La voz que nunca se escucha
Es corriente oír decir a los educadores, psicólogos, intelectuales en general, que la primera educación nace en el hogar y justificar desde ahí todo lo bueno o malo que realizan los jóvenes. Si bien es cierto los niños reciben sus primeros conocimientos y condicionamientos en el hogar, también es bueno recordar que conforme van creciendo comienzan ese proceso de interconexión con el mundo exterior a ese micromundo que se esconde en cuatro paredes. Ya desde que nace viene signado por una serie de condicionantes que le son impuestos, aspectos genétic
os, históricos, espaciales, y poco a poco le irán inculcando toda una concepción de vida, una visión de mundo que su frágil mundo interior y consciente irá aprendiendo como su instrumental para sobrevivir física e intelectualmente.
La pregunta que surge de inmediato es, ¿tienen los padres o creadores del niño la educación adecuada para formar un ser capaz de vivir libremente y superar con acierto todas las adversidades que ofrece el medio ambiente físico y social? ¿Cuál es el bagaje intelectual de esos padres con el que enfrentaran el complejo desarrollo del niño en los diferentes campos del quehacer humano?
Éstas y otras preguntas debemos plantearnos para comprender las inquietudes de una juventud llena de dudas, intereses, proyectos, que de una u otra manera se quedan truncadas por las limitaciones de los padres de familia y los mismos educadores de los centros encargados de formarlos y orientarlos para que sean felices y ciudadanos útiles a sí mismos y sus semejantes.
Esta nota de una joven inquieta e inteligente es un ejemplo de esas necesidades insatisfechas que son muy generales en nuestras sociedades.
¡Ay Bene!
Si vieras lo que está pasando: me está empezando a molestar muchísimo la desidia mental de mi hermana, ahora lo que hace es lo doméstico al 50% (tal vez) y el resto del tiempo tejiendo y bordando (vieras qué desagradable)... Y lo curioso es que ahora habla de matrimonio con su novio (odontólogo y músico bohemio), quien ya dispone de su tiempo y aceptación ante todo, incluso le indicó que fueran a sacar el pasaporte para viajar, ella es cada día más incapaz de salir por su cuenta, incluso dice que desea casarse y seguir viniendo a hacer los oficios, que además va desempeñarse en tejidos y cocina para vender: en la ciudad, en la casa de él (que ya asume como propia)... Mirá, ella acaba de decir: - ahora sí, disfrútenme que me queda un año, yo respondo: - a mí también, me queda un año y me voy. De inmediato mi mamá me gritó (y con tono enojado): - ¿usted con qué se va a ir?, - mami, usted confía más en un matrimonio que en una profesión, a mí no me van a mantener. Y de inmediato empezó a decir que qué dichosa mi hermana, que no sea tonta, que no trabaje, que ojalá a todas nos mantuvieran, que la vida está demasiado cara y que no sabe cómo voy a hacer yo...
Tienen al menos una hora de estar hablando de la boda y haciendo suposiciones, mientras ambas tejen... Se imaginan la vida matrimonial de ella y la forma en que va a asumir las labores domésticas de mi casa, mi mamá dice que está muy bien, que no es que los hijos crecen y abandonan a los padres...
Bene ¡Qué asfixiante! Y no quiero victimizarme, ni pasar por alto lo que siento, lo que pienso y lo que veo. No basta que les he indicado el factor de riesgo que corren las mujeres que salen de casa para ser mantenidas, me responden que en casa se trabaja y demasiado y que no es ser mantenida. Tienen un entusiasmo mayor que frente a mi graduación, y por supuesto que alegan que utilizo lenguaje despectivo, y que hablo porque no tengo pareja. Bene, es tan lamentable, que incluso ella ya no quiera salir de casa, porque como hoy mismo lo reconoció: "Es cómodo a todo lo que estoy acostumbrada", es la legítima Casa Habitada, y mi mamá (antepasado), lo festeja, porque no la amenaza, claro, que yo intelectualmente lo comprendo, pero verlo en la praxis, ver como tus familiares se enajenan y estupidizan y los demás les aplauden, promueven la ignorancia, el miedo, la violencia (legitimada), y la dependencia a la aceptación de los otros...
Bene, es verdad, yo soy inteligente y he concluido que la gente inteligente (de verdad y no de acumulación de datos), no obedece, todo lo cuestiona y se autoforma, más allá del apoyo que reciba o de las demandas (a nivel de exigencia) que se les haga.
Es una lástima que no estés conectado, siento frustración y enfado (no tanto, pero lo siento), porque incluso esta tarde le pregunté ¿Qué puedo hacer, para que usted se entere que puede potencializarse usando sus habilidades?... Y me dijo que le daba miedo, que no quería, etc... Y pasa de ahí a casarse (en un acto victimizante, machista y estúpido), para pasar a un status inferior y siempre en función de un otro (que la salve, la proteja, la mantenga, la respalde), no lo festejo Bene, y me siento incapaz de acompañar el proceso. Mi prima (de 18 años) recién casada llegó a casa gritando por un sapo, mi otra prima (de 18) madre de un niño, le anda huyendo al novio porque se enoja de todo lo que le pase al niño, mi prima (de 20) se separó por violencia intrafamiliar... tengo una prima que no se baña (por lo menos 3 veces a la semana) porque no le da tiempo de tanto oficio, otra se ha separado y regresado varias veces porque el esposo tiene otras relaciones y ella lo sabe; otra prima que tiene bachiller decidió no ir a la Universidad, porque prefiere "comer bien" que pagar la U y dice que odia estudiar, otra prima abandonó un curso de inglés porque no le daba tiempo y no tiene interés (cuida a los sobrinos y a la cuñada: ama de casa, que está embarazada). Mientras mi hermana teje como una idiota, Bene, me lastima ver vidas tan desdichadas en mis congéneres... y que no me escuchen, y que por encima esté la voz de una psicologita que nos habla en giros o buen día, dirigida a amas de casa.
Bene... quiero salir de este mundo de mediocridad, comodidad, desidia...
Jaquie
Respuesta
Una vez le comente a María lo siguiente. Mira, tu hermana siempre te pasa pidiendo consejos y Ud. de buena fe y con nobles sentimientos se esmera en dárselos y explicarle lo importante que es saber educar los hijos y le contestas todas las preguntas que ella te hace pero sabes una cosa. Ella nunca te hace caso y jamás va hacer nada que no sea lo mismo que siempre hace: oírte, conversar, reconocer lo importante que tú le dices pero nunca, nunca te hará caso y tus consejos caerán en el vacío. Te llena de preocupaciones, te estresa y la vida sigue igual. Lo que podrías hacer es conversar sobre todo lo que se les ocurra pero no le des consejos. Si, por alguna razón te hiciera caso y saliera mal lo emprendido, estoy seguro que te echaría la culpa a vos. Así que la mejor medicina para ese mal generalizado es no dar consejos. Son muy pocas y contadas las personas que te piden una opinión que no es un consejo y te lo aceptan y emprenden conductas por ese camino que tú le has explicado. La gente suele padecer de una especie de ilusionismo inverosímil, poco posible de realizar sin pensar siquiera en eventuales y esperables consecuencias. Primero decide las cosas y luego pregunta, cuando el camino correcto es plantearse el problema o el proyecto, analizarlo y describirlo detalladamente, estudiar las posibilidades reales para su haber, para llevarlo a a buen puerto y visualizar las posibles (incertidumbre) consecuencias dadas las circunstancias en que se llevará a cabo tal o tales proyectos. Esta certeza muy pocos la realizan y por ello se lanzan a través de la aventura impredecible y pronto fenecen en la orilla. Te pongo un ejemplo casi de fantasía. La hermana de Sandra tiene dos hijos, uno trabaja y se juntó con una joven. El dinero no le alcanza y es la mamá la que tiene que pagar la factura pero tiene mujer y los fines de semana le lleva desde San José la ropita a Orotina para que ella o la empleada se la lave y el esposo de su madre (hermana de Sandra) que es un santo varón, se la aplanche. Pero esa historia es natural y ordinaria. La mejor es la que atraviesa el hijo menor. Se le ha pagado estudios en diferentes universidades privadas y no da bola. (tiene casi 19 años)y no se caiga de la silla, desde hace como tres años se enamoró de una Argentina, por Internet, jajaja y no puede vivir sin ella. Chatea todos los días, no trabaja, y se le entumen las manos en el teclado, llora y dice a su madre que él se va a morir si no viaja a Argentina para verla y estudiar veterinaria. La niña le ha dicho y hasta le ha mandado una carta a su suegra en Orotina, que ahí, en Buenos Aires, no tiene que pagar por los estudios que se quedaría a vivir en su casa y que estudiarían juntos, etc., etc., Lo cierto es que la madre al oírlo se le parte el alma y le promete que con el aguinaldo (ella es profesora jubilada en español) y el padre también, le pagará el pasaje para que su bebito viaje a Buenos Aires. Ahora cuando estuvimos en la playa, yo le dije a Sandra que invitara a su hermana y al esposo para que salieran del estrés y disfrutaran un poco. Allá ella planteó el asunto, ya Sandra lo conocía y sabía cuál era mi opinión. Ella pedía consejo (debo aclarar que el esposo a pesar de tener menor escolaridad es más inteligente y más realista, por supuesto que se opone a tal caballada). Este hijo de vecina dejó que hablaran y se explayaran en todas esas ilusiones que Ud. también escucha en tu casa y después de orinar, tomarse unos traguitos y yo reírme de acallado, me dijo a mí mi cuñada: Y Ud. Bene ¿que cree? Me bajé un trago de piña colada sin alcohol, y con una sonrisita que me caracteriza, le dije: Te voy a poner una historieta simbólica. Unos padres oyen a su hijo que les dice que su mayor deseo es cruzar a nado el Missisipi y les pide permiso a ellos y además les solicita su apoyo. ¿Qué deben hacer dos padres inteligentes? Mi adorado hijo y ¿Ud. está preparado para realizar esa hazaña? ¿Sabe nadar, para empezar? ¿Se hizo los exámenes médicos? etc. El muchacho se quedó pensativo y dijo NO. Entonces los padres correctamente le contestaron. Tómese su tiempo y prepárate para esa gran hazaña y cuando estés preparado vuelve a nuestro lado y tendrás todo nuestro apoyo.
Espero que esta respuesta te sirva para tu propio beneficio.