Ramón Junoy (Español, nacionalizado costarricense) (1875-1951)

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RAMÓN JUNOY (Español)

(1875-1951)

 

Ramón Junoy es un cura de origen español que llegó a Costa Rica en los años veintes. Nació en el pueblito llamado Berga, Cataluña el 12 de febrero del año 1875, hijo de liberales anticlericales. Sus primeros estudios fueron sobre la ciencia médica. Fue en Ecuador donde se ordenó como sacerdote el 8 de setiembre del año 1897 y abandonó la medicina. Poco después viaja a Costa Rica y se establece en Alajuela. Se nacionaliza costarricense. Trabajó en la diócesis de Alajuela, recién fundada. Murió en 1951 en San Rafael de Alajuela. Fue en los cantones de Grecia y Palmares donde ejerció su trabajo sacerdotal. Precisamente, en ese último lugar, en los años cuarenta, donde el Padre Junoy estableció la tradición de los turnos o ferias de las carretas con bendición de animales.

 

La publicación del librito Relicario donde criticaba al Obispo y a algunos curas por su público apoyo a Los Tinoco, le valió la suspensión del sacerdocio. La misma crítica la realiza en su libro Satrapía.

 

 

LO QUE ESCRIBIÓ RAMÓN JUNOY

 

NOVELA

 

1. Satrapía: 1919. (¿Cuentos?).

2. El doctor Kulmann: 1926

 

CUENTO

 

1. Del país de los sabios: cuentos para niños, 1912

2. Tipos, prototipos y arquetipos: 1933

 

POESÍA

 

1. Relicario. S.f.e. Aparece como  un "libelo", satírico contra el obispo y sacerdotes que apoyaban a los Tinoco.

 

La primera novela Satrapía sabemos que es una especie de panfleto que narra y critica los hechos históricos de la llamada tiranía de los Tinoco en 1917 a 1919. No la hemos podido leer. Para algunos  se trata de unos cuentos.

 

La segunda novela que él titula El doctor Kulmann y publica en 19261 -dice Abelardo Bonilla- es de tipo fantástica y filosófica. Y para mí de Ciencia Ficción.

 

En realidad esta novelita, de escasas sesenta páginas, un tanto ensayística, se inscribe en el género maravilloso en la versión de la Ciencia Ficción y toma la estructura de la novela policíaca.

 

En toda novela típicamente policíaca siempre existe, como núcleo del relato un crimen y sobre el descubrimiento del asesino o los asesinos se desarrollan todos los acontecimientos. Aparece un investigador y su fiel ayudante que realizan las pesquisas necesarias para esclarecerlo.

 

En esta novelita el crimen, si se quiere es un tanto secundario. Lo principal que capta la atención del narrador testigo (el ayudante) y del doctor Klumann radica en el viejo y deseado esclarecimiento del criminal a través de la imagen grabada en la víctima del asesino. ¿Cómo materializarla, no solo para conocer al asesino sino para utilizarla como prueba irrefutable? Es este hecho el que sirve de núcleo al relato un tanto  ensayístico.

 

La historieta es simple. El doctor Kulmann, un científico alemán desarrolla una serie de experimentos científicos que relaciona los sentidos humanos, en este caso la vista, con el cerebro y trata de obtener una especie de cámara fotográfica especial que refleje las imágenes obtenidas, no solo por una persona sino por la memoria colectiva de los pueblos. Después de brindar algunas conferencias en algunas instituciones superiores de Francia, confirma que descubrió un reactivo especial que le permite concluir con éxito sus experimentos, invita a antropólogos y científicos para que presencie, en la práctica su máquina luminosa, sintetizadora de imágenes. Utiliza un bosque y un crimen que ahí sucedió haría unos ocho años antes y que nunca se pudo esclarecer. Lo logra pero los antropólogos e investigadores se sienten burlados porque no ven el asesino real, sino otro crimen que no conocen. Solo un diplomático brasileño descubre que el asesinato fue sobre un brasileño. Solicita al ayudante que permita presentarlo en la corte de su país pero ello es negado pues había sido prohibido por el doctor Klumann.

 

Después de algunos acontecimientos aparentemente secundarios el hijo del doctor decide abandonar Francia para liberarse de los amores imposibles de una cabaretera. Hechos que había comunicado al ayudante del doctor. El mismo médico decide abandonar también Francia y buscar sitios mejores para concluir sus iniciales experimentos científicos. Así sale de Francia, no sin antes confiar en sus amigos su testamento científico y la promesa de comunicarse con él periódicamente a través del correo. En su estadía en Grecia se ve envuelto en los acontecimientos bélicos de la Primera Guerra Mundial, cuando Grecia es atacada por el ejército francés y ahí muere, no sin antes enviar por correo a su ayudante todos los experimentos hechos en esos lugares. Un seudo científico logra robar esos documentos y copiarlos. Publica sus descubrimientos como suyos y comienza a disfrutar de fama y fortuna.

 

En una de sus exposiciones promete esclarecer un crimen realizado, nada menos que por el doctor Klumann pero el ayudante de éste descubre que no es él sino su hijo que mató, llevado por los celos y su locura al amante de la cabaretera y a ella misma. Así lo dio a conocer y se esclarece la verdadera identidad del asesino que es liberado y vivió con él durante sus últimos años.

 

Se pueden observar algunos aspectos del discurso narrativo. En él lejos de predominar la narración de hechos y su descripción, priva la exposición de ideas científicas y ellas acaparan al narrador-expositor. El amor del hijo del doctor Franz solo juega un papel casi terciario. Sale de la nada y aparece al final para concluir un crimen que se le achaca a su padre y que permite al ayudante demostrar que no se trata de él. El famoso elixir del núcleo científico radica en el descubrimiento de un reactivo del cual no se dice nada, no solo el cómo logro hacerlo u obtenerlo sino que aparece como un elemento mágico de un mago. Fallan en esos y otros lo verosímil de la historia y deja la sensación de que la famosa búsqueda de la imagen grabada en los ojos del visor, en conexión con el cerebro aún hoy es anhelada pero no se ha logrado plasmarla científicamente.

 

Es una importante novelita que marca el inicio, en nuestra narrativa, de lo maravilloso es el subgénero de la Ciencia ficción y lo policiaco como elementos sobresalientes de ella.

 

 



1 Junoy, Ramón. El doctor Klumann. EUNED,  San José, 2008. La 1a. ed. La hizo Trejos en 1919.

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Quisiera saber si este Ramón Junoy tiene por segundo apellido Sansalvador. ¿de donde obtuvo la información natalicia y biográfica de este señor?

Gracias Esteban por leer nustro blog. Los datos sobre la biografía del padre Junoy están en La Curia de Alajuela. Un exsacerdote filósofo conoció a través de su padre a Junoy, Arnoldo Mora y ha escrito algunos comentarios sobre su obra. El segundo apellido no lo conozco así que ignoro se es Sansalvador.
Saludos

Benedicto Víquez Guzmán

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This page contains a single entry by Benedicto Víquez Guzmán published on 9 de Septiembre 2009 4:11 AM.

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