Benedicto Víquez Guzmán: La obra escrita de Omar Dengo Maison. Artículos: Las nuevas matemáticas de las escuelas, ¿Precocidada, Un nuevo movimiento educacional, Pedagogía experimental, Trabajemos de noche y Rifle al hombro.

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LAS NUEVAS MATEMÁTICAS DE LAS ESCUELAS

 

 

El renombrado Profesor de Matemáticas de la Universidad de Columbia (Teacher`s College), David Eugene Smith, ha resumido en un estudio reciente los trabajos efectuados por la Comisión que nombró la Asociación Matemática de América para revisar los programas de matemáticas de las escuelas. La comisión ha trabajado durante cuatro años. (El profesor Smith es bien conocido de nuestros maestros por los textos escritos en colaboración con el profesor Wentworth.).

 

En breve resumen del profesor Smith podría tener especial interés entre nosotros si estuvieran ya organizadas las escuelas complementarias o las intermedias, o si los colegios pudieran desprenderse un poco de la preocupación de servir exclusivamente a la preparación de estudios universitarios.

 

Sin embargo, a los maestros de escuela elemental puede interesarles conocer la conclusión relativa a los estudios primarios de Aritmética. La comisión afirma que las escuelas deben eliminar de sus programas todo lo que no sea esencial en el aprendizaje de esa materia, de modo que los alumnos vengan a estar en aptitud de hacer los cálculos ordinarios, hacia fines del sexto grado. Cuando se piensa que tal es la opinión de especialistas que han estudiado el problema durante largo tiempo, con recursos abundantes, por medios científicos y en un país de educación activamente progresiva, se tiene clara la noción de que nuestros empeños por producir matemáticos en el tercero y cuarto grados, son cosa ridícula, s no atentatoria contra la salud, la personalidad y el porvenir de los niños.

 

La salud de los niños y la aritmética.

 

A propósito de la cuestión a que alude la nota anterior, tomamos de una reciente y notable obra de Feeland los siguientes apuntes acerca del aspecto higiénico de la enseñanza de la Aritmética.

 

"Hay un límite del tiempo que debe ser provechosamente empleado en el estudio de la Aritmética dentro de las aulas. El exceso conspira tanto contra la vitalidad como contra los resultados; produce un aprendizaje cada vez más lento e incompleto. Kirby, Thordike, Burnnam, Stone Rice and Brown, informan que la disminución del tiempo dedicado a ltal estudio, se traduce en un aprendizaje más eficaz. En los grados inferiores no debe exceder de quince minutos diarios."

 

Burnham sugiere que: "Si en el 16% al tiempo escolar, los alumnos aprenden tanta aritmética como en el 20%, el tiempo superfluo que se le dedica debe ser dedicado al juego al aire libre. Si se quiere obtener los mejores resultados, el maestro ha de hacer lo que esté a su alcance para evitar estos momentos de ansiedad, de depresión, de tristeza, de tensión mental, en el estudio de aritmética; pues esta asignatura parece ser, más que las otras, la causa de las ciertas enfermedades nerviosas de los niños. El maestro debe también saber que algunos niños se enferman del sistema nervioso a causa de serles muy difícil la asociación matemática. El equilibrio nervioso del niño es más digno de atención por parte del maestro que sus progresos en aritmética. Si el niño da impresión de ser delicado, de estar mal nutrido, de ser nervioso, o especialmente retrasado en la asignatura, el maestro debe cuidarse de no aumentar los males y dificultades con su método de enseñanza".

 

Estos problemas, los más importantes de la escuela actual, están por estudiarse en Costa Rica. La Escuela Normal y la Jefatura Técnica carecen de los medios adecuados al trabajo que las soluciones de tales problemas suponen. Hacen falta bibliotecas modernas y abundantes al alcance de una oficina de investigación; hacen falta laboratorios de sicología y de educación experimental; hacen falta escuelas experimentales u organizaciones que permitan aprovechar el trabajo de las comunes al efecto de investigar; hacen falta publicaciones para maestros entendidas al modo moderno, es decir, no para la expresión de opiniones personales, ni para recetar planes de lección, sino para promover investigaciones  y exponer sus resultados, conforme a planes científicos; y lo grave es que la ignorancia en materias tan delicadas, y hoy tan complejas, nos sitúa, con todas nuestras pretensiones, en un campo inferior al del analfabetismo que entendemos combatir. De poco sirve la luz cuando se produce a consta de una degeneración de los  hombres del porvenir.

                                                                                                                           Abril, 1921

 

¿PRECOCIDAD?

 

 

Desde hace mucho tiempo oigo aludir con frecuencia a la precocidad intelectual del niño costarricense. He de decir francamente, guiado por mi interés en temas como ése y sin ánimo de herir respetables opiniones expresadas en tal sentido, que tengo el temor de que estemos dándole vida a un fantasma semejante a aquellos otros que tanto daño nos han causado: "democracia modelo", "París chiquito", "Suiza Centroamericana", etc.

 

¿Cuándo, por quién y en qué forma se ha demostrado la existencia de la precocidad intelectual de nuestros niños, al punto de que debamos contar con ella como factor para la organización de nuestra enseñanza?

 

¿En qué parte están, quién las hizo y por cuáles procedimientos, las observaciones sistemáticas, extensas, que condujeron a la afirmación de tan interesante resultado?

 

Se me dice que una fácil observación realizada en los hogares y al alcance, en las escuelas, de todo maestro que posea cierta experiencia, revela que existe la socorrida precocidad. Con franqueza he de decir que tales fuentes son muy sospechosas, sobre todo para derivar de ellas corrientes de ideas destinadas a ser fundamento de organizaciones escolares.

 

Y luego, aún suponiendo que se hubiera demostrado la existencia de la precocidad, ¿qué esfuerzos dignos de respeto se han efectuado en el sentido de apreciar su significación? ¿Es una ventaja? ¿En qué medida? ¿Es un peligro? ¿En qué medida?

 

Volveremos a referirnos a este asunto. Por ahora apenas queremos plantear una duda, a riesgo de maltratar la vanidad colectiva tan ufana, según presumo, de este criadero de genios con que estamos contribuyendo los costarricenses a la gloria del mundo.

 

 

UN NUEVO MOVIMIENTO EDUCACIONAL

I

El nuevo movimiento

 

Son varios ya los autores de libros o artículos de educación que convienen en señalar como la más importante contribución al progreso pedagógico, en los últimos diez años, los medios creados para medir los resultados de la obra escolar. Se puede decir que, al menos en los Estados Unidos, y en materias de investigación educacional, dan la nota del día los trabajos con que asiduamente se concurre al estudio, ensayo y perfeccionamiento de aquellos medios, El progreso conquistado en tanto, que a pesar de las vacilaciones del nuevo movimiento, se siente la presencia fecunda de una naciente disciplina educacional.

 

En cuanto al fin primordial de las investigaciones, la novedad no existe, trátase de resolver un permanente problema de la escuela, de diversos modos planteado, constantemente discutido, y que con mayor urgencia  que ahora requiere eficaces soluciones. Es el mismo vasto y complejo problema a que las calificaciones pretenden dar solución. Sobre el fracaso constante de los  sistemas de calificación y de examen, ya viene a parecer pueril y rutinario tratar. Discutidos ampliamente por psicólogos, pedagogos, higienistas, maestros, padres de familia, estudiantes; condenados por los unos, odiados de los últimos, no hay ya quien confíe en ellos. Científicamente los refuta un Binet, filosóficamente los combate un Dewey o un Vaz Ferreira, un Prezzolini clama contra ellos, con su fuerte ironía; en suma, nadie cree en ellos. Se mantienen en los colegios y escuelas por obra de rutina, o del convencionalismo -que es rutina- en que se apoya lo que está en espera de algo mejor con lo cual ser reemplazado.

 

A reemplazarlos vienen los procedimientos de medición de resultados: escalas y tests. Y vienen solicitados por las demandas imperiosas de una nueva educación, más apta cada día para justificar su sustantividad en el conjunto de las ciencias. Vienen atraídos por el espíritu de la nueva escuela, donde tiene que ser absoluto el fracaso de todo lo que representa al espíritu de la antigua, sobre todo si en ella misma ya comporta un estado de retroceso.

 

La novedad del movimiento, si la hay, o mejor su  trascendencia, viene a residir en la aspiración a fundamentar científicamente el propósito, los medios, la aplicación y  el análisis de los sistemas de medición de resultados educacionales.

 

Antecedentes.

 

Varias interesantes investigaciones, algunas muy extensas, se han llevado a cabo con el objeto de juzgar de la eficacia de los sistemas de calificación. Citamos, para dar ejemplo, la muy conocida y comentada de Starch y Elliot. Su propósito fue el de juzgar de la precisión con que los profesores califican en geometría. Envióse a cada una de las escuelas comprendidas en la Central Association of colleges and Secondary, Schools una reproducción de un examen de geometría presentado por un alumno. El resultado de las 116 respuestas recibidas demuestra que, calificado el examen con la escala usual, de uno por ciento, dos profesores lo situaron por sobre 90; uno, bajo 30;  veinte, en un sobre 80; veinte, bajo 70, etc. y algunos consideraron que no merecía calificación. Una investigación hecha en historia, dio un resultado semejante. Se ha juzgado también de la aptitud de otros sistemas de calificación; se ha tenido en cuenta, al hacerlo, los factores de error más ostensibles; y el resultado, en 1911 como en 1817, ha afirmado categóricamente la falsedad de las calificaciones y la necesidad de buscarles un fundamento científico. Las conclusiones de la amplia investigación se resumen en una, a saber: los errores, frecuentemente funestos, a que conducen los sistemas, débense a su excesiva subjetividad. Hay que reemplazarlos, pues, por escalas objetivas, universales, que expresen idénticos valores o significados, ante todas las personas, en todos los lugares, en todos los momentos. Se aspira a establecer criterios, normas, módulos o standards tan precisos como las medidas de magnitud. Mientras eso no se consiga, dice el profesor, Strayer, todo juicio sobre los resultados de la educación, por autorizado que sea, no pasará de ser un juicio personal; sin valor para la construcción de una ciencia. Y Thorndike sugiere que en la actualidad, con sus sistemas de medición. Ocupa la educación el mismo lugar que la física cuando ésta, ignorante del termómetro, calificaba la temperatura con la superficial e inestable vaguedad que calificamos a los alumnos:¡ bueno, regular, malo!

 

II

 

Otros antecedentes.

 

Una historia del movimiento de medición de resultados educacionales, desde sus orígenes, descubriría muchos y a veces notables esfuerzos de investigación. Los nombres de Rice, Stone, Courtis, Thorndike, etc., aparecerían frecuentemente en ella. Si el nombre de Rice se cita constantemente como el de un pioneer, el de Thorndike se cita con el elogio que merece el actual director intelectual de la obra. Por cierto que los estudios de educación y psicología de este eminente profesor deberían ser traducidos al castellano.

 

El estado actual.

 

Para dar una noción de la amplitud del movimiento y por referencia solamente a la escuela primaria, mencionaremos los principales tests y escalas hoy en uso:

 

I. Aritmética:

 

1.      Tests de Courtis

2.      Tests de Woody

3.      Tests de Stone.

 

II. Lectura:

 

1.      Escala de Courtis

2.      escala de Thorndike

3.      Tests de Hggerty

 

III. Caligrafía:

 

1.      Escala de Ayres

2.      Escala de Thorndike

3.      Tests de Courtis

4.      Escala de Freeman

 

IV. Deletreo:

 

1.      Escala de Buckingham

2.      Escala de Starch

3.      Escala de Ayres

 

V. Dibujo:

 

1.      Escala de Thorndike

 

Educación secundaria.

 

Algunos de esos tests son aplicables a los estudios secundarios, especialmente los relativos al lenguaje; pero ya los hay exclusivos de la educación secundaria, sino para la medición en todas las materias, sí de los resultados de las más importantes. Sin embargo tales tests deben considerarse provisionales, es decir, más como instrumentos de investigación en este nuevo campo que como verdaderas conquistas científicas.

 

Los programas del señor Brenes Mesen.

 

Estos programas al tratar de caligrafía, en segundo grado, dicen:

 

"Permitirá juzgar el adelanto caligráfico el uso de escalas destinadas a este fin".

 

Alguna vez tuve ocasión de preguntar al señor Brenes Mesén con qué objeto exigían sus programas las escalas, siendo desconocidas en Costa rica y contestó:

"Para que los maestros tengan oportunidad de construirlas"

 

El mismo espíritu se muestra en muchas de las iniciativas que los Programas contienen: estimular al magisterio hacia la construcción de una obra nueva, propia, elevada. Se explica así que no hayan sido comprendidos. Con el mismo espíritu nos proponemos dar a conocer este movimiento, como después expondremos otros. Acaso haya algún grupo de maestros que se interese en seguirlo y una vez en posesión del impulso se ponga a la obra, ya indispensable, de adaptar a las condiciones de nuestro  país y de nuestra escuela la técnica de la medición de resultados, para que construyamos nuestros tests y nuestras escalas y entremos en la corriente de la educación científica, donde tampoco valor tienen las opiniones personales y ninguno alcanzan los odios.

                                                                           Omar Dengo,

Heredia, octubre de 1920

 

 

PEDAGOGÍA EXPERIMENTAL1

 

 

Estos problemas, los más importantes de la escuela actual -los de enseñanza higiénica y psicológica- están por estudiar en Costa Rica. - La escuela Normal y la Jefatura Técnica carecen de los medios adecuados al trabajo que las soluciones de tales problemas suponen-. Hacen falta bibliotecas modernas y abundantes al alcance de una oficina de investigación; hacen falta laboratorios de psicología y de educación experimental; hacen falta escuelas experimentales u organizaciones que permitan aprovechar el trabajo de las comunes al efecto de investigar; hacen falta publicaciones para maestros entendidas al modo moderno, es decir, no para la expresión de opiniones personales, ni para recetar planes de lección, sino para promover investigaciones  y exponer sus resultados, conforme a planes científicos; y lo grave es que la ignorancia en materias tan delicadas, y hoy tan complejas, nos sitúa, con todas nuestras pretensiones, en un campo inferior al del analfabetismo que entendemos combatir. De poco sirve la luz cuando se produce a costa de una degeneración de los hombres del porvenir.

                                              

 Abril de 1922.

 

 

TRABAJEMOS DE NOCHE

 

 

"No es libro de actualidad y por eso es más duradero"

 

Palabras de Ángel Ganivet son ésas, que tienen por cierto una relación con la vida de ese grande hombre, en cuanto ella, a fuerza de no perseguir nunca las glorias de la actualidad, obtuvo de ser inmortal. No quiso vivir para el minuto, y vive, tal vez, en verdad, para siempre. A fuerza de hacer vida subterránea, llegó a ostentarla en la más alta cumbre, en la única cuya euritmia, por ser la misma con que perdura el globo, no está sujeta al caprichoso vaivén de humanas alteraciones que promueve el odio o impulsa el amor.

 

En hombres de tan majestuosa talla, hasta las más simples palabras, hasta las que parecen salir de la boca por sí solas, como un descuido, revelan una fortaleza de convicción que no puede ser sino el resultado de un vivir, que por entero se conforma con las exigencias del ideal, de que tales palabras son el vehículo que lo lleva a otros corazones.

 

¿Pero cómo se forman esas vidas consubstanciales con el ideal que las exterioriza? Cómo llega a ser ese ideal una verdadera florescencia de ellas? Precisamente a virtud de la fuerza que  le infunde al espíritu, el recogimiento que sabe ser menosprecio de lo transitorio y sagrado amor a lo duradero de buscarse el trascender por conducto de la historia, sino el revivir en otros corazones, por gracia de una reencarnación en que fluyan las corrientes mismas del universo, con destellos de astro y músicas de arboleda. Misteriosa reencarnación que por provenir del silencio y de la sombra, opere sus  trasfusiones misteriosas por medio de vehículos luminosos y sonoros.

 

Así, trabajando de noche, por amor al propio trabajo, lejos del clamoreo de la opinión catedrática que consagra o anula, semejante a veces, en su algarabía, el piafar oloroso a heno que sale de los establos... y en un tranquilo taller en que no se lean los libros de antropomorfista clasificación, ni humeen los crisoles de la ciencia industrial, trabajando así las juventudes lo son por la vida y por el alma y para la vida y para el alma.

 

Pues que hay dos modos de conformación de las ideas y de los ideales, que entre sí se excluyen: unos son firmes, robustos, concretos y maravillan con las líneas de la obra concluida y con la superior armonía de lo que vive por sí mismo. Otros, apenas si son esbozos, croquis, es decir, conjunto  de trazos que recuerdan, tan solo, la obra entera, pero que contienen la inamovilidad impotente del esqueleto. Aquellos se organizan en el silencio con el vigor de un soplo de eternidad; los otros, que no son susceptibles de organización, adquieren su ficticia estructura deleznable, fuera de la sombra, donde los corroe el soplo del minuto que pasa. Les da vida. Por donde llegamos a comprender que la luz más pura la constituyen las tinieblas. La luz creadora, la lux inextinguible...

 

Las primeras ideas y los primeros ideales, los que viven callados porque llevan su vida en sí, dan la materia en que el tiempo esculpe a los grandes hombres, a los hombres que a su vez han de esculpir humanidades enteras, en un solo bloque que bien puede no ser el mundo. Las otras nutren el espíritu de secta y se convierten por ahí en génesis de la "horda infrahumana" que marcha siempre, en todas las épocas, "a la vanguardia del progreso" y que sin embargo de ir adelante y de llevar la bandera conductora, no alcanza jamás a pisar las tierras donde el "más allá" remoto, sin pasiones y sin cálculos, con frialdad de nieve, hace el balance definitivo de los éxitos y ratifica o revoca las coronaciones.

 

Silencio, pero silencio que vibre con el ruido de grandes tempestades mentales y el ritmo de intensas exaltaciones del corazón. Soledad que sea presencia en el alma de muchedumbres, de anhelos y esfuerzos. Tales han de ser los motores de la vida trascendental y noble. Mas no ha de buscarse el trascender por conducto de la historia, sino el revivir en otros corazones, por gracia de una reencarnación en que fluyan las corrientes mismas del universo, con destellos de astro y músicas de arboleda. Misteriosa reencarnación que por provenir del silencio y de la sombra, opere sus trasfusiones misteriosas por medio de vehículos luminosos y sonoros.

 

Así, trabajando de noche, por amor al propio trabajo, lejos del clamoreo de la opinión catedrática que consagra o anula, semejante a veces, en su algarabía, el piafar oloroso a heno que sale de los establos... y en un tranquilo taller en que no se lean los libros de antropomorfista clasificación, ni humeen los crisoles de la ciencia industrial, trabajando así las juventudes lo son por la vida y por el alma y para la vida y para el alma.

 

 

RIFLE AL HOMBRO

 

 

Como ponemos un seudónimo al pie de estas líneas, hemos de advertir que ninguna de las alusiones en ellas contenidas acerca de ciertos pareceres, pretende referirse a las personas que los han emitido. El empleo decente del seudónimo requiere, de modo indispensable, que nunca sirva para encubrir ataques personales.

 

Cuando salían hacia Panamá nuestras expediciones guerreras, salimos con una de ellas, rifle al hombro. Por cierto que no hicimos otra cosa, una vez que la  expedición llegó a su término, que defendernos de los mosquitos... valientemente.

 

Suponemos que si fuera necesario rechazar alguna agresión, tomaríamos armas otra vez, a pesar de que no estamos seguros de saber manejarlas y sobre todo a pesar de que no querríamos matar hombres.

 

Pero si se estuviera formando una lista de los costarricenses que no quieren una frontera de odios entre Costa Rica y Panamá, pediríamos que se nos pusiera en ella en lugar bien visible. Hemos pertenecido al grupo de personas que se han complacido en corresponder a las cortesías de los maestros panameños. Es más: a algunos de ellos les hemos declarado enfáticamente que nos sentimos obligados y dispuestos a contribuir a la difusión de un espíritu de concordia entre los dos pueblos, digno de las aspiraciones más altas de nuestros tiempos. Nos referimos a las que por sobre fronteras y convencionalismos diplomáticos sustentan los grandes conductores del pensamiento.

 

Porque no es precisamente el Derecho Internacional la disciplina que da las fórmulas de armonía que más atrae a los hombres de mayor significación en el mundo. Buena parte de tal Derecho no pasa de ser retórica leguleya codificada burocráticamente bajo la presión de grandes intereses financieros. Los verdaderos pensadores, los creadores de civilización, los representativos de una superior conciencia humana, han sentido asfixia en  el ambiente de invernadero de las soluciones protocolarias.

 

Agreguemos la consideración de

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