Petronio Marcenaro Romero

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PETRONIO MARCENARO ROMERO

(1964)

 

Nació Petronio es un tico nacido en tierras de Diriangén, en agosto de 1964.  Realizó los estudios secundarios en el colegio Salesiano Don Bosco en Zapote. Ingresó a la Universidad de Costa Rica, en 1981, a estudiar Físico-Matemáticas pero no tuvo éxito. Es periodista, cineasta y videasta.

 

Ha escrito poesías y trabajado en casi todos los oficios ocasionales. Hasta diagramador con reconocimiento ha sido. Se graduó como periodista en la Universidad de Costa Rica y se convirtió por algún tiempo en redactor del Semanario. Se ha desempeñado en los últimos tiempos como productor en el Centro costarricense cinematográfica y Profesor de Talleres de Comics y caricatura. Se cataloga como un humanista al mejor estilo de Epicuro.

 

 

LO QUE HA ESCRITO PETRONIO MARCENARO ROMERO

 

 

NOVELA

 

1. Al otro lado del San Juan: 2007

 

Ésta la primera y única novela que ha escrito Petronio.1   

 

Es una novela polifónica. El narrador cede su voz a los personajes que narran sus propias aventuras, amores y desamores, congojas y alegrías y van dibujando un mundo pleno de carencias humanas, desde lo elemental para vivir hasta anhelos de vida mejor y que nunca llegan.

 

Los espacios físicos en que se mueven los personajes van desde Nicaragua, del otro lado del San Juan hasta Costa Rica, sobre todo en las barriadas josefinas y el centro de la ciudad. Es ahí donde Yahaira y David, hermanos de origen nicaragüense se ven sometidos a toda clase de vejámenes que van más allá de la xenofobia y la burla insidiosa de los ticos. Es en compañía con un costarricense sui géneris, autollamado Capa Roja, que se convirtió en el paladín de los peatones contra la incultura y pésima educación de los choferes en general que matan, atropellan las normas de tránsito y tratan a los peatones como si fueran ciudadanos de tercer orden. Además realizan verdaderos recitales poéticos que estimulan a los trabajadores josefinos y los indigentes. Con ello reciben algunas monedas que les permiten medio comer y sufrir las ofensas de los incultos costarricenses que cada día son más.

 

Entre un realismo patético, tanto en Nicaragua, después del triunfo sandinista, como en una sociedad carente de valores como la costarricense se destacan estas voces llenas de criticidad y vitalismo. Pero los espacios sociales cambian cuando aparece el hombre grande a quien se le considera una leyenda y hacedor de milagros. Ante los ojos del creyente este personaje ciego llamado Casimiro, proveniente de El Cairo y su perro Buck, con quien conversa es una especie de mensajero divino con poderes del más allá que busca llegar a Los Chiles y emprende su travesía pero a pesar de su poderes se ve impedido de realizar su misión y sufre los agravios de un país Árabe, República Central de Airrecú. También se vislumbra y se describe un tiempo futuro, cuando se establece el canal interoceánico del Río San Juan y sus dos países se preparan para la guerra.

 

Todo ello abre un abanico de voces religiosas y políticas, árabes con Alá, católicos con Jesús y otros con los únicos dioses más cercanos: los poetas, Jorge Debravo, Neruda y Darío, entre otros. Todos tras de sus favores y milagros, ciegos ante la realidad cantada por los poetas y en busca de un Dios más terreno, el dinero. Unos, como único medio para no morir y seguir engañando la vida y otros para llenar sus cajas fuertes con diamantes y dineros malhabidos, producto de sus egoísmos paganos. Esta pareciera ser la síntesis social de una humanidad enferma, sin amor, sin solidaridad, más parecida a una jauría que una convivencia.

 

Y es que el gigantesco viejo Casimiro, con sus harapos, su cayado y su perro vive los más maravillosos hechos en su viaje que resaltan la mente irracional de los habitantes. Unos ven un mesías, a Moisés y otros se enojan porque no les realizan milagros que le exigen, tal el caso de Benjamín Benvenuto, un hacendado y cacique de la zona, analfabeto pero poderoso. Por la imposibilidad de curar a su hija debe salir de su hacienda y sufrir vejámenes. El más sufrido fue la detención de su amigo el perro Buck que huye de ahí y llega en el momento en que un loco trata de ahogarlo en el río Zapote. Lo curioso de todos estos acontecimientos que se presentan como maravillosos, más por los rumores de las gentes que de sus propias cualidades, reciben por parte del narrador una sutil explicación racional que procura inclinar al lector hacia la comprensión de la ignorancia religiosa, supersticiosa de nuestros pueblos.

 

La novela transcurre básicamente en dos tiempos, dos espacios y dos historias: la del gigante Casimiro y su perro y la de David y su hermana Yahaira. La primera en la frontera con Nicaragua y el viaje del viejo hacia Los Chiles para cumplir su promesa. La otra en San José, entre bares y prostíbulos disfrazados de hoteles, casas de señoras estrafalarias y enfrentamientos de Capa Roja con los taxistas y choferes despiadados con los peatones.

 

El final de la novela se acerca a través de encuentros en Los Chiles o sus cercanías: el tico Jorge Goicoechea y Yahaira y desde luego el vejo Casimiro, así como la muerte del despiadado Cayetano, el coyote. Son aires de guerra eminente pero sucede lo impredecible, el viejo sufre un accidente y se le clavan unas varillas de construcción en su vientre. Acude al río a lavarse y poco a poco las aguas de éste se convierten en vino milagroso: Todo aquel que bebe ese vino se transforma en hombre de paz y abandona su egoísmo, sus odios y sus desesperanzas. Es precisamente ésa, la esperanza la que abre sus puertas a la humanidad. Ha llegado la muerte del viejo gigante pero deja la vida con su sacrificio.

 

¿Novela religiosa? Quizás, ¿idealista?, en gran medida; ¿maravillosa?, así termina a pesar de mantenerse, dentro de lo posible en lo extraño, ¿Realista?, no cabe duda y ello le permite una visión humanista del presente histórico que no es nada halagüeño.

 

Nos gustó la novela. Está bien escrita y escapa al paradigma monofónico para realizarse en el nuevo paradigma polifónico. Logra, sin lugar a dudas que sean las voces de los personajes los que mueven el hilo narrativo de la novela que desde ninguna manera es lineal.

 

El contenido está lleno de símbolos y se sustenta en uno de ellos de carácter universal. Dios (Casimiro) vino al mundo a transformarlo, a redimir la humanidad. (Es la misma meta de Casimiro), y lo logra dando su sangre (como Casimiro) que se representa en vino (es la conversión del agua en vino). La muerte de ambos (véase la fecha uno nace y otro muere) crea La Esperanza, La Fe, La Paz, el amor entre hermanos, en la humanidad.



1 Marcenaro Romero, Petronio. Al otro lado del San Juan. Ed. Costa Rica, San José, 2007.

 

 

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This page contains a single entry by Benedicto Víquez Guzmán published on 14 de Septiembre 2009 7:12 PM.

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