El MUTANTE. Cuento Benedicto Víquez Guzmán

| 1 Comment

 MUTANTE

Cuento

 

Muy cerca de aquí pero muy cerca existía un país donde había llegado la felicidad una noche para quedarse. Así los habitantes eran considerados los más felices de la tierra.

Un día una doctora en psicología muy preocupada, como investigadora que era y profesora de una de las universidades más prestigiosas de ese país, decidió investigar en detalle las causas de esa felicidad pero antes, se quemó las pestañas durante días y noches para desentrañar la criminalidad en casos muy connotados que durante más de treinta años habían ocurrido en las zonas urbanas y periféricas de la capital. Así inició, por un lado, y utilizando el método científico cuidadosamente, la descripción de los sucesos delictivos, luego la interpretación y la valoración de los mismos así como concluir con un diagnóstico de cada uno de los asesinatos ocurridos y a la vez reiniciar en su  universidad un proceso de renovación de la carrera de psicología, no solo del edificio nuevo si no de cambios curriculares importantes a tono con esas investigaciones y los profesores nuevos junto a un grupo de estudiantes que recién iniciaban la carrera.

Y así la abnegada profesora escribió en más de 400 cuartillas el fruto de su investigación, pariendo con dolor y sacrificio un documental muy valioso que deseaba publicar, pues tenía ofrecimientos de una revista brasileña para hacerlo.

Un día, muy de mañana, cuando se disponía a partir hacia la universidad, su hijo, el documental, la llamó con una sensible súplica:

-         Mamá, yo no quiero ser documental, lo que más deseo en mi vida es cambiar de género y te lo ruego con todas mis fuerzas. Transfórmeme en novela.

Muy sorprendida su madre y preocupada le respondió:

-         Déme un tiempo para pensarlo. Ella sabía que el documental ya estaba en la editorial de la un universidad y antes de que terminara el año, a escasos días, vería la luz.

Durante el viaje, cavilaba lo que su hijo del alma le había pedido y al entrar a su cubículo lo primero que hizo fue llamar a una compañera y plantearle lo solicitado por su hijo.

-         No se preocupe,  le respondió su camarada, tengo un conocido que es filólogo y le llaman el transformista, pues corrige, tesis y hasta las rehace, es un genio. Tiene un consultorio de trabajo en San Pedro, por Vargas Araya y este es el teléfono.

Muy contenta la profe de psicología, antes del almuerzo, se dirigió a la cita con el filólogo y lo encontró solo.

-¿Qué desea, señora, pase adelante?

-Pues he escrito este documental y necesito cambiarlo a novela.

El filólogo se quedó pensando  con el entrecejo fruncido y al rato le respondió:

-         Todo es posible, aunque lo que se propone no será fácil lograrlo cien por ciento.

-         Y comenzó a recetarle una serie de transformaciones, más formales que de contenido, pues la profe deseaba mantener la rigurosidad científica de su  investigación.

-         -Comience cambiándole el nombre por novela en vez de documental. Luego cámbiele el título y le sugirió uno como ejemplo:

-         -Podría llamarla Crimen con sonrisa. Es muy poético y metafórico, quizás hasta la personificación le calza. Imagínese un crimen sonriente, debe ser impactante.

-         Además invente algún personaje que le sirva de guía para el paralelismo entre el inicio de carrera y todos sus efectos y las descripciones de los crímenes. Juan es un nombre sonoro y hasta simbólico pues la Biblia lo tiene como un gran apóstol y júntelo con otros compañeros de inicio. Procure que sean más mujeres que hombres.

Y el creativo filólogo pensó más y  más y le recomendó que eliminara las 162 citas a pie de página y las copias textuales de algunas de ellas pues eso era propio de un documental y nunca de una ficción a lo que la profe se opuso.

Al fin la profesora  pagó la consulta al filólogo y se marchó con la notica que alegraría a su hijo ahora convertido en hija. No más a la entrada lo encontró restregándose los ojos. La madre preocupada le interrogó, la razón y él le confesó que durante la noche había tenido un sueño  un poco inquietante.

Se sentó a su lado y le solicitó que se lo contara.

-Pues soñé que era ya una joven y estudiaba el cuarto año del colegio y no comprendía por qué todos me llamaban riéndose Mutante y no novela como correspondía.

La madre con una sonrisa dibujada le replicó:

-         Eso hija mía es bullying, no le des importancia.

-         También soñé en ese ratito que me darían un premio del año, llamado Aquileo y que todos se reían de mí porque era y no era y afirmaban que el transformista solo me había maquillado.

-         Hija, no haga caso a los sueños son ficciones, embustes, mentiras, y se experimenta como si fuera realidad.

La novela, ya sosegada le afirmó:

-         Entonces los sueños son como la literatura, ficción, creación que el cerebro realiza al transformar la realidad. En otras palabras, la literatura solo es embuste, mentira pero que encierra gracias al lenguaje una bella realidad. Ahora ya lo entiendo y a ese bullying, no le haré caso.

1 Comment

Nos encanta tu sección, es muy imaginativo. Asiduos a este blog sin duda! besos...

Leave a comment

Powered by Movable Type 4.23-en

About this Entry

This page contains a single entry by Benedicto Víquez Guzmán published on 19 de Febrero 2014 5:26 PM.

Las partículas elementales de Michel Houellebecq was the previous entry in this blog.

Eduardo Hidalgo Castro is the next entry in this blog.

Find recent content on the main index or look in the archives to find all content.