(Seud.)
( 1970?)
Luis Yuré es costarricense, nació en San José Centro. El vivió con su familia en la esquina de la parada a Cartago Lumaca (San José (Av. 10, Calle 5), San José, Costa Rica).
Usa ese seudónimo como escritor; estudió Filología en la UCR y no la culminó. Su padre murió cuando era adolescente y tiene una hermana y un hermano menor que él. Su madre es abogada de profesión y de origen gitano. Luis se casó con Ann, una irlandesa y ahora vive en los EEUU.
Debe haber nacido en el año 1970, año más o menos. Usó el apellido Abaddón. Es fisioterapeuta (La estudió con Javier Ortiz) y tiene dos niñas. Pinta acuarelas y tocaba el bajo pues le gustaba mucho el Rock y era gran admirador de Luis Alberto Spinetta. Practicaba el Tae kondo.
Es esencialmente un poeta o antipoeta que sigue la poética del chileno Nicanor Parra.
LO QUE HA ESCRITO LUIS YURÉ
NOVELA
1. Alba en rodajas: 2002
POESÍA
1. Tuanis Opus Palo: 2002
2. Fe de ratas: 2009
3. Idiaykus : 2010
Esta es la única obra que conocemos de Luis Yuré. Ni siquiera sabemos si es su nombre o un seudónimo. La publicó en el año 2002 y la llamó Alba en rodajas.3
Formalmente no es una novela, por lo menos tal y como la conocemos. Aquí se inicia la ruptura que experimenta el escritor con todo lo establecido. Es el inicio de la rebeldía, de la visión onírica, subconsciente, contestataria, revolucionaria de la realidad y el lenguaje es el primero que sufre esa violación. La obra se presenta como un juego, un mosaico de imágenes, a veces aparentemente absurdas que van configurando un caleidoscopio de aristas, límites, vértices, contrapuntos, letras, figuras, que en total dan esa gran metáfora rebelde, pecaminosa, irreverente, asesina de la realidad. La imagen final es una historia completa de cobardías, de hipocresías, de lugares comunes, de avenencias, de conformismo, de captación, de manierismos, de códigos, de camisas de fuerza, de prisiones disfrazadas de castillos. El escritor se burla de ellas, las ridiculiza, las desnuda, las expone, las encara, las enfrenta, las niega, las liquida para dar paso a la esencia de esa rebeldía, la muerte del ser, de la vida, el triunfo de la mediocridad, sobre la libertad. Es un desfile de imágenes cotidianas que de tanto verlas y sufrirlas cobran título de ciudadanía, carné de oro pero la imagen violenta, cruda, intrusa, tipo bisturí, penetra en ellas y las evidencia, las tira a la calle, las expone al juicio de la libertad.
Es una obra poética, lírica, expresiva, violenta, destructora de mitos, poses y exposición de verdades hipócritamente acalladas. Es un mural descarnado, furioso, insurrecto, rebelde, de esta sociedad caricaturesca que tenemos irremediablemente que soportar.
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