Óscar Núñez Olivas

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ÓSCAR NÚÑEZ OLIVAS

(1955)

 

 

Oscar Núñez Olivas nació el 21 de mayo del 1955, en San José. Su profesión es el periodismo y se ha desempeñado en esa profesión en distintos medios de prensa, sobre todo en agencias internacionales de noticias. Recibió el Premio Latinoamericano de novela 1996, EDUCA y Premio Nacional de Novela 1997, en Costa Rica.

                                                                                         

                                                                         

LO QUE HA ESCRITO ÓSCAR NÚÑEZ OLIVAS

 

 

NOVELA

 

1. El teatro circular: 1997  (Premio EDUCA, 1996)

2. Los gallos de San Esteban: 2000

3. En clave de luna: 2004

4. La guerra prometida: 2014 

 

La primera novela que escribió Óscar Núñez Olivas la llamó El teatro circular y la publicó en 1997.1

 

Es otra excelente novela. Rica en expresividad y significación. Novela polifónica, multifacética, de técnicas complejas pero bien empleadas que en vez de convertirla en laberíntica, la exponen sencilla, asequible. Llena de perspectivas, paralelismos, intertextualidades, perspectivas, puntos de vista que la convierten en una pluralidad de voces distintas pero al unísono, bajo la tutela de un narrador distanciado, discreto que permite y deja a los personajes cobrar categoría de narradores secundarios de sus propias vivencias y por ello más cerca de la condición objetiva de lo narrado.

 

No importa que los personajes se llamen Irene, Esteban, Adelina, Albino, hijos, padres, curas, militares, presidentes, guerrilleros, lo importante es que son voces que dejan escuchar sus rebeldías, compromisos, virtudes y defectos. Unos enfrentados a otros pero todos, víctimas del poder, del odio, de la corrupción, de la imposición e intolerancia. Es la manifestación de la lucha no solo de la supervivencia sino del decoro, de la verdad, de los nobles ideales o los retorcidos deseos de imponer un sistema injusto, una sociedad degradada, decadente, sin valores universales, llena de instituciones desgastadas por la corrupción o la impotencia, del servirse a sí mismos, de la conveniencia institucional pero siempre para beneficios propios y nunca de los destinatarios de sus servicios. Es la justicia de la injusticia, de la ley del más fuerte y poderoso frente al desvalido, al idealista, al débil porque no tiene poder económico.

 

Por esto las voces de rebeldía se levantan como un coro que clama en el desierto, se elevan como símbolo de los que callan, del silencio que impone el poder pero se pierden en la impotencia, en el olvido, en el huracán de pasiones y de fuerza, en el anonimato, en la indiferencia, en el yo no sé, me abstengo de declarar, no estaba allí, no me correspondía. No es una lucha entre buenos y malos es la denuncia de una sociedad que se rige por las leyes circulares, del volver a lo mismo, de la reiteración, de la rutina, del siempre igual, del desaliento, del aparentar que no pasa nada aunque mueran los hijos de la patria.

 

La novela ofrece una variedad de aspectos del hombre y sus relaciones que van desde la enajenación individual hasta los estratos más variados de la sociedad, representados por un sistema bien estructurado que inicia con la familia, la educación, la religión, el ejército, la justicia, hasta llegar a la cúspide del poder político y su mano oculta, el dinero. Todo bien aceitado para aparentar un sociedad justa con desajustes, con elementos disfuncionales que deben rediseñarse, reajustarse o simplemente eliminarse, sin importar cuáles sean los medios, pues el fin es sacrosanto: mantener el estado de cosas social inmutable, incorruptible.

 

Es la denuncia artística de una sociedad alienante, enajenante, desigual, injusta, corrupta pero sin incursionar en el panfleto sino en la vivencia sígnica de un mundo narrado por voces desgarradas, degradadas, aferradas a la esperanza de un mundo mejor, a pesar de que se presenta como un teatro circular donde todo vuelve al mismo lugar y no pasa nada. Es la angustia de un padre que siendo parte del sistema judicial, no encuentra explicación a sus argumentos porque contra ellos aparecen las amenazas, los despidos, los traslados, las desapariciones, los olvidos, las sorpresas y esto es similar en todos los estratos del poder organizado que no acepta desajustes. Lo peor es que, en muchas ocasiones, por el voto universal o por la violencia de la guerra, se cambian los gobernantes y todo sigue igual, solo cambian los nombres, las palabras, el discurso. Es el teatro circular de esta gran comedia humana que vivimos.

 

La segunda novela que escribió este autor la llamó Los gallos de San Esteban y la publicó en el año 2000.1

 

Esta novela, al igual que la anterior, no se ubica necesariamente en Costa rica sino en Honduras, en el pueblito rural de San Esteban. Es una novela de espacio social, de personajes, también de violencia, de enfrentamiento. Una simple pelea de gallos desata las pasiones de dos familias numerosas y la muerte asoma sus narices desde el inicio del texto. La pelea de gallos es el símbolo de la condición humana y de una sociedad violenta, donde la ley del más fuerte es el revólver y las consecuencias, la muerte. El hombre se presenta como violento, frustrado, impotente, amenazador e intolerante, huraño ante esa fuerza y dispuesto a matar y ser matado, sin apenas justificación o por simple enojo o molestia. Cualquier motivo, por más insignificante que sea, conduce a lo mismo, la venganza, el desequilibrio, la aniquilación. Para el Cura Vicente la causa de todos los males es el odio y el miedo, sobre todo, a perder las riquezas materiales.

 

Lo cierto es que la pelea de gallos puso en evidencia la violencia de un pueblo representado por dos familias gamonales, ricas y poderosas en los designios del pueblo de San Esteban. Tanto los Reyes como los Montejo simbolizan el poder, la muerte, el odio, la venganza y por qué no, la ignorancia. La trama es bastante sencilla. Después de la muerte de Gerardo se inicia un proceso de destrucción que llega a la muerte de más de sesenta y nueve personas, la huida de más de dos mil lugareños hacia otros lugares de la región y lo que es más cruel, la mayoría de los muertos fueron inocentes. Los hechos bélicos se van sucediendo con mucha celeridad y se ven envueltos en intereses de terceras personas, ajenas a la intriga de las dos familias. Los militares corruptos intervienen en la situación y se apropian de la contienda para su beneficio. Contratan nicaragüenses de la contra y venden armas a las dos familias y además del tráfico de ellas se dedican a robar ganado a los dos gamonales. Personajes importantes del Estado Mayor del ejército son los autores intelectuales. Así el poder político, los militares y el Poder Judicial, no mueven un dedo para resolver el problema y más bien se aprovechan de él. Es la iglesia católica, a través del padre Vicente y el obispo Moore, en compañía de un militar, el coronel Quesada, los que logran la firma de paz entre las familias y la esperanza de iniciar una nueva vida. Otros hechos rellenan el universo narrativo de la novela, tales como el vicio del alcohol, la familia desintegrada, los amores entre la prostituta y el poeta, la profesora Zulema y la traición de su amiga Luisa, la construcción y destrucción del Instituto, la llegada de la luz eléctrica, las fiestas patronales y las creencias religiosas, pero todos ellos funcionan como tiempos narrativos de distensión del conflicto principal que es la violencia social  del pueblo, la corrupción, la lucha por el poder sin importar los medios y tras de todos ellos, la ambición desmedida por la riqueza, el poder económico.

 

En una novela significativa que evidencia los nuevos conflictos de la región centroamericana en el tráfico de armas y de ganado. Hoy mismo se daba la noticia, aquí, en Costa Rica, de la muerte de un hombre joven por razones ligadas al contrabando de caballos en la zona norte del país. Hace bastante tiempo se vienen sucediendo acontecimientos importantes, tales como secuestros, robos, asesinatos, etc. que ofrecen una nueva problemática en nuestro país que no escapa, de ninguna manera a lo que sucede en los demás países centroamericanos.1

 

La tercera novela de Óscar Núñez Olivas la llamó En clave de luna y la publicó en el año 2004.2

 

Es una novela policíaca que tiene como contexto la masacre de mujeres en Alajuelita y los crímenes en serie del psicópata. Desde luego también se narran las relaciones amorosas entre algunos personajes, tal es el caso de la reportera que investiga los asesinatos Maricruz y  el jefe de homicidios Gustavo. Se forman en el desarrollo de la novela, por lo menos tres triángulos amorosos

 

Desde el inicio se hace hincapié en la tesis de que los crímenes de Alajuelita y los del psicópata tienen como asesino a la misma persona, el llamado psicópata.

 

También se maneja la idea de que los crímenes de las mujeres en Alajuelita sucedieron casualmente por un extravío de las mujeres y el descubrimiento de los guerrilleros terroristas que realizaban prácticas en ese paraje. El fin era desestabilizar el país para evitar que los contras tuvieran éxito en Nicaragua. En ese grupo participaban extranjeros y algunos costarricenses, por lo menos cinco. De ellos dos murieron y otros dos estaban presos. Sería el quinto el asesino en serie. Es la tesis inventada por Funes para despistar a los investigadores de los verdaderos criminales

 

Esta hipótesis se contradice con la que aparece en la novela de Carlos Cortés Zúñiga La cruz del olvido, publicada con anterioridad en el año 1999 que insinúa más bien a guerrilleros de la contra y el contrabando de armas de guerra en el gobierno de un señor gordito de inicios de los años ochentas.

 

En verdad la novela gira alrededor de esos crímenes y la necesidad de entrelazarlos pero existe otro plano que no es de menor importancia. Se trata de plantear el papel que juegan los medios escritos del país. Por ello cobra relevancia el periódico del gringo Bill Gray y los periodistas Maricruz y Juan José. En el primero privan los intereses económicos y en los segundos el periodístico. Esto hace que la novela privilegie la narración de esta temática y deje en segundo plano los crímenes.

 

A pesar de contar con un perfil completo del psicópata el investigador oficial Gustavo es separado de su cargo por pretender llevar a cabo la investigación de un personaje importante en las esferas políticas y económicas del país. Es lo clásico en estos casos. Por lo general toman un don nadie y dictaminan que es el responsable, lo meten en la cárcel y no pasa nada.

 

Al final de la novela el psicópata queda en el anonimato, los crímenes sin resolver y algunos delincuentes comunes muertos o en prisión.

 

Esta es quizás la tesis de la novela: si el delincuente es rico, político y poderoso, la justicia no lo toca.

 

La cuarta novela que ha publicado Óscar Núñez Olivas la llamó La guerra prometida y la publicó Alfaguara en el  año 2014.

 

 

 Ahora nos presenta La guerra prometida (Alfaguara 2014), una apasionante recreación ficcionada de la Campaña Nacional de 1856-57, que tiene como protagonistas mayores al presidente costarricense Juan Rafael Mora y al líder de los filibusteros, William Walker, en su intento por apoderarse de las cinco jóvenes repúblicas centroamericanas para anexarlas como un estado esclavista más a Estados Unidos.

Núñez Olivas no solo es un notable escritor, como lo ha demostrado con estas obras de ficción, sino también un destacado periodista con una formidable formación literaria como lo ha dejado de manifiesto en los diferentes medios por los que ha pasado con éxito en su ya dilatada carrera profesional.

Aunque nunca suficiente, bastante se ha escrito sobre esta gesta heroica, una gesta emancipadora que escribieron con sangre humildes costarricense, un cuarto de siglo después de alcanzar formalmente la independencia de la Corona española (1821). Generalmente, la memoria de esta hazaña nos ha llegado por el lado de historiadores. También la ha investigado con profundidad y acierto el periodista Armando Vargas Araya (El lado oculto del Presidente Mora.2007).

Hay que partir de que La guerra prometida es una novela, una obra de ficción,  eso sí, basada en hechos reales, no un relato histórico.

La más reciente obra de Oscar Núñez tiene abundantes méritos. Uno de ellos es presentarnos el lado más humano de los protagonistas, personas contradictorias, como realmente somos, una condición que resalta inevitablemente en figuras que han desempeñado un papel clave en la evolución de la humanidad. Dos figuras cuyas vidas corren paralelas en sus últimos años: uno preparando la invasión y el otro preparando la defensa, luego la guerra y finalmente la muerte, casi en fechas coincidentes.   

Juanito Mora, el héroe, el jefe de Estado visionario, que supo alertar, inspirar y conducir con éxito a una nación de agricultores y peones apegados a la tierra, pero también un gobernante engolosinado con el poder, que muchas veces confundía con sus negocios privados, enfrentado y sofocando conspiraciones con mano dura.

"Fui víctima inconsciente del efecto adictivo del poder, una droga que como todas solo produce un regocijo pasajero pero que va llevando a su víctima por un ineludible sendero de desgracia. Por eso acepté regresar, por eso cedí a los cantos de sirena de quienes me decían que era mi deber volver a la Patria, no porque en realidad les creyera, sino por vanidad y ambición, los dos sentimientos que informan la voluntad del poder", confiesa el personaje Juanito Mora cuando la suerte de su vida está echada.

William Walker convencido del Destino Manifiesto, de representar una "raza" superior, ante una población degenerada como la centroamericana, india y mestiza, pero que también sufre la tristeza de ver como sus sueños de grandeza son derrotados en una lucha a la que no son ajenas las superpotencias. Y ante aquellos, que tanto despreciaba, en su segundo intento de conquista, esta vez en Honduras, donde terminan sus días. "El gran enviado de Dios a restablecer el esclavismo en la América española, se haya solo, inmensamente solo, y casi sonríe al pensar que morirá a manos de quienes, irónicamente, deberían estar hincados frente a él, agradeciéndole la gracia de servirle", testifica el narrador.

Derrotado, añorando un plato de comida, sucio y andrajoso, es menos que una sombra de quien pocos años antes arribaba codicioso a territorio de Nicaragua, país del que llegó a ser presidente, con ambiciones de conquista y delirios de grandeza para le expansión territorial  y doctrinaria de su nación.

Una gran obra que rescata para la literatura la mayor gesta heroica que hayan protagonizado los costarricenses. Una historia que sigue siendo un filón temático para historiadores, periodistas y escritores. También se suma a la narrativa otra novela sobre estos hechos: El general y el presidente (2009), del historiador Rafael Ángel Méndez, quien trata sobre el trágico desembarco de Juanito Mora y el general José Marín Cañas en Puntarenas.1  



1 Juan Ramón Rojas. InformaTico.com. Domingo 12 de abril 2015.

 



1 Núñez Olivas, Óscar. El teatro circular. EDUCA, San José, 1997.

 

1 Núñez Olivas, Óscar. Los gallos de San Esteban. Ed. Guaymuras, Tegucigalpa, 2000.

 

1 La fecha es el día 27 de mayo del año 2003. También deseamos aclarar que la nota que el autor escribe al inicio de la novela sobre la coincidencia o no de los personajes con individuos reales sería mera coincidencia, es innecesaria para quien conoce sobre la naturaleza de la literatura.

2 Núñez Olivas, Óscar. En clave de luna. URUK Editores, San José, 2004.

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This page contains a single entry by Benedicto Víquez Guzmán published on 14 de Septiembre 2009 2:35 AM.

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