EN BUSCA DE UNA DEFINICIÓN DE NOVELA
1. El problema de la definición de novela
A pesar de que la novela ha sido objeto de múltiples investigaciones y ha tenido, como género, una larga trayectoria, tanto en Europa como en América, en la actualidad no se posee una teorización única y precisa, rigurosa, que nos permita plantear una definición unívoca. Por lo tanto haremos una exposición variada de definiciones y puntos de vista para observar, analizar y llegar a valorar la problemática planteada y obtener algunas conclusiones que nos permitan precisar conceptualmente los rasgos más representativos de este género y al final intentar una definición precisa y objetiva.
Algunas definiciones hechas por diferentes autores a través del tiempo1:
Paul-.André Lesort:
"El arte de la novela es un arte de la comunicación y no un arte del conocimiento."
Daniel Huet, 1960.
"Las ficciones de aventuras amorosas escritas en prosa con arte, para el placer y la instrucción de los lectores."
Dorat, 1970.
"La historia usual, la historia útil, la del momento."
Sade.
"Obra fabulosa compuesta a partir de las más singulares aventuras de la vida de los hombres."
George Sand, XIX.
"Una cosa muy simple y muy conmovedora."
Gourcurt, 1879.
"Empieza a ser la gran forma seria, apasionada, viva, del estudio literario y la encuesta social..., se convierte, por el análisis y la investigación psicológica, en la historia moral contemporánea; hoy que la novela se ha impuesto, los estudios y los deberes de la ciencia, pueden reivindicar también sus libertades y franquicias."
R. Callois.
"La novela es un género poco determinable y su dominio es el de la licencia.
La novela es, pues, ante todo, una narración; el novelista se sitúa entre el lector y la realidad que quiere mostrarle y la interpreta para él."
Henry Coulet.
"La novela narra una historia, es decir una serie de sucesos encadenados en el tiempo desde un principio hasta un fin."
Butor.
"La novela es la expresión de una sociedad que cambia."
Thrbaudet.
"Es el arte de crear una intriga, un carácter, o un estado de alma, bien en la forma equilibrada de los franceses, bien en la caótica de los rusos, en la intelectual de los británicos, en la sentimental de los alemanes, en la realista de los españoles, en la pasional de los italianos."
Julia Kristeva.
"Todo texto que revele el ideologema ambiguo del signo."
Como fácilmente se podrá observar, las definiciones abarcan diversos tópicos y muy variados aspectos. Todas se proponen definir la novela y quizás la naturaleza compleja de este género sea la que permite tan encontradas conceptualizaciones. No obstante eso, trataremos de buscar los elementos comunes y los rasgos pertinentes de este género para aproximarnos lo más posible a una definición rigurosa.
2. El carácter ficticio del arte
Aristóteles lo definió con claridad cuando hablaba de lo verosímil. El arte -decía- es imitación (mimesis) de la vida, de las cosas, pero nunca copia fiel, real, verdad verificable. Por eso se diferencia de la Historia, en cuanto ésta describe los hechos reales, demostrables, mientras que el arte no. El rasgo de verosimilitud, es retomado por los críticos modernos y permite verificar los elementos internos de la obra, justificar los hechos más inauditos a pesar de que en la realidad histórica no ocurran. Es más "lo posible", dentro de las leyes poéticas establecidas por la propia creación literaria, que lo real concreto de los fenómenos naturales.
Algunos escritores, sobre todo en el inicio de la literatura, buscaron, a veces, hacer pasar sus historias inventadas por verdaderas; algunos llegaron a afirmarlo y colocaron testimonios referenciales que le daban visos de verdad, pero aún estas obras, llamadas históricas, unas y realistas, otras, son creaciones de un autor, son obras ficticias, embustes, como dicen algunos escritores actuales. A pesar de que narren acontecimientos históricos, al exponerlos reflejan la versión (ficticia) del autor. Es su punto de vista. Lo importante, por ahora, es entender que la literatura como todo arte es ficción, es creación, es invención, no importa que si se parece mucho o poco al mundo natural.
La literatura es embuste, bella mentira y paradójicamente la más grande verdad humana, gracias al paciente y creativo trabajo del autor con el lenguaje.
2. El carácter lingüístico
También Aristóteles expresó que las obras literarias usaban (era obvio) como medio para "imitar", el lenguaje. Con ello distinguió estas obras de otras que usan como medio otro elemento: la pintura, la música, la danza, la escultura, etc. Pero no basta señalar lo anterior, debemos especificar el tipo de lenguaje usado en la obra literaria, su naturaleza, sus características y rasgos esenciales que lo diferencian de otros usos, como son la comunicación natural y el uso científico. Algunos autores han señalado rasgos propios de cada uno de ellos. Mientras que para el lenguaje científico especifican su carácter unívoco y al natural el equívoco, al lenguaje literario le asignan como especificidad su carácter polisémico. Son los estudiosos de la semiología quienes han hecho los mayores aportes en este sentido y han llegado a hablar de "semiotización" del lenguaje natural para llegar al literario. Así establecen niveles en el lenguaje según sea el grado de "semiotización" primario o secundario, etc. Pero estos estudios no están agotados todavía; más bien podríamos asegurar que recién comienzan y sus resultados aún hay que esperarlos, porque apenas inician su aparición. El carácter lingüístico de la obra literaria trae consigo una serie de implicaciones importantes y es, según nuestra posición, el camino que ha de guiarnos hacia una teoría científica de la literatura de mayor aproximación y comprensión del fenómeno literario.
La distinción de las funciones del lenguaje, nos ha permitido clasificar las obras literarias en tres grandes grupos: épica, lírica y dramática, según sea representativa, expresiva o apelativa la función determinante del lenguaje empleado. Pero esto no basta para llegar a una conceptualización de la novela. Esta sería a lo sumo una subcategoría de la épica. Para algunos la "venida a menos" de la epopeya. Aristóteles señalaba, a través de la "manera" de presentar los personajes, una distinción muy importante. Existe un narrador que presenta la historia o fábula, las aventuras de los personajes, sus conductas y acciones, sus vicisitudes. Homero sería el ejemplo típico de este narrador. Luego de solicitar la inspiración a las musas y rogarles que cantaran las cóleras del Pélida Aquiles, narra, evoca, cuenta las peripecias, las peleas, los sufrimientos de este héroe. Lo hace en verso. Sin embargo la traducción al español aparece en prosa y no pierde casi significación. Por ello algunos la consideran como una novela, mientras que novelas como El otoño del Patriarca de garcía Márquez sea apreciada como epopeya. En realidad la diferencia está en el "tono", la solemnidad y los grandes acontecimientos conocidos por todo el pueblo, casi sagrados, que son propios de la epopeya, mientras que la novela narra mundos privados, desconocidos, como luego veremos. Toda novela posee un sujeto de enunciación deferente al autor, no importa que el discurso narrativo sea directamente llevado a cabo por los personajes, en un estilo directo, en un puro diálogo, como lo hace Carmen Naranjo Coto en la novela Los perros no ladraron (1966). También habrá ocasión de referirnos con más detalle a este aspecto.
3. El carácter narrativo
Este es un rasgo fundamental de la novela pero también del cuento, relato, leyenda, fábula, mito, crónica, etc. El narrar, el contar, exige un algo, un objeto, un personaje, etc. sobre el cual contar algo, decir determinadas cosas. Si bien la epopeya tuvo como temas los héroes más destacados, sus hazañas, glorificaciones de los pueblos, la novela, por su parte, cambió estas preferencias pos temas más comunes, más sencillas, más cotidianas, por intrigas cercanas a los hombres corrientes, hasta llegar hoy a preocuparse por lo obvio y vulgar, lo aparentemente insignificante y fútil pero que, gracias a la novela adquiere relevancia y cobran nuevos sentidos y dimensiones humanas. En otras palabras la novela bajo o penetró el mundo de lo privado y dejó las grandezas de lo público y conocido. Se percató de la importancia de penetrar en las condiciones humanas más íntimas, pasiones, intrigas, aspiraciones, inquietudes, mentiras y verdades, logros y degradaciones.
Se abre así la novela como género a todas las posibilidades humanas, reales o fantasiosas, sueños o verdades. Esto permite comprender la infinidad de definiciones dadas a la novela, sobre todo por considerar la temática como su soporte más importante y abrió un abanico de clasificaciones temáticas: novelas amorosas, de aventuras, negras, de "ciencia ficción", de misterio, de crímenes, naturalistas, realistas, románticas, sentimentales, etc. Un género tan abierto y tan rico en posibilidades posibilita dentro de su discurso, las más variadas funciones del lenguaje, y el uso de sujetos del mismo, no solo de primera persona sino de tercera y segunda o mezcla de las tres como en la novela de Carlos Fuentes La muerte de Artemio Cruz (1962). Hay hasta críticos que hablan de novela lírica y novela objetiva y algunos de novela apelativa. Lo cierto de todo ello es que la novela permite en su estructura genérica todo lo anterior y posiblemente más, sin dejar por ello de ser novela.
4. El carácter de totalidad
George Luckács destacó este rasgo importante de la novela. Con él quiso llamar la atención de los críticos para que observaran que la novela se estructuraba por intención del autor, como una totalidad, como un mundo completo. Decía: "la novela es forma de la virilidad madura; eso significa que el carácter cerrado de su mundo es, en el plano objetivo, imperfección y en el plano subjetivo de lo vivido, resignación" Y agregaba también. "La epopeya forma una totalidad de la vida acabada por sí, la novela busca descubrir y edificar la totalidad secreta de la vida" Para él, la novela estaba ligada a la biografía, sería algo así como la gran aventura del hombre. Este carácter secreto, íntimo de la novela, confidencial, comunicacional, nos permitió entrever una intencionalidad narrativa: confiarnos un mundo secreto, conocido solo por el narrador, sobre él o sobre otros que intervienen en la novela. No basta entonces la comunicación parcial de un acontecimiento aislado, una impresión, una sensación, es necesario decirlo todo, sin secretos, convencer al lector interno y social de que lo que se va a contar es no solo privado, confidencial, importante, sino que lo será completo siempre exigido por las estructuras internas del texto y las leyes narrativas de lo verosímil y posible. Lo anterior no impide que la novela sea abierta desde la perspectiva de agregar segundas partes. Lo necesario es que la estructura sea de una totalidad y no de un único acontecimiento o proceso porque ello nos conduciría al ámbito del cuento. La totalidad está exigida por las necesidades internas de la novela y nunca por las externas. Si se narra un solo acontecimiento éste será completo en la novela si las exigencias de los puntos de vista narrativos, por ejemplo, necesitan puntos de vista distintos del mismo acontecimiento, resultados diversos y reacciones también ambiguas, multisignificativas.
5. El carácter de privacidad
Ya hicimos alusión a este rasgo esencial de la novela. Ésta narra, cuenta, mundos privados, únicos, desconocidos, interiores. Son la visión particular del narrador o narradores de ellos. No importa que sea la historia porque será la visión privada de esa historia, lo que Azorín llamaba infrahistoria. Por ello la novela se especializa en darnos conocimientos íntimos, únicos sobre lo existente o sobre lo apenas sospechado. El tiempo y el espacio se tornan en descubrimiento primigenio de la novela pues en ella aparecen prístinos, puros, como invención única del autor y narrado por voces diferentes y muy variadas. El Jesús cristiano no es el mismo al que ve el narrador de la novela El hombre que murió de D. H. Lawerence, a pesar de que se inspirara en el Cristo del evangelio. Aún las novelas que se precian de ser autobiográficas lo son de una visión particular que de sí mismo tiene el autor, pero lo más probable es que su visión sea su propio verosímil, su propia imagen, su propia verdad o su propio embuste. Es una verdad novelesca. Si ésta se acerca más a la real es una casualidad o un gran acierto del novelista y esto suele ocurrir con mucha frecuencia. Muchas personas creen más en el conocimiento histórico de muchas novelas que en los manuales de los llamados historiadores.
Después de señalar y precisar los rasgos esenciales del género novelístico, podemos llegar a una definición precisa y forma.
La novela es arte literario que a través de un narrador muestra, narra o cuenta, un mundo privado, mediante el lenguaje polisémico.
1 Éstas y otras definiciones de novela las puede obtener el lector de la obra escrita por Bour Neuf, R. Y Ouellet, R. La Novela.
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