La mujer que dormía en la acera. Benedicto Víquez Guzmán

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LA MUJER QUE DORMÍA EN LA ACERA

La mujer casi siempre amanecía en la acera y la bulla de los comerciantes callejeros no la despertaban. Era joven, treinta y dos años a lo más. Una blusa estampada y unos pantalones azules de mezclilla.

Todos pasaban de prisa, unos se tiraban a la calle pero los más se la saltaban como los toros de San Fermín, rumbo al encierro.

-¡ Lleve la goma loca que pega lo que toca! Gritaba uno y más allá, vociferaba una mujer: ¡Dos películas por una, Batman 3 y la última de la saga de Harry Potter.

Una señora se detuvo a mirarla y codeó a su compañera mientras decía:

-¡Ave María Purísima! Ya se perdió el temor a Dios! Y siguieron el camino.

_ Presto barba, Presto Barba- gritaba uno a todo pulmón

-Tome, un saco de chiles por 500, nada más.

Una niña detuvo con un jalón a su madre y le preguntó:

- ¿Qué le pasó a esa mujer, mamá?

Y la madre tirándola del bracito, le respondió:

- Es solo una mujer que se echó a dormir en la acera. Y siguieron su camino.

Frente a la mujer y muy cerca de ella, una paloma blanca, muy blanca, picoteaba un pedacillo de pan, seguro una sobra de su cena.

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This page contains a single entry by Benedicto Víquez Guzmán published on 14 de Julio 2013 4:30 PM.

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