LOS PADRES TENDRÁN HIJOS CON SUS HIJAS
Así sucedió. Un padre tuvo un hijo con su hija. Ellos no tuvieron vergüenza. Pero ella murió. Dios mismo la mató porque vivía con su padre, porque tuvo un hijo con su propio padre. Él era casado pero dejó a su esposa y se fue a la selva con su hija adolescente.
Algún día esto sucederá de nuevo, cuando envejezca el mundo. Entonces todos nosotros tendremos que ver aquello, pues así fueron también los que nos criaron.
Los otros quisieron apresar al padre; querían matarlo. Lo enviaron lejos; pero él huyó, se escapó.
Su hija murió; tuvo un niño y murió. Entonces su padre huyó porque ellos lo iban a apresar para llevarlo lejos. Lo iban a llevar lejos para que muriera allá.
Él era malvado porque tuvo un hijo con su hija. Él le dio un bebedizo a su mujer. Sabía malas artes e hizo que toda ella se cubriera de pelo. Ella se veía como un mono, le bajaba hasta el trasero, le cubrió las manos, se le extendió por todo el cuerpo.
Su marido le dio aquella poción para que ella muriera, para quedarse él con la hija.
Pero la hija murió. Entonces su esposa pidió que se lo llevaran lejos, que lo apartaran. Ellos lo buscaron, pero él huyó. Quien sabe qué se hizo. El diablo lo devoró no se sabe dónde. No volvió a casa de su mujer, no fue a ver a su hijo.
Y entonces, ¡cómo vivía su mujer! Estaba completamente cubierta de pelo como un mono.
Cierto día fue ella a la quebrada a lavar. Y allá le salió un hombre semejante a su marido que la abrazó y la hizo caer al agua. El mismo que la había hecho ponerse peluda, la dejó mojada.
La mujer volvió mojada y exhausta.
El diablo mismo la había abrazado, al diablo había visto ella en forma de su marido; pero éste ya había huido.
Él le había dado el bebedizo, y ella lo había bebido.
Lo bebió ella y entonces él le dijo:
- ¿Quién bebió esto?
- Yo misma.
- Tu amigo te ha de llevar. Era para ti, por ello lo bebiste.
Aquél fue quien la mató.
Y así ella fue a lavar, a traer agua, y entonces allá un hombre la siguió. Aquél labraos, la derribó y la dejó toda mojada.
Aquél fue quien la mató.
El pelo le creció desde la cabeza hasta los pies, por eso murió.
Ella se fue a traer plátanos a Barranco y murió en el camino. Allá fueron a buscarla su hijos, sus hermanas y sus hermanos. Ya no estaba viva, había muerto. Había muerto miserablemente en el camino.
Su marido había huido no se sabe adónde; nunca supieron ellos dónde se había ido.
Narrado por Isolina de González Morales
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