Benedicto Víquez Guzmán: La obra escrita de Omar Dengo Maison. Informe de 1926. Dos

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Como resultado de las gestiones, la Secretaría de Estado, que no estaba entonces encargada al señor Dobles, ordenó el pago de la suma que al señor Sáenz se le debía, pero restó esa suma del fondo constituido en virtud del decreto de creación de la Junta y esto, aparte de perjudicara el interés de la Escuela de hacer ahorros para comprar material didáctico, puede representar, a mi juicio, un precedente que si prevaleciera llegaría a hacer nugatorias las ventajas que se entiende derivar del decreto mencionado.

 

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Omito datos referentes a las relaciones con los padres y encargados de familia, por haberlos presentado con amplitud en la sesión en que estuvo presente el señor Secretario.

 

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La Sociedad de Graduados hizo gestiones, con buen éxito, para que el Congreso Constitucional elevara a ¢ 50.00 la dotación mensual de los becarios.

 

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La colaboración de los alumnos se ha manifestado, como siempre, múltiplemente: en asambleas, fiestas, aseo, ornato, actividades deportivas, servicios de Secretaría, servicios sanitarios, directivas de clase, reemplazo de profesores, grupos para repasos, "hora del cuento", reparaciones, etc.

 

De manera constante han trabajado solamente estos centros: de encuadernación, de cocina, de trabajos manuales y uno de lectura.

 

Las escuelas de la ciudad han abierto sus aulas con la más generosa disposición, a los alumnos practicantes.

 

Varios maestros han prestado servicios en diferentes actividades, con la mejor buena voluntad. Entre ellos, sin incluir a los de la Escuela de Aplicación, los siguientes: don Víctor Cordero, don Eduardo Herrera, don Marco Tulio Campos, las señoritas Zulema Alvarado, María Beer, Herminia Bonilla, etc.

 

La municipalidad del cantón central, aparte de los servicios que siempre le ha hecho a la Escuela, facilitó la ejecución de varios trabajos urgentes. El señor Gobernador se interesó en esos trabajos y consiguió que la Secretaría de Fomento dispusiera la reparación de varias canoas.

 

Vinieron a la Escuela a dictar conferencias los siguientes caballeros: don Gerardo Zúñiga Montúfar, don José Guerrero, don Carlos Vicuña Fuentes, don Tomás Fernández Bolandi, el Dr. Ossigian, don Warren Mory, don Luis E. Nieto Caballero y el señor Mesa Flores y el señor Soto Hall.

 

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A las escuelas, instituciones en general, maestros y particulares se procuró atenderlos debidamente en sus peticiones de colaboración y servicios.

 

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Hay en tramitación 8 solicitudes de Bachilleres que se proponen presentar exámenes para obtener el título de Maestro Normal.

 

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La Secretaría de Gobernación, a pedido del Departamento de Agricultura Escolar, nos obsequió 650 arbolitos de Morera. Al Dr. Ossigian le habíamos comprado 400. De estos 1050 arbolitos hay sembrados 99 en el campo cercano a la Escuela, 950 en el campo situado en Barba, -Granja Jesús Jiménez- y 1 en la casa adyacente a la Escuela.

 

Los alumnos hicieron 100 huecos. Los peones pagados por la Escuela, hicieron 400. Los alumnos sembraron 600 arbolitos. El trabajo fue dirigido por el profesor de Agricultura don Hernán Carazo, con quien los alumnos sembraron 400 árboles en el Cementerio de la ciudad.

 

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En el informe de 1925 señalaba la importancia de que la Escuela continúe observando el trabajo de los alumnos graduados y busque cómo hacer más íntima la relación que con ellos fomenta. Interesado en encontrar recursos que contribuyan a inducir al alumno a facilitar las relaciones, y en que ellas tiendan a ser un medio de mejorar la preparación de los graduados y de enriquecer con la de éstos la experiencia de la Escuela, he procurado observar de cerca, una vez más, las circunstancias que dentro del mecanismo de la Escuela cabe considerar como concurrentes a la formación del espíritu profesional. Las observaciones me sugieren varios procedimientos y entre ellos uno que no es viable sino mediante disposiciones que necesitan el consentimiento de la Secretaría. La de reformar el modelo de expediente complementario del título, el cual fue legalmente autorizado por acuerdo del Gobierno anterior. No solo proyecto proponer un nuevo formulario de expediente, basado, en cuanto es dable adaptarlo, en principios como los que sirven de fundamento a las escalas del Profesor Rugg, sino que desearía intentar una reglamentación del uso de los expedientes en las aulas primarias. Actualmente varios señores Inspectores tratan de aprovechar los expedientes, pero es necesario que todos lo hagan, y esos documentos acopien datos de mayor significación que los actuales, datos más completos y más abundantes.

 

Sería deseable que el expediente se comenzara a construir desde el Primer Año Normal, con la cooperación del alumnado y en forma que por requerir constante autocrítica, tendería a ser un contralor efectivo de la habituación del estudiante a las normas profesionales. Cuando menos, se debería iniciar esa tarea desde el Segundo Año Normal.

 

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El informe de la señorita Asistente Sanitaria es, con respecto a la mayor parte de los datos, confidencial. A medida que pasan años se va disponiendo de observaciones que alguna vez serán útiles como base de estudios acerca de las condiciones sanitarias de nuestro estudiante. Si se juzgan los datos de que dispone la señorita Asistente sanitaria, de acuerdo con la llamada "ley del gran número", se encuentra que no son suficientes y que, por lo menos en el aspecto antropométrico, convendría uniformar los procedimientos adoptados en los colegios, a fin de estar pronto en aptitudes de trazar algunas normas provisionales.

 

La inspección individual de los alumnos se hizo detenidamente dos veces en el año. En ambas ocasiones se revisó el registro de peso y talla.

 

El oculista de la Escuela, que es a la vez especialista en enfermedades de oídos, nariz y garganta, practicó 84 exámenes. El médico practicó 74 exámenes. El departamento de Salud Pública practicó 67 exámenes.

 

La Liga Sanitaria, -Institución cooperativa anexa al servicio- presenta en sus cuentas un activo de  ¢420.40 y un pasivo de ¢ 385.65. Las entradas principales de ese fondo aparecen anotadas así: Iniciativa de don Luis Odio (Cine) ¢ 34.80; iniciativa de don Samuel Sáenz (venta de objetos sin dueño) ¢ 16.55; beneficio obtenido por venta de telas para uniformes y donación de doña Amparo de Zeledón ¢ 87.55; donación procedente del fondo de protección de alumnos pobres ¢ 100.00; iniciativa del alumno Marco Tulio Castro, ¢ 20.00 Alumnos de varios años han contribuido al sostenimiento de la institución.

 

La señorita Bouthier sugiere, y ojalá podamos satisfacer el deseo, que de los fondos ordinarios de la Escuela se le asigne una partida mensual de ¢ 20.00 para ayudar al pago de medicinas, operaciones dentales, etc.

 

A fines del curso el Sr. Subsecretario de Salud Pública tuvo la bondad de dirigirse a la Escuela en solicitud de nombres de estudiantes interesados en recibir un curso de conocimientos esenciales de exámenes de heces y otros semejantes. Con la respectiva respuesta le envié a dicho funcionario la proposición de que dos profesores reciban el curso mencionado. La iniciativa, que procede de los señores don Tobías Retana y don Rafael Cortés, obedece al plan de que tales profesores aprovechen después los conocimientos, el uno en trasmitirlos a los alumnos del Tercer Año Normal y el otro en practicar los exámenes de nuestros alumnos. En tal respuesta traté de hacer ver lo importante que sería que la indicada preparación contribuyera a aumentar la eficiencia con que los graduados podrían secundar la obra de aquella Subsecretaria.

 

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El señor Secretario se servir+a encontrar adjuntos los siguientes documentos:

 

1.      Informe del Secretario sobre movimiento de fondos.

2.      Informe del Director de la Escuela de Aplicación "República Argentina".

3.      Informe de Práctica Escolar.

4.      Informe del Bibliotecario.

5.      Cuadros:

 

a.       de matrícula, etc.

b.      de promoción

c.       de asistencia media

d.      de graduación

e.       de becas vacantes.

 

Sería interminable un comentario de esos informes, sumamente interesantes en general y que denotan una laboriosidad digna de aplauso. Los cuadros anexos, y entre los enumerados los que aparecen en el informe de Biblioteca, no dan pie a un análisis de alguna importancia si no es juzgándolos en comparación con los correspondientes a los cursos anteriores, pero todavía no hay en los archivos el número suficiente.

 

Una revisión del trabajo de este año me trae de nuevo las impresiones que expresé en el informe de 1925, con más el reconocimiento de que ha habido progreso. Es lento, ciertamente, vacilante quizás, pero progreso que nos infunde confianza en que con más tiempo, mejores medios y mayor esfuerzo, podremos vencer las dificultades y deficiencias más arraigadas.

 

Cuando hago comparaciones con el estado de la Escuela años atrás, si por momentos lamento que ciertas posibilidades decrecieran ostensiblemente, hasta parecer a veces extinguidas, me regocija en cambio la fe de que es más estable ya, o más intenso, o más armónico, -según el ángulo de observación- el conjunto de la actividad desenvuelta. La continuidad en el estudio de la mayor parte de las materias, el crecimiento de las funciones de la biblioteca, el mejoramiento del estado sanitario de los alumnos, el progreso de los servicios administrativos, el progresivo aumento de rentas, la sucesiva ampliación de los estudios educacionales, la reforma de varios procedimientos reglamentarios, etc., son factores que demuestran que la institución posee alguna efectiva capacidad de progreso. Como tantas veces lo he afirmado, queda mucho campo al frente, en espera de surcos y semillas, o de un cultivo más acertado o más tenaz.

 

Tanto hay urgencia de rectificación de ellos, vale decir, en la manera de traducirlos en acción docente y educativa y en acción cívica y social.

 

Termino con la sencilla expresión del justo anhelo de que los tiempos sean propicios al cumplimiento de las aspiraciones de esta casa, y con votos para que al señor Secretario le sea dado ampararla, quedo a las órdenes del señor Secretario con agradecimiento y  respeto1.

 

                                                                                            Omar Dengo,

                                                                                 Director de la Escuela Normal

 

Heredia, diciembre de 1926.



1 Los detalles que el señor Secretario quiera conocer para completar o aclarar los puntos anteriores, los dará con gusto la Dirección.

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