Historia de la gran serpiente
Una mujer joven amaba una gran serpiente y ésta salía de su cueva tras ella.
La mujer hacía chicha para la serpiente. La ponía en un calabazo y la iba a echar en la entrada de la cueva. En la entrada la echaba.
Cuando le había echado toda aquella chicha a la serpiente, ya la serpiente salía por aquí. Entonces ella reía, ja, ja, ja, reía.
- Ya te has emborrachado, por ello es que sales.
Y entonces salía la serpiente, ésta era enorme. Salía y se enrollaba en el cuerpo de la mujer desde los pies. Cuando le llegaba a la cintura, caía la mujer, porque la serpiente era enorme. Y caía la mujer.
Cuando se enteró su madre, ya el embarazo de la mujer estaba muy avanzado.
Entonces le dijo su madre:
- ¿Qué buscas hablando con esa serpiente? ¿Cómo es que hablas con ella? Ella te va a devorar, te va a matar.
Cuando su madre se enteró, ya la mujer estaba muy gorda con las serpezuelas.
Entonces allá fue su madre a hablar con los suquias.
- ¿Qué haremos con esa muchacha?
- La quemaremos. Iremos todos cuantos aquí vivimos a traer leña, a reunir leña para quemarla.
Se fueron todas las personas a reunir leña, entonces ella preguntó, diz que dijo:
- ¿Por qué estáis reuniendo tanta leña ahora? ¿Por qué amontonáis leña? ¿Qué es lo que queréis hacer?
Dijo la mujer de la serpiente:
-Me van a quemar, seguro. ¿Estarán locos?
Su madre ya no la quería entregar. Entonces le dijeron:
- Pues tú misma arderás; con tu hija vas a quemarte, tú también, porque no la queréis entregar.
Entonces encendieron la leña al otro lado de la quebrada. Encendieron la leña.
Luego llegaron por ella. Ella vivía por aquí.
Entonces llegaron por ella y se la llevaron.
- ¿Qué queréis hacer con mi hija?
- ¿Por qué vais a quemar a mi hija ahora
- La quemaremos porque lo que ella va a tener son serpezuelas. Si nacen esas culebras, todo esto se convertirá en una laguna. Por todo saldrá agua. Y entonces las culebras van a vivir aquí.
- ¿Por qué no matáis a la gran serpiente?
- La mataremos lo mismo que a tu hija Ya le cerramos la entrada a su guarida. Para que no salga ya le cerramos la entrada a su cueva.
Entonces la llevaron al otro lado de la quebrada cerca de la guarida de su marido.
Allá la quemaron.
Entre todos cuantos vivían aquí, entre todos la amarraron. Y entre todos la echaron en medio del fuego. Allá se quemó ella.
Cuando murió aquella mujer los que estaban al mando dijeron: - Mataréis a todas las serpezuelas. Al lado del fuego os estaréis todos para matar las culebritas.
Cuando estalló la mujer, ellos mataron todas las culebritas. ¡Pun!, reventó ella y las crías salieron. Solo una logró huir. Solo la cola le pudieron herir. Solo una huyó.
En la Fila de Palmar, de este lado, allí vive la serpiente que escapó. Allá fue a quedarse.
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