta, que ofrece una solución inmediata y consoladora a los conflictos planteados. Si la realidad expuesta es verídica, el elemento resolutorio deberá ser fantástico. Como tal, será automáticamente fruto de la imaginación aunque considerado desde un principio como un hecho en sí y podrá así intervenir acto seguido sin someterse a los factores que limitan los hechos reales."1

 

Los cuentos de hadas, decíamos están constituidos por dos planos de leyes: LN y LS. Si analizamos semánticamente el concurso de estos dos planos, llegamos a la conclusión de que el plano de LS representa el elemento que Humberto Eco llama "consolatorio".

 

Veámoslo en detalle.

 

La Si de estos cuentos presenta unos agentes pasivos e incapaces de llevar a cabo empresa alguna por sí mismos. Salen a "rodar mundo" en busca de una solución casual a sus pobrezas. Ellos realmente no cuentan con un plan determinado ni con los medios necesarios para salir victoriosos en lo que emprenden. Su estado de miseria comprende dos razones fundamentales: carencia material pero riqueza moral, para los buenos y riqueza material pero carencia moral para los malos. A su salida se les presenta la oportunidad de socorrer a un menesteroso, la Pp. Los buenos salen airosos y se hacen merecedores a un elemento mágico poderoso, gracias a un acto de sacrificio y por ser compasivos, solidarios, caritativos o desprendidos. Los malos fracasan por no poseer esas virtudes  y muchas veces se hacen merecedores al castigo. Se premia al portador de la virtud y se castiga al que adolece de ella, pero ésta, que para los cuentos de hadas es una ley, no lo es para el código real de la sociedad del lector. La compasión, por ejemplo, en una persona no es suficiente para cambiara de pronto la condición de miseria en que vive la mayoría de los hombres. Es una virtud que beneficia a quien la posee espiritualmente, le hace más humano, más ciudadano ejemplar, más merecedor del reconocimiento social, más admirable. Es una recompensa en sí misma y como tal debe entenderse sin aspirar a cambio más que ese reconocimiento. Lo otro, llegar a ser rico, rey o príncipe es consolatorio, por imposible.

 

Si nos detenemos en la ayuda mágica que brinda el aliado al héroe observamos que: es un elemento mágico capaz de transformar al agente en un héroe poderoso. Por ello las T-C o las L-V en la Pf las suele resolver con relativa facilidad. En nuestros cuentos las hadas fueron sustituidos por seres imaginarios religiosos: Dios, La Virgen, San José, un muerto. Es un cambio cultural. Este providenciario tiene la obligación de realizar dos fines diferentes:

 

1. Socorrer a los pobres para que se conviertan en ricos y felices.

 

2. Perseguir y castigar a los malvados para escarmiento y volverlos al código moral abandonado. El fin es que vivan en la sociedad sin ponerla en entredicho y que sea justa.

Tiene dos difíciles tareas: la riqueza material y la justicia social. Ésta se resumiría con la siguiente frase: todos ricos, buenos, justos y felices.

 

Para que los pobres puedan ser socorridos solo deben acatar el código moral. No necesitan estudio, profesiones, especialidades, trabajar, solo ser pasivos, buenos hijos, serviciales cariñosos, hermanables, sumisos, etc.

 

Los cuentos de hadas configuran el modelo de las estructuras de consolación, son una muestra clara de los deseos irreales que el hombre anhela satisfacer, representan un estado de conocimientos ingenuos por parte del hombre y no una aprehensión profunda del mundo. Por eso el conflicto tan desalentador: la pobreza solo se resuelve por la vía del escape y la consolación. El interés final de los cuentos es mantener esa estructura. Gracias a ella el hombre soporta un sistema de valores aceptables, buenos, justos pero incapaces de resolverle los problemas económicos, sociales y de justicia e igualdad sociales. Más del ochenta por ciento de seres en el mundo viven en extrema pobreza, mientras que el restante veinte por ciento disfruta de enorme riqueza y con toda seguridad podemos afirmar que no obtuvo esa riqueza material por el código moral positivo que los cuentos ofrecen. Ahora quienes conviene que la mayoría de la humanidad crea en ese código como su única alternativa. La respuesta es sencilla, a ese veinte por ciento que no solo tiene la riqueza sino el poder político y cultural.

 

Tampoco se debe afirmar que la riqueza en sí es la felicidad del hombre. Lo cierto es que ella es solo un medio para satisfacer, en primer lugar las necesidades primarias, vestido, hogar, alimento, educación y salud. Si se le agrega la sana diversión y las posibilidades reales de evolucionar en sus proyectos vitales, estaríamos en una sociedad justa y  equitativa.

 

La consolación consiste en lograr ese estado de riqueza y felicidad por medios que no son reales sino imaginarios, soñados, imposibles de alcanzar por lo menos en las condiciones actuales. Lo mismo ocurre con aquellos que depositan la obtención de riquezas en los juegos de azar, los milagros, la providencia, la casualidad, el Dios primero y se acuesta en una cama a esperar que eso ocurra.

 

Los cuentos de hadas son de esta manera vehículos adecuados para establecer las programaciones sociales estables que favorecen un tipo de sociedad.

 

Greimas lo explica así:

 

A-      Vs    A+

Donde, eso:

 

"Es la oposición entre el establecimiento del contrato social y su ruptura, la ruptura del contrato toma otra significación positiva: la afirmación que plantea el relato es la elección entre la libertad del individuo (es decir la ausencia del contrato) y la aceptación del contrato social."1

 

 

 

Los cuentos de mi tía Panchita no presentan la prohibición explícita, pero se da en los relatos. Aquellos agentes que desacatan el contrato (código) son castigados o traídos de nuevo a él, mientras que los que la aceptan y cumplen, triunfan al final. En ellos la alienación conduce a la felicidad del hombre, mientras que cualquier intento por hacer uso de la libertad le degrada.

 

"De esta manera se revela el papel mediador del cuento en su totalidad. Es un papel que resuelve las contradicciones entre la estructura y los acontecimientos, entre la continuidad y la historia, y entre la sociedad y el individuo."1

 

No es otra la razón por la cual estos cuentos, así como las leyendas han caminado por tantos y tan variados lugares. El hombre encuentra en ellos la resolución a uno de los más complejos problemas: la libertad y el bienestar del hombre y la explicación moral a la conducta social del individuo. La manera cómo se resuelve en estos cuentos y leyendas puede agradar a unos y desagradar a otros, es cuestión de opiniones e intereses. Pero lo cierto de todo esto es que se da en un plano consolatorio y todo aquél que sea consciente ante la vida y la sociedad, estancamiento de la sociedad y perpetuación de sistemas sociales apropiados para los menos y aceptados por casi todos.

 

Hemos constatado que en la literatura escrita costarricense, en la modalidad maravillosa, aparece esta estructura  moralista, pedagógica, consolatoria en algunas obras pero en otras desaparece esa intención para dar cabida a un nivel literario superior y a propuestas más significativas en el orden crítico social. La imaginación y por ello la creación literaria, sin importar la modalidad que se emplee, debe afincar su misma esencia en la cualidad literaria de su lenguaje, y si eso es posible ofrecerá una visión de mundo superior a las programaciones enajenantes y propondrá a la humanidad significaciones más liberadoras, duraderas y universales.

 

La muestra anterior no recoge todos los libros de escritores costarricenses que ha publicado, sobre todo cuentos para niños y otros con visiones más elaboradas. Los lectores pueden realizar en ellos los análisis correspondientes y las interpretaciones adecuadas. Les ofrecemos una lista de algunos de ellos para que le sirvan de ejercicio en la lectura. Algunos son didácticos y siguen la estructura tradicional, otros se revelan contra ella y ofrecen alternativas imaginarias originales de gran significación. Se observa, eso sí una tendencia por guiar a los niños al amor de la naturaleza y la convivencia con ella como una alternativa de situación final feliz.

 

La distancia del último adiós de Virgilio Mora: 1994

El insomnio de la bella durmiente de Rocío Sáenz: 1985

La iguana sagrada de Cary Sagot: 1994

El barril del olvido de Cary Sagot: 2000

Clarín, Clarinete, Cataplún, Chín-Chín de Olga Emilia Brenes Chacón: 1998

Cuentos y leyendas de animales de Adela Ferreto: 1991

Cuentos del Niño Dios y de la Tradición Cristiana de Adela Ferreto: 1991

Historias de las tierras del tigre de agua y el colibrí de fuego de Alfonso Chase: 1992

Un rincón para los sueños de Clara Amelia Acuña: 2000

Cuentos con alas y luz de Ani Brenes: 2001

Érase una vez un bosque de Fabio Rosabal Conejo: 2000

La ranita roja, princesa del espacio de Fabio Rosabal Conejo: 2001                                                                                                                                                          

La miel de los mudos de Iván Molina Jiménez: 2003

El alivio de las nubes (y más cuentos ticos de ciencia-ficción) de Iván Molina Jiménez: 2005

La tortuguita paz de Floria Jiménez, así como Galipán

El doctor Hulmman del padre Junoy

 

Y tantos otros

 

¿Me Llevas?

 

El otro día que visité a Ricardito, con el fin de entregarle una historia que había escrito para que me la corrigiera, después de revisarla, me dijo, que él también tenía muchas historias, propias y ajenas, que contar, pero que no sabía cómo hacerlo. Entonces me pidió que escuchara una de ellas y que otro día se la trajera escrita, tal y como yo hacía con las mías. Así lo hice.

 

Un domingo que visitaba a una amiga, compañera de la universidad, en el barrio Don Bosco, me sucedió algo muy extraño. Cuando llegué a la casa de ella, después de saludar a varias personas que estaban ahí, todas jóvenes, de una edad que oscilaba entre los dieciocho a los veinte años, me invitaron a que participara en el juego de la güija, que ellos estaban a punto de iniciar. Con gusto acepté, ya que, cuando era adolescente, había practicado ese inocente juego. Después de apagar las luces, y dejar encendida sólo una vela, y concentrarnos bastante, tomados de las manos, dos amigas de las más expertas en el juego, pusieron sus dedos índices en una especie de moneda grande y cerrando los ojos, pidieron, en voz alta, que apareciera un espíritu joven, de alguien que hubiese muerto recientemente. De pronto comenzó a moverse la moneda sostenida por las dos jóvenes y dirigiéndose a las letras, que había alrededor, fue señalando, que él estaba ahí y preguntó:

 

-¿Qué desean?

 

Entonces una de las muchachas le interrogó:

 

-¿Cómo te llamas?

 

A lo que señaló:

 

-Esteban.

 

Luego, amplió la respuesta.

 

-Hace más de un año me estrellé con mi moto, cuando venía de Guanacaste hacia Heredia, donde vivía, apenas a los veinte años.

 

La otra amiga que seguía el juego le interpeló:

 

-¿Puedes darnos alguna señal de que realmente estás presente, entre nosotros?

 

Él indicó:

 

-Cuando Ricardito vaya para su casa, y pase por el río Virilla, voy a montarme en su carrito para hacerle compañía, hasta Heredia.

 

Todos soltaron la risa, menos yo, que aquella broma no me gustó para nada, máxime que viajaba solo. Pero rápidamente el susto se fue borrando, cuando le siguieron haciendo preguntas baladíes, como que "si me casaría", y "con quién", que si "mi novio me daba vuelta", que con mucha facilidad y soltura él contestaba. Así fui olvidando la broma de mal gusto y también el tiempo de regresar a mi casa. Me percaté de que eran pasadas las doce de la noche y entonces cortésmente, me despedí  del grupo y también de mi amiga. Tomé el volante de mi carrito y emprendí el regreso. De camino recordaba las anécdotas de mis amigos y venía tranquilo, sin nada que me preocupara. Al llegar a la cantina que llamaban La última copa, frente a la Pozuelo, en La Uruca, un joven me pidió que le diera un aventón, recordé la broma en el juego y me dije. ¡Qué bien me queda este acompañante!, porque, si el espíritu de la güija deseara cumplir su promesa, ya no lo podrá hacer, pues llevo compañero. Detuve mi auto y el joven, muy atento, me dio  las gracias, pues había perdido el último bus hacia Heredia y sólo esperaba alguna persona caritativa que le hiciera el favor de llevarlo. Era apenas un muchacho, tal vez un poco menor que yo, vestía con una suéter azul y lucía amigable. De camino me contó que a él le gustaba mucho venir a ese negocio porque se distraía enormemente viendo jugar pool. Así pasamos el río Virilla y, por su puesto que me sentía feliz, porque al pasar el puente nadie se había montado en mi carro, como me lo hubiera anunciado la güija. Sí sentía, como un viento frío, algo pegajoso, que de vez en cuando me llegaba a mi brazo derecho, pero lo achaqué a que el joven había abierto la ventana y entraba algo de brisa. Sin ningún contratiempo, llegamos a Heredia, y en el parque de El Carmen, me solicitó que lo dejara en la esquina. Detuve mi carro y él bajó, no sin antes darme las gracias, y ya, cuando ponía en camino mi auto, alcancé a oír:

 

-Disculpe compañero, no te dije mi nombre, yo me llamo Esteban, hasta luego.

 

 Sólo atiné a continuar mi camino, y por inercia, miré hacia atrás. Pude comprobar que el joven había desaparecido.

 

A MANERA DE CONCLUSIÓN

 

 

1. Existe en Costa Rica la literatura maravillosa. Tal vez con poca importancia, por el momento. Hay  muestras de literatura oral, recogida por Adolfo Constela en la región Boruca, leyendas recogidas por Paula Palma, en la región talamanqueña y leyendas nacionales de diversas regiones del país, recogidas por Elías Zeledón Cartín y muestras generosas de cuentos populares recogidos por Carmen Lyra y María Leal de Noguera. Además contamos con una muestra representativa de obras escritas bajo esa modalidad por escritores reconocidos en nuestro ámbito literario.

 

1.   Se demostró que existe en Costa Rica una crítica literaria, desde la época en que se publicaron los cuentos de Carmen Lyra hasta hoy que dispone de un código de verosimilitud inquebrantable con el que juzgan, interpretan y valoran todas las manifestaciones artísticas aún aquellas que no son literarias Por lo general no son profesionales en la especialidad sino lectores aficionados a la lectura y en ocasiones profesores de universidades autodidactas, periodistas, o los mismos escritores de turno. Utilizan una serie de valores que por lo general pueden ser utilizados para todas las obras, pues son juicios de valor, opiniones superficiales o comparaciones temáticas. No explicitan nunca la teoría que sustentan para valorar las obras, si es que la poseen. Ellos van configurando el gusto literario del momento y clasifican en dos a los autores y sus obras: los buenos y los malos, aunque algunos suelen usar eufemismos, como: "está comenzando", "va por buen camino", "si persevera", "tal vez lo logre", "desperdició su caudal artístico", "es un buen escritor pero", "solo el tiempo lo dirá", "viene de buena sepa", "debe corregir", "es un buen comienzo",etc.

 

Estos formadores de opinión artística se nos parecen en lo malo a los suquias en los mitos. Son todopoderosos, su palabra es la ley, sus juicios irrevocables: este sí este no, tal obra debe ir a la fogata y esta publicarse. Todos les consultan y sus consejos deben acatarse so pena de fracasar. Las editoriales están a sus pies y son escogidos como jueces en los certámenes. Los criterios que ofrecen sobre libros nuevos son acogidos, suplicados, esperados por los periódicos, sobre todo La Farándula que tiene su propio club de suquias del arte.

 

2.   Quedó demostrado que los cuentos y leyendas maravillosos tienen una estructura, un modelo, bajo el cual se inscriben estos textos:

 

                                                                                               

 

Existen tres modalidades diferentes para definir si un relato es maravilloso, incorpora la ciencia-ficción, extraño y fantástico. Esto se da en el manejo arbitrario de las leyes del verosímil interno del relato y la configuración del destinatario y por reflejo del lector social.

Así si las leyes naturales y sobrenaturales se dan en el relato sin alterar la armonía del mundo narrado y los lectores sociales lo aceptan como tal, los cuentos caen bajo la modalidad maravillosa. Si priva al final del relato una explicación de los hechos sobrenaturales el relato se resuelve por la modalidad de lo extraño pro si al final el destinatario es creado para agredirlo con los hechos sobrenaturales, sacudirlo, crearle la duda de verdad y éste se asombra, le da miedo y se confunde, entonces estamos ante la modalidad fantástica. Son variantes de la misma estructura.

 

Si en esta estructura consciente o inconscientemente se plantea un código latente de consolación, tal como el ofrecido en los cuentos de mi tía Panchita y los Cuentos Viejos, todos de origen europeo, entonces estamos en la programación del código cristiano moralista que hemos llamado estructura de consolación. No toda obra maravillosa necesariamente posee esa estructura. Los mitos de los Borucas, por lo menos en lo latente indígena muestran otra muy diferente. Lo que cambia no es la estructura sino la significación por la finalidad de ellos. Mientras los cuentos occidentales tenían como objetivo, no solo despertar la imaginación de los niños sino un carácter pedagógico, educativo, moralista, los de los indígenas en cambio se interesaban por mostrar su conocimiento y relación con los seres vivos que le rodeaban, sobre todo la naturaleza. Entre ellos se presentaba el desacato, la desobediencia y eran castigados, tal vez no con asesinatos y actos tan brutales como suele ocurrir con los cuentos occidentales, pero si con advertencias y castigos ejemplares, encaminados a evitar, por ejemplo el desequilibrio biológico de las especies o la alteración normal de la naturaleza.

 

3.   Comprobamos también que las tres modalidades literarias tienen cabida en nuestras letras contemporáneas y con no poco éxito. Es cierto que en nuestra literatura existe una muestra pequeña de escritos bajo esas modalidades pero al fin de cuentas el futuro se presenta memos restringido que en tiempos pasados. Los críticos han ejercido un poder muy grande sobre el gusto literario de nuestros lectores, de la educación formal y ello repercute directamente en los escritores que saben que su éxito está asegurado si obedecen, como en los cuentos, al brujo, al suquia, al cura, al padre sabio, al crítico impositivo del momento.

 

4.   Hemos dejado claro que los textos literarios son entidades completas que pueden describirse, interpretarse, y hasta valorarse, sin necesidad de acudir a los contextos a no ser para encontrar asociaciones y explicaciones que enriquecen aún más el conocimiento de ellos.

 

5.   Por último quedó claro que la humanidad a través de los mitos, los cuentos, las leyendas y la literatura escrita actual, obedece a tres diferentes tipos del conocimiento: Conocimiento mítico, conocimiento religioso y conocimiento científico y estos no se dan uno detrás del otro sino que se mezclan, son permeables y como tales conviven por algún tiempo con relativo poder pero al final prevalecen los más apropiados a la visión moderna del mundo.



1 Eco, Humberto. Ob. Cit., p. 22.

1 J. A. Greimas. Semántica Estructural. Gredos, Madrid, 1978, pp. 320-321.

1 J. A. Greimas. Citado por Meletinski. Ob. Cit., p. 51.

 

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This page contains a single entry by Benedicto Víquez Guzmán published on 12 de Octubre 2009 6:31 AM.

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