RICARDO JINESTA MUÑOZ
(1894-1968)
Don Ricardo (Nombre de bautizo, Manuel Ángel Ricardo Francisco de Jesús) nació en la ciudad de Alajuela, el 26 de abril de 1894. Es hijo de don Francisco María Jinesta Soto y doña Magdalena Muñoz Alfaro. Falleció en San José el 29 de mayo de 1968.Tuvo cuatro hermanos, tres mujeres y un hombre que como él también fue escritor y escribió una novela: Victoria Esperanza Rafaela Petronila (la mayor), Josefina, Carlos y Clemencia.
Realizó sus estudios primarios en las escuelas de Alajuela y los secundarios en el Liceo de Costa Rica. Ahí recibió el Bachiller en Ciencias y Letras y luego pasó a estudiar Derecho en
Trabajó como periodista y dirigió como su hermano el periódico
Declinó el ofrecimiento de don Mario Echandi, Presidente de Costa Rica, para que ocupara el cargo de Embajador en
Escribió sobre temas de historia, educación y asuntos internacionales.
Fue solicitado para ocupar el cargo de delegado al Consejo de Prisiones, cargo que ocupó durante algún tiempo y que le permitió escribir sobre esa problemática. Renunció el 17 de mayo de 1928 con la idea de implantar un régimen penitenciario que fue acogido por don León Cortés (1928-1932) para su estudio.
Fue auditor del Banco Anglo Costarricense durante 12 años y Tesorero de
También ocupó
Ocupó la secretaría de
Fue miembro del club Unión y cofundador del club de Leones y Presidente del club Rotario. También fue Secretario de
Murió el 28 de mayo de
LO QUE ESCRIBIÓ RICARDO JINESTA MUÑOZ
NOVELA
1. Martelo Silió: 1914
CUENTO
1. Páginas de amor: 1919
DRAMA
1. La mueca del destino: 1919
Hemos constatado con sus familiares y ni siquiera ellos sabían que los hermanos Jinesta Muñoz habían escrito algunas novelas. No las pudimos leer.
La novela que escribió don Ricardo Jinesta Muñoz la llamó Martelo Silió y la publicó en 1914.1
Es una novelita tradicional, de clásico narrador omnisciente cercano al personaje principal, en este caso Marteló, el joven obrero que cae en el vicio del licor y luego, por consejo de sus amigos en el ilícito del robo.
La historieta es muy simple. El joven Martelo es un joven obrero que trabaja en una fábrica y se gana pobremente el sustento para él y su madre, Elita, con quien vive. Tiene una novia muy buena, Zulaida, y un amigo, un viejo maestro, Perfecto que lo guía en su conducta. Un día, después del pago semanal, sucumbe a la invitación de sus compañeros de trabajo Fissó y Sartrés para visitar una taberna y tomarse unos tragos. Este hecho le acarrea algunos contratiempos tanto familiares como en el trabajo pero el promete no volver a repetir esa conducta y así lo cumple hasta que tiene un accidente en el trabajo por culpa de un jovenzuelo que quiebra una rueda de la máquina. Fissó ofrece ayudarle a repararla pero cae en de nuevo bajo su dominio. Se dedica a visitar lugares viciosos, deja abandonada a su madre, la trata mal, pierde el trabajo y participa en un asalto a un médico para robarle. Solo él es apresado y llevado a prisión. En la cárcel es visitado por su amigo Perfecto y poco a poco lo convence para que aprenda el oficio de sastre y transforme su vida en un ciudadano ejemplar cuando salga del penal. Al final recibe con alegría la visita de su novia y su madre y comienza una vida ejemplar.
Es una novela causal, lineal, bastante superficial, moralista e individualista. No ofrece una visión profunda de la delincuencia, ni de los vicios sociales como el alcoholismo. Los problemas, desde su óptica son individuales y se resuelven cuando el individuo se lo propone. El personaje es bueno. Son las amistades y no él, los culpables de la conducta indeseable del ser. Para él las causas no son sociales. Por ello, en la novela, la conducta de los personajes es estereotipada, prevista, manipulada, repentina, esperada, artificial. Los personajes se convierten en sí en figuras despersonalizadas, monigotes sin psicología propia y se observan los hilos tirados y manipulados por el autor.
La novela la dedica el autor a los presidiarios y pretende ser un compendio de reflexiones. No va más allá. Su carácter literario es exiguo. Tiene el mérito de ser la primera novela que utiliza la temática delictiva y la cárcel, en Costa Rica, a pesar de que no la ubica en espacio conocido.
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