La fotocopia. Cuento

| 1 Comment

LA FOTOCOPIA

 

¡Vas a abrir, señor!

Sí, pase adelante ¿Qué deseas?

Una fotocopia.

Ese día abrí, antes de la hora establecida, el bazar, después del almuerzo en la sodita china vegetariana, una crepa en salsa blanca y un té frío. Algunas veces lo hacía solo y esa mañana, al ser mediodía, así lo hice.

A la puerta de la soda me saludó Yupi, una niña de escasos cuatro añitos. Pase señor, siéntese, y me daba la carta emplasticada del menú. ¿Qué va a comer? Éste y le señalé el primer dibujo de la cartilla, ¿y de tomar? Un té frío

Y salió corriendo para la cocina. Al momento salió su madre y corroboró lo que su empleadita diminuta le decía.

Después de pagar y dirigiéndome a Yupi, le dije ¿Te vas conmigo, yo no tengo una niña tan linda y simpática como vos. No, me replicó al momento, y concluyó, mamá se quedaría muy triste sin mí y me miró con ternura. Tienes razón Yupi, adiós... y salí de la sodita.

Cuando llegué  al bazar, minutos después, me encontré con la negra que esperaba en la puerta y de reojo vi su mirada distante, como perdida en el olvido y no pude evitar recordar los ojillos vivaces de Yupi, cuando miraba a su madre.

Aquí está el documento, señor, sáquele una copia y me extendió una hoja amarilla, sucia, roída, casi partida por la mitad.

Está un poco vieja, debe ser un documento muy usado.

Sí, le perteneció a mi madre y ella lo recibió de su madre y , ya no sabría decir cuántas mamás lo heredaron a sus hijas.

Lo tomé con cuidado en mis manos y sentí como si se moviera y un extraño frío desusual al mediodía caluroso de mayo y alcancé a ver tres cruces arriba y en letra grande "ORACIÓN AL ESPIRITU INTRANQUILO".

¿Solo una copia, deseas?

Sí.

Y luego que lo depositara en la máquina, marqué el número dos.

Aquí la tienes, salió como nueva. Ya no debes temer que se te destroce...

Tomó en sus manos las dos hojas y las dobló por separado, sacó un sobre amarillo y las echó en él. Me miró interrogante y me dijo. Sabes, yo soy de Limón, y vine desde el viernes a San José, donde mi hermana porque ella tenía el papel. La encontré feliz, ahora ya vive con su marido y sus dos chiquillos. Ya no pelean. Me sentí muy contenta estos tres días que pasé con ellos.

Y guardó un prolongado silencio... Anoche soñé que debía sacarle una fotocopia al papel en Alajuela. Así me lo señalaba un señor muy viejo y le hice caso. Tomé el bus en las cercanías del parque de La Merced y llegué a la terminal, ahí a los  cien metros y como si supiera el lugar caminé hasta aquí y ya ves, no me perdí. Ahora vuelvo a San José y mañana regreso a Limón.

Era una negra como de treinta y cinco años, un poco cansada, quizás triste pero muy serena y con una mirada como si quisiera alcanzar el olvido. Me volvió a ver y dijo: Gracias señor... y salió por la puerta del lado izquierdo y se disipó rápidamente. Me quedé pensando, por un momento, sorprendido. Pero, -me dije- en voz apenas audible, si esa puerta debería estar cerrada, yo no pude abrirla, pues no tengo llave. Es posible que la dependiente la dejara sin cerrar... y tomé en mis manos la copia que había sacado de más y esto es lo que decía:

PARA ATRAER EL HOMBRE QUE ABANDONE EL HOGAR

Oh, Espíritu Intranquilo sugestivo y dominador, vos que en el infierno estáis y al cielo no podéis entrar por vuestros lazos con Satanás, consígueme lo que os pido, por el poder del hombre, me tenéis que conceder por veintiuna (21) lámparas que os ofrezco para que me concedas lo que te pido.

A vosotros que nadie os llama, nadie os quiere, yo los necesito, los quiero y los llamo. Oídme bien. Espero que se posesione de los cinco sentidos de (fulano de tal) y lo intranquilicen y lo dominen y no lo dejen estar tranquilo, que ni en silla pueda sentarse, ni en mesa comer, ni en cama dormir, que con blanca ni negra, ni china, ni mulata, ni soltera ni casada, pueda asociarse.

Que corra y nadie lo socorra, hasta que tenga que venir a pedir perdón a mis pies.

(Fulano) son las 12 y todavía no has venido donde mí pero tienes que venir porque   El Intranquilo, sugestivo y dominante te ha de traer; porque así lo pido YO, Fulano, que juro tienes que venir y andar detrás de mí, como perro detrás de su amo, como vino, detrás de la Cruz y los muertos detrás de su Luz.

Oh, Espíritu Intranquilo traedme a Fulano.  (Aquí se dan 3 zapatazos en el suelo y se dirá: ven a mí,  Fulano, y se rezarán 5 padrenuestros, 3 avemarías y un amén).

Al terminar la lectura, no puede evitar una sonrisa maliciosa y recordar la negra limonense que de seguro ya iría rumbo a su pueblo.

Dos semanas después de la escena de ese lunes de mayo, al abrir el periódico en la sección de sucesos, mi vista se detiene en el siguiente enunciado: "Esposo celoso se quita la vida, en Limón, no sin antes haber disparado tres veces contra su esposa, delante de sus hijos menores".

Detuve la vista en la imagen de la negra que aparecía en un cuadrito y descubrí la misma mirada de aquella negra de la fotocopia que se perdía en el olvido.

 

Benedicto Víquez Guzmán

1 Comment

me encantó!!!!!

Gracias Evelyn. Es muy generosa

Benedicto Víquez Guzmán

Leave a comment

Powered by Movable Type 4.23-en

About this Entry

This page contains a single entry by Benedicto Víquez Guzmán published on 4 de Julio 2012 3:57 PM.

Francisco Dall'Anese Ruiz. La huella de los zopilotes was the previous entry in this blog.

Ver Barcelona: Una mirada a la creación is the next entry in this blog.

Find recent content on the main index or look in the archives to find all content.